David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Sep, 2017

Política ignominiosa

 

La inmensa mayoría de los políticos no tiene ningún problema para traicionar a sus correligionarios, principios o lo que sea por esa ambición ridícula de llegar al poder. Los votantes, por supuesto, no son importantes para ellos, ya que sólo sirven en tiempos electorales.

La alianza amorfa, ridícula, que hicieron PAN y PRD no busca, de ninguna manera, ofrecer una alternativa para los votantes. Se trata de dos partidos que creen que la suma de dos debilidades terminará generando fuerza que les permita mantener prerrogativas.

Algo que a menor escala hacen los parásitos del Partido del Trabajo que utilizan legisladores prestados no para ser una opción política, sino para mantener el negocio de sus líderes.

Acción Nacional se perdió con caudillos que van de mal en peor: Gustavo Madero parecería sensato en comparación con Ricardo Anaya, quien parece una versión pirata de Roberto Madrazo. Los del PRD se quedaron sin un líder, un santón al cual seguir. De ahí que muchos militantes de ese partido corran a Morena donde hay un caudillo como los que siempre han encantado a los políticos de izquierda.

DESESPERACIÓN

Esta alianza, que tiene en Movimiento Ciudadano una versión más lamentable que el PT, no está interesada en ofrecer soluciones reales que generen progreso y bienestar para la población, sino hacer propuestas robadas del populismo más ramplón para tratar de engañar a un electorado al que dicen querer servir, pero del que ellos se sirven diariamente.

Entre sus propuestas económicas para la negociación del paquete presupuestal, destaca un verdadero absurdo: Revertir el gasolinazo.

¿A qué se refieren? Ese nombre ridículo fue inventado por la prensa afecta a poner etiquetas a todo cuando los gobiernos de Acción Nacional impulsaron el deslizamiento mensual del precio de los combustibles como una medida razonable desde el punto de vista económico.

Sin embargo, parece que ahora se refieren a la liberación del precio de los combustibles que fue aprobada por el Congreso de la Unión para entrar en vigor este mismo año. Tratan de argumentar que la inflación está muy elevada y, con un simplismo lamentable, tratan de implicar directamente a la decisión de liberar el precio de los combustibles como parte de la creación de un mercado energético.

Desde que se anunció esta medida, he sostenido en esta columna que se trata de una medida económicamente razonable, socialmente justa y, en el extremo, correcta desde el punto de vista ecológico.

No existe ninguna justificación para que se destinen 200 mil millones de pesos anuales para subsidiar a los más ricos. El 30% más rico de la población se quedaba con 70% de subsidio a la gasolina. Visto de otra manera, para que el diez por ciento más pobre de la población recibiera un peso de subsidio, al más rico le tocaban 32 pesos.

El esquema, esbozado por la alianza de los débiles, parte de una visión tan simplista como equivocada. Bastaría leer los informes trimestrales de inflación que realiza el Banco de México o seguir con detenimiento los índices inflacionarios que publica quincenalmente el Inegi para saber que el alza de los precios de los combustibles, que impactó el transporte, sólo será temporal.

Hoy juegan también un papel relevante en la muy elevada inflación impactos derivados del tipo de cambio, que siempre se registran con un gran retraso; así como por el impacto de algunos precios de alimentos. Es un hecho que la inflación pronto iniciará una fuerte inflexión y que podría esperarse que el indicador regrese a niveles de tres por ciento el año próximo.

IRRESPONSABILIDAD

Los partidos políticos, cada vez menos serios y más equivocados, están cediendo al populismo (sí, ese que ya fracasó en México en la década de los setenta. Sí, ese que jamás ha funcionado en el mundo) porque creen que es la única forma de llegar y/o mantenerse en el poder.

Las ofertas de Morena implican un regreso al populismo de Luis Echeverría y José López Portillo; sin embargo, también lo son ofrecimientos como el Salario Rosa que ofreció el PRI en la campaña del Estado de México. Ojalá que esa ruinosa oferta desde el punto de vista económico se quede en una promesa incumplida.

Estoy convencido de que la única manera de acabar con la pobreza es generando riqueza a través de la iniciativa privada. Las medidas implementadas desde hace poco más de dos décadas han sido correctas y llevan al país en el sentido adecuado. Los números lo demuestran. No votaría por ninguna oferta que implique populismo o destruir lo mucho que se ha avanzado en materia económica.

 

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