David Páramo

Análisis superior

David Páramo

10 Ago, 2017

Malditos malinchistas

 

Los enemigos de los intereses de México en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte no se ubican en Estados Unidos o Canadá, están entre muchos mexicanos. Los peores se encuentran en el Senado de la República y los partidos políticos.

El primer conjunto se integra por todos aquellos desinformados y/o manipulados, quienes creen que la economía mexicana pasa por un mal momento y que Enrique Peña Nieto es el peor presidente en la historia de México.

Esos que festejan que la inflación se encuentre por encima de la meta autoimpuesta por el Banco de México por razones no sólo justificables, sino correctas; o que creen que el nivel de tipo de cambio responde a decisiones que puedan tomarse o no en la economía mexicana. En este grupo abundan los millennials, profundamente desinformados por las redes sociales, quienes creen que una inflación superior a 6% es síntoma de una crisis o es la más alta de la historia.

También están aquellos quienes se están tragando la píldora populista de creer que el socialismo bolivariano o cualquier otro modelo estatista funciona mejor que el actual régimen. No pueden responder en qué país ha funcionado el régimen que hoy muestra su peor cara en Venezuela, donde la crisis económica se ha agravado con un régimen dictatorial como el de Nicolás Maduro que algunos quieren para México.

En el segundo conjunto están los políticos que, de una manera infame, sólo piensan en sus intereses (la inmensa mayoría de las veces ni en los de su partido político) y buscan notoriedades absurdas.

Las senadoras del PAN, esas mismas que se ponían ridículas camisetas apoyando a Hillary Clinton, parece que confunden el cuarto de junto con una casa chica. Las negociaciones de los acuerdos comerciales se hacen entre gobiernos y son asesorados por la iniciativa privada que, sin lugar a ninguna duda, tienen mucha mayor y mejor información que los políticos sobre cuáles son las implicaciones de cada punto negociado.

Como se ha hecho desde principios de la década de los noventa en el caso de México y es la práctica común en todo el mundo. Los negociadores de los gobiernos son asesorados por los distintos grupos empresariales. No están en la negociación porque se trata de un tema entre gobiernos y porque la negociación se volvería algo parecido a un mitin.

Al ser el TLCAN un acuerdo, debe ser ratificado por el Senado de la República, no sería necesario, en estricto sentido, que estuvieran en la negociación; sin embargo, es sustancialmente mejor que participen en ver cómo se va construyendo el acuerdo y entiendan cómo se construyó para que les resulte más sencillo aprobarlo.

PANISTAS SOCIALITÉ

El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha sido particularmente generoso al decir que las posiciones del equipo negociador serán las mismas que las de la iniciativa privada y las de la mayoría de los senadores. Lo demostró con aceptar inmediatamente el punto de acuerdo sobre el capítulo 19 del TLCAN, que tiene que ver con la solución de controversias.

Sin embargo, de ahí a creer que deben ser parte activa de la negociación hay una desproporción tan grande como la desubicación de algunos, especialmente dentro del PAN, quienes simple y sencillamente saben que se les está terminando su periodo de fama. Muchas de ellas entrarán al club de panistas socialité que encabeza Javier Lozano, quien pretende ser gobernador de Puebla con un estilo príncipe Carlos en la época de Lady Di.

Afortunadamente no todo está perdido en esa representación legislativa, puesto que hay algunos muy inteligentes como Ernesto Cordero, quien no únicamente entiende la importancia para los mexicanos de una buena negociación del TLCAN, sino de unir filas con empresarios y gobierno para obtener los máximos beneficios sin estar haciendo ridículos protagónicos como los que hacen algunos panistas que llevan muchos años dañando a lo que alguna vez fue una esperanza para México.

COMPORTAMIENTO EJEMPLAR

La renegociación del TLCAN será un proceso rápido, intenso y complejo, en el cual la posibilidad de fisuras irá en contra de los mejores intereses de los mexicanos. La iniciativa privada, el verdadero generador de empleo, ha tomado el asunto con gran seriedad al cerrar filas con los representantes de un gobierno que ha elegido, a no dudar, al mejor equipo en la historia del país.

Personas de elevada capacidad técnica, inteligencia y experiencia, que sólo deberían estar concentradas en la renegociación del acuerdo comercial sin tener que atender los ridículos caprichos de algunos que pretenden sus últimos cinco minutos de fama.

ISSSTE-TESLA

Los trabajadores del edificio central del ISSSTE están impactados y no pocos muertos de envidia, puesto que desde hace algunos días en su estacionamiento es común ver un Tesla con valor superior a los 100 mil dólares.

Primero se pensó que era de algún representante de la industria farmacéutica, pero al estar ahí tanto tiempo se dieron cuenta que no podía ser. Algún mal intencionado pensó que era del director general, pero sólo tenía algo de razón, puesto que es de Citlalli López, jefa del Servicio de la Unidad de Infraestructura.

No me detendré a juzgar la ostentación que hay en una entidad de servicio público o que haya una funcionaria que use ese auto eléctrico para trabajar, sino que se trata de un área que ha sido acusada por diversos actos de corrupción y que encabeza Juan Carlos Larrieu.

 

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