David Páramo

Análisis superior

David Páramo

14 Ago, 2017

Game of Thrones

 

Un amigo mío que ha dedicado gran parte de su carrera profesional a las telecomunicaciones, tanto del sector público como de empresas privadas, dice que el sector está maldito. Cada vez parece menos un chiste.

Los temas son llevados con un dramatismo que algunos creen propio de William Shakespeare, pero en realidad es de Yolanda Vargas Dulché. Que imaginan que se trata de Game of Thrones, cuando más bien parece un pleito por ver quién es la más popular en una película para adolescentes de Estados Unidos, tipo Chicas Pesadas.

Un sector donde mirreyes tardíos y algunos otros no tienen ningún empacho en poner cada tema, cada asunto, en la tesitura de que es la crisis de los cohetes cubanos, ahora aseguran que la decisión que deberá tomar la segunda sala de la SCJN equivale al futuro político y económico de México. Vamos, la renegociación del TLCAN se ha convertido en un juego de párvulos.

Cuando hay tantas exageraciones se crean mentiras, mitos y bandos irreductibles, conspiraciones que no se le ocurrirían a Conan Doyle o como las que inventa un día sí y otro también el gobierno del dictador Nicolás Maduro para evadir sus problemas internos.

RESOLUCIÓN

Para mí es total y absolutamente irrelevante qué compañías puedan salir beneficiadas con una y otra medida. Si alguien puede o no colgarse medallas políticas o si el grupo A puede cabildear mejor que el grupo B.

Creo en la libertad económica, la competencia a favor de los consumidores, y por lo tanto, me tiene total y absolutamente sin cuidado lo que desee uno u otro grupo. 

En los últimos días, el sector de las telecomunicaciones ha estado demasiado tenso por la revisión del juicio de amparo que deberá ser votada por la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y algunos le han dado poderes destructivos superiores a los que se confiere Kim Jong-Un.

Radio Móvil Dipsa presentó una solicitud de amparo en contra del artículo 131, en su inciso A, de la Ley Federal de Telecomunicaciones, puesto que considera que viola la Constitución. Eso es lo que deberán resolver los ministros de la Corte. No el futuro económico y político del país; no la cura del VIH o tampoco los problemas entre Corea del Norte y Estados Unidos.

Hay quienes le han dado proporciones bíblicas a esta resolución y fallan por exageración. La SCJN únicamente debe responder si se viola o no la Constitución con el artículo de la Ley Federal de Telecomunicaciones (IFT) que tiene que ver con la terminación de llamadas en la red móvil telefónica, servicio que está disminuyendo de acuerdo con las mediciones objetivas.

El resultado de esta votación determinará si corresponde al Congreso de la Unión o al IFT determinar la tarifa de interconexión de acuerdo con las leyes vigentes.

Si el proyecto, ampliamente difundido, del ministro Javier Laynez o la votación de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tuviera cualquiera otra consideración más allá de a quién le corresponde la facultad de fijar esa tarifa asimétrica, estarían incumpliendo su obligación como impartidores de justicia.

EFECTOS

Los efectos que podría tener esta resolución (términos que adelanté desde finales de junio, en el sentido de que la facultad corresponde al IFT y que no habrá ningún cobro retroactivo por ser un hecho consumado), también han sido magnificados, como si fuera la novela de Nikolai Ostrovski Así se templó el acero.

La aplicación de la ley no debe ser subjetiva y mucho menos estar al servicio de los intereses de uno u otro grupo. Debe ser objetiva y los sujetos obligados a la ley deben tomar sus decisiones con base en esa realidad.

Si a la empresa A le deja de convenir participar en determinado negocio, es su decisión. La obligación de la SCJN es establecer reglas objetivas con base en las cuales los agentes económicos puedan tomar sus determinaciones.

Las reformas constitucionales emprendidas por el presidente Enrique Peña Nieto tienen como eje central poner al consumidor como el centro de las decisiones, dándole márgenes de competencia. Así, por ejemplo, la subrogación de créditos ha permitido que, a pesar del alza en la tasa de referencia, la inmensa mayoría de los financiamientos no hayan registrado incremento en sus tasas.

Si el banco A le sube la tasa de interés en su crédito, usted con gran facilidad puede cambiarse al B, C, D o al que le ofrezca las mejores condiciones en términos de precio, calidad y plazo.

En el caso de las telecomunicaciones pasa lo mismo. La posibilidad de cambiar de compañía sin perder el número, en menos de 24 horas, genera la más importante barrera para el alza de precios. Soy cliente satisfecho de AT&T y, si esta empresa aumentara los precios o disminuyera la calidad, no tendría ninguna duda de cambiarme a otra que me mantuviera feliz. ¿No haría lo mismo? 

 

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