¿Por qué este es uno de los meses más extraños para Wall Street?

Septiembre es históricamente, el peor mes para la bolsa de Nueva York.
Economía -
No sienta bien, en Wall Street, el final del verano y el principio del otoño. Foto: Archivo
No sienta bien, en Wall Street, el final del verano y el principio del otoño. Foto: Archivo

CIUDAD DE MÉXICO.- No sienta bien, en Wall Street, el final del verano y el principio del otoño.

Septiembre es, históricamente, el peor mes para la bolsa. Si promediamos el rendimiento del Dow Jones para cada mes del año durante los últimos cien años, sólo un mes arroja un rendimiento negativo: el de septiembre, con una caída del 1.09%, según Bespoke.

Si hacemos el mismo ejercicio para los últimos cincuenta años, son cuatro los meses que presentan rendimientos negativos: mayo,  junio, agosto y septiembre. Pero  de nuevo, el peor mes es septiembre con un retroceso del 0.85%.

En el promedio de los últimos veinte años, de nuevo septiembre aparece como un mes con rendimientos negativos (-0.96%), si bien esta vez hay dos meses aún peores: agosto (-1.39%) y enero (-1.0%).

Por tanto, septiembre es tradicionalmente un mes complicado para la bolsa. También en este 2017 Wall Street empezó septiembre con algo de ansiedad en el parqué. El martes, tras el feriado del Día del Trabajo, el Dow Jones se hundió un 1.07%,  su mayor caída desde el 17 de agosto.

Si hacemos el mismo ejercicio para los últimos cincuenta años, son cuatro los meses que presentan rendimientos negativos: mayo,  junio, agosto y septiembre. Pero  de nuevo, el peor mes es septiembre, con un retroceso del 0.85 por ciento.

Al mismo tiempo, la tasa del bono de 10 años de Estados Unidos cerraba el martes en un nuevo mínimo del año (2.06%) y el oro, otro activo seguro, terminaba en los 1,345 dólares la onza, un máximo de casi un año.

Los peligros desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca se han ido multiplicando para las bolsas: escándalos presidenciales, ligas con Rusia, proteccionismo, Corea del Norte, parálisis en Washington, riesgo de cierre de gobierno e impago, normalización monetaria,  etc. Pero Wall Street no ha dejado de subir, desdeñando todos esos riesgos y negociándose cerca de sus récords.

Los desdeña porque estima que la probabilidad de que sucedan es muy bajo y, por el contrario, el crecimiento global parece ganar fuerza y la expansión estadunidense se ha  estado acercando al objetivo de Trump del 3%, al menos antes de que Harvey e (este fin de semana probablemente) Irma, golpearan a su economía. ¿Se sobrepondrán también al temible mes de septiembre?

1. Corea del Norte: el riesgo de una guerra nuclear es atroz, pero también muy improbable. Genera nerviosismo, pero no pánico. La opción de una guerra, sí, está sobre la mesa, como dice Trump. Pero quizás sea la última. Las provocaciones del régimen de Kim Jong-un han ido en ascenso, pero están medidas. Sabe hasta dónde puede llegar: se vio cuando se retractó y dijo que ya no atacaría las islas de Guam. Desde Hiroshima y Nagasaki no se han lanzado más armas atómicas, y los mercados asumen que no se llegará a ese punto.

La última y más osada provocación aconteció el fin de semana, cuando probó una bomba de hidrógeno de alta destrucción.

La prueba confirma el avance de Pyongyang en su carrera nuclear y la cercanía, si no la tiene ya, de lograr su objetivo: poder fabricar un misil balístico intercontinental con cabezas nucleares que amanece el territorio estadunidense.

Trump respondió que Corea del Norte está clamando por una guerra, y pidió a la ONU endurecer las sanciones. Sin embargo, la comunidad internacional parece dividida, algo que debe complacer a Corea del Norte: mientras Japón, Francia e Inglaterra apoyan a Estados Unidos, China y Rusia se muestran reticentes. El presidente ruso afirmó que imponer más sanciones a Corea del Norte ha sido “inútil e inefectivo”.

Las tensiones no parece que se vayan a relajar, pero la probabilidad de un escenario de guerra es pequeña. Estados Unidos, posiblemente, esté estudiando la posibilidad de un ataque quirúrgico, de precisión, sobre objetivos militares norcoreanos específicos.

