Ya me jubilé... ¿y ahora, qué hago?

Es la pregunta de muchos mexicanos y que,
 más que verlo como una etapa que pueden vivir con plenitud o júbilo, la padecen

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Es la pregunta de muchos mexicanos y que,
 más que verlo como una etapa que pueden vivir con plenitud o júbilo, la padecen. Foto: Pixabay
Es la pregunta de muchos mexicanos y que,
 más que verlo como una etapa que pueden vivir con plenitud o júbilo, la padecen. Foto: Pixabay

CIUDAD DE MÉXICO.- Trabajar de lunes a sábado, levantarse a las cinco de la mañana para llegar a la empresa donde labora y regresar a casa aproximadamente a las 8 o 9 de la noche debido al tránsito era la rutina de Andrés.

Al cumplir los 65 años, todo eso quedó atrás, aunque el despertador no sonó, él se despertó en automático, su cuerpo estaba ya acostumbrado, ¿cuántos días no pensó que no tenía ganas de levantarse y que desearía no tener que ir a trabajar? Pero, ahora que ya estaba en esa situación no tenía ni idea de qué iba a hacer con su tiempo libre.

Es uno de los afortunados que logró tener una pensión, y, aunque no es mucho, sabe que con ella podrá vivir sin complicaciones económicas si se sabe administrar, vivirá con lo que tiene, ahora su preocupación es otra: sentirse activo y útil.

Y es que de acuerdo con el Reporte de Envejecimiento Poblacional de la ONU, se prevé que el número de personas de 60 años y más mostrará un incremento de 81% entre 2015 y 2030, y que para 2050 triplique su tamaño.

Hoy tenemos una mayor esperanza de vida, ello derivado de avances de la medicina, servicios de salud pública, mejores condiciones de higiene y mejores condiciones de vida, pero con ésta también vienen las necesidades de protección social y vivienda.

Una población con mayor número de personas adultas mayores requiere de dos pilares fundamentales: servicios de salud y los sistemas de pensiones, pero pocos hablan del tema emocional que impacta también en la calidad de vida.

Ya me jubilé ¿y ahora, qué hago? Es la pregunta de muchos mexicanos que llegan a este punto y que más que verlo como una etapa que se puede vivir con plenitud o júbilo, como su nombre lo indica, la padecen.

No me refiero sólo a la parte económica, que es compleja por las bajas tasas de reemplazo (los trabajadores que alcancen pensión recibirán aproximadamente 25.5% de su último sueldo), se trata de la parte anímica, muchos adultos mayores se deprimen cuando cortan con esa vida productiva.

Hoy quienes llegan a los 65 años aún se siente fuertes y con ganas de realizar muchas cosas entonces, ¿cuál es el problema? ¿por qué no lo hacen? Después de 25 años trabajando es difícil ver las oportunidades que puede tener la vida.

Muchas universidades han entendido esta perspectiva y ofrecen diplomados para personas de 50 años en adelante, los programas incluyen temas de salud y estilo de vida, nutrición, gestión del ahorro familiar y personal, hasta teatro y actividades lúdicas.

Si tú vas a entrar a esta etapa sería importante que comiences a planear cómo quieres vivir tu retiro, visualiza esta etapa para disfrutar y hacer lo que no has podido hacer en otro momento, y si así lo quieres o necesitas también trabajar, pero no pienses que tu vida acabó al llegar a esta etapa, tal vez comienza lo mejor: pensar en ti.

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*livm

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