Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

22 Ago, 2017

¿Quién hace caso hoy, a tanta ocurrencia de tanto acelerado?

 

Ésa es tarea imposible de llevar a cabo, al escuchar tantas ocurrencias y tonterías mil de parte de la casi totalidad de los veintitantos mencionados, que andan en busca de la candidatura presidencial.

Mantener la seriedad al escucharlos es —como dije arriba— tarea imposible de lograr. Lo que piensa uno, al terminar de reírse, es algo que aquéllos se niegan a aceptar: ¿De dónde les viene esa idea loca de querer presentarse como conocedores de la realidad?

Por allá, quien se pasea por la Central de Abastos y suelta ocurrencias en relación con la comercialización de frutas y legumbres, y aun cuando nos hubiera parecido imposible, sale otro afirmando que los 127 millones de ciudadanos, cuando somos 87 millones.

¿Quién asesora a estos personajes? ¿Acaso, de tener asesores, son tan ignorantes de la realidad como lo evidencian las afirmaciones de sus jefes? Por otra parte, ¿por qué cancelar esa posibilidad?, podría ser que se crean conocedores de todos los temas sin tener ciencia aborrecida y no requieren, al menos en esta etapa de su búsqueda de la candidatura presidencial, de asesor alguno. Dicho con otras palabras, estamos ante la presencia de puros Ch.P.T (Fregones para todo).

Sin embargo, como alguien afirmó, tienen todo el derecho de decir las tonterías que gusten y expresar las ocurrencias más descabelladas; para eso gozamos de la libertad de expresión, lo cual, si bien es un derecho, por favor, no abusen.

Hoy, además de la sorpresa que significa el elevado número de aspirantes a la candidatura presidencial, también lo es su ignorancia de los problemas estructurales del país, y la ausencia de la obligada modestia a que obliga la honradez intelectual de quienes, al andar a la búsqueda de la candidatura presidencial y el triunfo en la elección para presidente de los Estados Unidos Mexicanos, uno pensaría que reconocerían sus limitaciones y debilidades, a la vez que manifestarían sus fortalezas.

Sin embargo, nada de eso; ellos sueltan afirmaciones sin el menor sustento y viabilidad jurídica, al no ser facultad del Poder Ejecutivo llevar a cabo lo que prometen. ¿Acaso quienes los escuchan u oyen solamente, son tan limitados en su entendimiento, que consideran que los candidatos deben saber todo de todo?

De ninguna manera; si bien nuestro electorado —87 millones y no 127 como afirmó uno de los veintitantos— no son unas chuchas cuereras en esto del conocimiento de la realidad del país, sí entienden y aceptan que el que está al frente, sabe de unas cosas e ignora de otras.

El espectáculo que brinda la casi totalidad de los veintitantos es de tan baja calidad, que poco interés han despertado sus propuestas, o mejor dicho sus ocurrencias y francas tonterías.

¿Qué explica ese desinterés por la actividad que todos ellos desarrollan? ¿Acaso se debe a las tonterías y ocurrencias que expresan, lo que hablaría de un elector informado y analítico, pero eso sería en Noruega o Francia y Alemania, mas no aquí? ¿O es la sempiterna apatía de un elector que así ha sido educado desde hace una buena cantidad de decenios, para no analizar y menos pensar por su cuenta y concluir qué es lo que verdaderamente le conviene?

¿Qué pensarán los que andan promoviéndose ante unos y otros, de la escasa o nula respuesta ciudadana? ¿En verdad piensan que las imágenes que suben a Twitter y Facebook son sustituto adecuado de una realidad imposible de ocultar y que a nadie emocionan?

Frente a esto que vemos, ¿cómo deberían hacer campaña quienes desean ser candidatos a algún puesto de elección popular? Dicho de otra manera, ¿cómo darse a conocer? ¿Cómo informar al elector qué piensan de los problemas de su distrito, municipio, estado o del país? ¿Cómo hacerle saber las ideas que tienen para enfrentarlos, y darles solución?

Es más, a usted ciudadano, ¿cómo le gustaría que le dijeren todo eso?

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