Pero se trata de una operación de alto riesgo. El armamento norcoreano está disperso y escondido en las zonas montañosas del país. Un error de cálculo que diera tiempo a una respuesta contundente de Kim Jong-un un pondría en riesgo a 10 millones de habitantes en Seúl, 38 millones en Tokio, así como personal militar estadounidense desplazado a la región. Eso sin descartar la posibilidad de que algún misil balístico intercontinental muy destructivo esté realmente apuntando a Estados Unidos.

Los riesgos son muchos, sobre todo para Corea del Sur y Japón, que piden por un lado recrudecer las sanciones y, por otro, que Trump baje el tono de sus tuits. ¡Atentos al sábado! El 9 de septiembre es el día de la fundación y quizás aproveche Corea del Norte para hacer otra demostración de fuerza.

2. El techo de la deuda en EU: sin duda éste era uno de los asuntos peliagudos, pero la catástrofe del huracán Harvey (a la espera del paso de Irma) destrabó la parálisis del Congreso. Con los desastres climáticos, la  respuesta de los legisladores tenía que ser contundente: por un lado, y en un gesto urgente de sensibilidad, entregar los recursos necesarios a las zonas afectadas por Harvey; y por otro lado, evitar la parálisis del gobierno.

Por tanto, se estableció la estrategia de negociar, en un mismo paquete, el aumento del techo de la deuda junto con la ayuda por el huracán Harvey. Y sacarlo cuanto antes. Tanto que ayer mismo, inesperadamente, se anunciaba el acuerdo entre la administración Trump y el Congreso para otorgar la ayuda por Harvey y elevar el techo de la deuda hasta el 15 de diciembre. De este modo, al menos de momento, se evita el cierre de gobierno o una posible “suspensión de pagos” que podría haber acarreado una rebaja en la calificación de Estados Unidos por parte de Moody’s.

Salvado el principal escollo del mes, todavía quedan muchos temas por discutir en una agenda legislativa muy cargada. Los republicanos, tradicionalmente, se han resistido a incrementar el techo de la deuda si a cambio la administración no anuncia un recorte en el gasto. Y Trump, por otro lado, más que recortar el gasto pretende incluir en su programa fiscal el financiamiento del muro con México.

Al mismo tiempo, tendrá que debatirse la reforma tributaria, la cual plantea una pronunciada reducción de impuestos cuyo anuncio el mercado espera con ansias. Para colmo también tendrá que deliberar sobre el destino del programa de protección de los dreamers, el último embrollo de Trump y causa de litigio entre su administración y la propia bancada republicana.

3. La política monetaria. Los inversionistas tendrán que digerir también la estrategia del Banco Central Europeo (BCE) y de la Fed para normalizar las condiciones monetarias.

Hoy habrá reunión de política monetaria del BCE, pero posiblemente su presidente, Mario Draghi, se abstenga de hacer algún anuncio en relación a sus planes de empezar a reducir los montos de inyección de liquidez de su programa de compra de activos (QE por sus siglas en inglés). Esa decisión vendría impuesta por la reciente fortaleza del euro, lo que puede frenar la recuperación  y  generar presiones desinflacionarias en la economía.

Imagen intermedia

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En cuanto a la Fed, el 20 de septiembre se reúne y, ahí sí, podrían anunciar sus planes para empezar a comprimir la hoja de balance, esto es, reducir su inmensa cartera de bonos del Tesoro y títulos respaldados por hipotecas que adquirieron durante su programa de QE. Sin embargo, el mercado no parece demasiado inquieto. La inflación se ha venido reduciendo y cada vez  parece más lejana la posibilidad de un aumento de tasas en la reunión de diciembre (actualmente es inferior al 30%). Ayer, la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, advirtió que deben ser cautelosos antes de subir tasas ante la dificultad que están enfrentado para llevar a la inflación a su objetivo de 2.0 por ciento.

Por tanto, septiembre es el mes más peligroso para Wall Street, pero quizás vuelvan a librarla. Pyongyang y Washington seguirán fantocheando, el riesgo del cierre de gobierno de Estados Unidos e impago de deuda ha sido desactivado (al menos hasta diciembre) y los bancos centrales seguirán dando dinero muy barato. Y así siguen sorteando las amenazas.

*Director de llamadinero.com y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

 

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