Audacia electoral de Coparmex

La carrera rumbo a la elección presidencial comenzó desde hace varios meses y, como en procesos anteriores, hay muchos precandidatos en todos los partidos, salvo Morena, dicha dinámica ha generado que una parte del empresariado esté a la espera de las definiciones para establecer posturas, emitir respaldos y ofrecer apoyos. Los grupos más grandes que no se pueden dar el lujo de poner sus fichas con un solo candidato han establecido diálogos, alianzas y apoyos con el único candidato que ya está definido y que, además, es el puntero, quizá no tanto por convicción, sino por resignación, lo anterior lo describió Federico Reyes Heroles espléndidamente en su artículo de Excélsior titulado: Quesadillas Style.

En vez de esperar las definiciones de las candidaturas, Coparmex hizo algo inteligente y audaz, planteó uno de los puntos que más importa a sus agremiados a la espera de que los candidatos se acerquen para ganar el apoyo y el capital político no sólo de la Coparmex, sino de todo el sector privado, y es que no veo a muchos empresarios que rechacen la idea de pagar menos impuestos.

Los diez puntos que anunció Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex, contemplan deducciones de las prestaciones laborales, bajar el Impuesto Sobre la Renta a niveles de la OCDE y reducir gradualmente los gastos fiscales del IVA, entre algunos otros puntos.

El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, contestó rápidamente que no había espacio para una modificación en el marco impositivo. Tiene razón el titular de Hacienda, no sólo en cuanto a las finanzas públicas, también en lo político, y es que al ser 2018 año electoral, una reducción de impuestos levantaría muchas cejas y seguramente no caería bien entre los inversionistas, lo que se expresaría en un deterioro de la calificación de riesgo soberano de México.

En la opinión de que no hay margen en las finanzas públicas para una disminución de impuestos, coincidió con el secretario de Hacienda el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), entrevisté brevemente a su director, Luis Foncerrada, y me dijo que coinciden con Coparmex en la necesidad de disminuir el ISR, no obstante, consideró que 2017 y 2018 son años de consolidación fiscal.

El propio Gustavo de Hoyos dijo que se trata de una propuesta sujeta a discusión y que pretende ser gradual. Dicha flexibilidad permitiría que en caso de que el titular de las finanzas públicas se convierta en candidato presidencial no sería incongruente si plantea una propuesta de disminución de impuestos para 2019, de hecho, entre los precandidatos consideró que Meade sería el que generaría menos inquietud con una propuesta de reducción de impuestos.

La precandidata del PAN, Margarita Zavala, dando muestra de buenos reflejos, publicó un editorial en el que respaldó lo propuesto por Coparmex y se refirió a lo que anteriormente ha planteado el Imco. Muchos precandidatos han estado ocupados con varios temas y, salvo los antes mencionados, todos parecen tener reflejos lentos. La Coparmex ya logró que uno de los temas más importantes en el diálogo entre los políticos que quieran vivir en Los Pinos y los empresarios sea el de los impuestos.

La audacia no es de la semana pasada, ya se había dado en la manifestación en el Ángel de la Independencia para buscar la aprobación del Sistema Nacional Anticorrupción y en el respaldo en el aumento al salario mínimo, ambos temas serán centrales en la renegociación del TLCAN.

Aunque algunos creen ver lejanía o desacuerdo con el CCE, yo creo que se trata de distintos márgenes de maniobra. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) tiene que buscar más consensos y tiene un diálogo más denso con el gobierno federal. En mi opinión, de manera voluntaria o involuntaria tanto Coparmex como CCE van actuando en armonía de acuerdo con las distintas velocidades que les permiten sus respectivas posiciones.

Google se equivoca 

Un tema que ocupa a la prensa de negocios internacional es el del ingeniero James Damore que publicó una suerte de manifiesto de diez páginas en el que planteó una serie de ideas prejuiciosas con respecto a las mujeres en general y las googlers en particular. El documento de Damore tuvo una intensa recepción al interior de Google con detractores y partidarios y después en la prensa internacional.

Una semana después de la publicación del memo, el CEO de Google, Sundar Pichai, decidió el despido del ingeniero al considerar que si bien hay partes en el manifiesto que contienen puntos válidos a debatir, otras ideas son contrarias al código de conducta de la empresa. Yo opino que Google comete un error con el despido, dado que la mejor manera de perpetuar los prejuicios es no hablar de ellos y si las ideas erradas del ingeniero no se habían manifestado en acciones concretas hubiera sido mejor deconstruirlas y debatirlas.

Los ingenieros de Google que coincidieron y apoyaron públicamente o en su fuero interno la opinión de Damore difícilmente se atreverán a expresar sus ideas, no obstante, seguirán tomando decisiones con base en sus prejuicios. Además tratándose de la compañía que organiza la información del mundo no es tranquilizador que suprima las ideas distintas por más erradas que estén.