Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

14 Ago, 2017

¿El periodista como marca?

 

¿Hasta dónde queda la línea entre el reconocimeinto profesional y la vanidad de un periodista en el mundo de internet? ¿Hasta qué punto nuestro trabajo debe ser útil y sensato y no sólo un juego de redes sociales donde nos volvemos opinólogos o seudoexpertos? Hace unos días me preguntaban si tenía fan page y qué tan seguido subía fotos de mi día a día, de mi familia o mis hobbies, pues mis “seguidores” querían conocerme más a fondo.

¿Fan page? En mi cabeza explotaron las risas, pero respetuosamente respondí que no, que con trabajos tenía tiempo de atender mi ocupaciones diarias. Me dijeron que entonces estaba fuera del juego de crear mi marca en internet, cosa que podría repercutir en que otras empresas o personajes de la política o el show business me buscaran para considerarme un influencer. ¡Santo Dios, ahora no puedo ni dormir de la angustia!

Tengo muchos años de cubrir la fuente de negocios y tecnología, y he pasado por todas las que conforman los medios de comunicación, desde la política hasta la cultural, y jamás he sentido que formo parte del show business, pues me enseñaron que si te crees parte del juego dejas de lado el profesionalismo periodísitico.

Desde hace tiempo he entendido que las redes sociales son una herramienta periodística donde los debates eternos no llevan a ningún sitio, y donde ofrecer opiniones personales o descalificaciones sobre los protagonistas de las informaciones que después tendré que utilizar en mi medio es una hipocresía en la profesión. Menos creer que lo que se dice ahí es fuente, aun así los perfiles sean “oficiales”. Todo debe ser confirmado siempre.

También sé que las redes sociales son nuestra parte privada fuera de los medios en los que trabajamos, y que podemos hacer de nuestro perfil lo que nos plazca, opinar si queremos, pero al final del día somos periodistas y debemos guardar nuestra distancia si queremos conservar nuestro respeto frente a las audiencias. No niego que lo he hecho, pero trato de evitarlo siempre.

Para muchos periodistas freelance, y para muchos que no lo somos, las redes sociales pueden ser otra gran herramienta para exponer nuestro trabajo, divulgarlo y expandirlo, pero lejos está la situación de con ello convertirnos en una marca que nos conlleve a ese estupidez de ser influencer.

En principio, el trabajo del periodista no es hacer publicidad. Ni en redes sociales ni en el periódico o donde trabaje. Si bien es cierto que el escenario de las tecnologías sociales es “por mucho inmaduro”, se están presentando situaciones que nunca antes se habían dado. Por ejemplo, porque hacemos noticia de historias que no lo son, porque hoy primero pensamos en la inmediatez sin obligarnos a investigar qué ocurre y entender cómo funcionan los mecanismos que conlleva a la viralidad. Si lo hacemos, tal vez lo podamos usar para hacer buen periodismo.

Lo importante, y lo que nos da esa marca que hoy buscan en las redes sociales, es hacernos relevantes con nuestro trabajo. Que lo que escribimos, reportamos e investigamos es útil para las audiencias, no para buscar fans. Tenemos que mostrar que hay contextualización, filtrado y edición, categorización, y rigor en los asuntos. Debemos seducir con las historias, no con fotos o con videos de nuestro día a día en nuestras fan page.

Hay varios caminos para crearse un nombre en esta profesión, pues claro que buscamos el reconocimiento y respeto de nuestras audiencias. Pero me pregunto ¿es necesario hacer periodismo “barato”, opinar sólo por creerse del “círculo Twitter”, creer que tenemos que abrir la boca sólo por subirmos al tren del mame y, sobre todo, hasta tener una fan page o certificar nuestro perfil para decir que es el oficial? Cuanta vanidad.

Tal vez el camino largo para ganarse el respeto, con el trabajo bien hecho, sea desesperante para muchos que les urge darse a notar por su falta de capacidad para crear historias interesantes, bien reportaeadas y con fuentes.

Internet y las redes sociales son muy importantes para nosotros en la actualidad, pero, no lo olvidemos, no son periodismo. Y, sí, no tengo ni pienso tener fan page ni me interesa ser influencer ni convertirme en una marca del mainstream del que muchos compañeros se sienten orgullosos.

  paul.lara@gimm.com.mx

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