Claridad de propuestas sobre la mesa, no rumores

Mientras la negociación se realizó para integrar los textos básicos sobre 28 capítulos del NAFTA, surgió un fuerte descontento entre los representantes de los sectores privado y obrero que acompañaron a los equipos de negociación, sobre todo en el sector agrícola.

Justo por eso, en la rueda de prensa de los tres ministros, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, subrayó que aunque fue una ronda productiva, hay diferencias claras en algunos temas, pero si el equipo de Robert Lighthizer no pone sobre la mesa, las propuestas específicas de lo que Estados Unidos quiere en temas específicos serán difíciles discusiones constructivas y avanzar en soluciones prácticas.

Lo mismo dijo Chrystia Freeland: si EU no pone en claro su postura en distintos temas, Canadá no puede responder.

Justo ése es el problema. Se han esbozado fuera de las mesas de  negociación algunas posturas que el negociador comercial estadunidense no desmiente, pero tampoco define y eso genera una fuerte incertidumbre. Dicen en Washington, que esto se debe a que la Oficina del Representante Comercial enfrenta muchas presiones de grupos económicos, cabilderos, abogados y legisladores, por lo que no puede definir los temas sobre los asuntos “difíciles” sin tomar riesgos.

Los temas críticos son tres: resolución de disputas y mantenimiento de los mecanismos de resolución del capítulo 11, en materia de inversiones, y el capítulo 19, en materia de comercio.

El segundo es el de reglas de origen y la supresión de la cláusula de transformación original, así como el establecimiento de un mecanismo de verificación del contenido en la cadena de valor para determinar la ventaja arancelaria, antes y no después de la importación desde los otros dos países NAFTA a los EU hacia ese país, cuidando el incremento a “partes iguales” del contenido intra NAFTA de 65.5 por ciento.

Ese porcentaje es 100% y de éste último cada país tendría 30%, lo que implicaría duplicar el contenido hoy producido en ese país, particularmente en autos y autopartes, así como en la industria acerera y metálica.

El tema que reventó la ronda y que México y Canadá rechazaron por completo fue la pretensión estadunidense, impulsada sólo por los agricultores de Florida y Georgia, de limitar las importaciones de vegetales y frutas a las temporadas en las que los agricultores de su país no están produciendo. Esa limitación de mercado fue rechazada por la OMC hace dos años y, aunque el equipo negociador sólo lo conversó sin poner la propuesta sobre la mesa, generó una reacción sin precedente en otros puntos de la Unión Americana y también de grupos de consumidores y compradores en el vecino país, no sólo en el nuestro y en Canadá.

Por lo demás, el equipo de Guajardo avanzó de manera importante en el capítulo de Pymes –nuevo en el TLCAN, telecomunicaciones, política de competencia, comercio digital, buenas prácticas regulatorias y aduanas y facilitación comercial, además de aduanas y facilitación de comercio. Lo pendiente es compras de gobierno y empresas públicas, pues el porcentaje se quiere llevar a niveles federales y subnacionales, pero se atraviesa el concepto de America First, que ha impuesto EU.

La siguiente ronda coincidirá con la
reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, donde el comercio global será un buen marco de discusión en caso de que EU presente, ahora sí, sus propuestas sobre los temas más controvertidos. La cita es del 11 al 15 de octubre.

De Fondos a Fondo

#FuerzaMéxico. Si las cuentas no fallan, el monto estimado de las pérdidas ocasionadas por los recientes sismos en México en los seis estados afectados, incluyendo la Ciudad de México, alcanzan dos mil 100 millones de dólares (38 mil millones de pesos), lo que ubica a México en términos de fatalidades en la reciente situación de emergencia, como uno de los eventos catastróficos mundiales de alto impacto.

La movilización de recursos privados (empresariales e individuales) para atender la emergencia fue impresionante: Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, mostraba un cuadro con donaciones de 87 mil herramientas y material de construcción para búsqueda de personas, 20 mil piezas de material de salud incluyendo la apertura de hospitales y clínicas privadas, más de 400 toneladas de víveres donados y la movilización de mil 300 camiones y tráileres para mercancía, más de 1,700 equipos de comunicación para voluntarios y rescatistas, 10 aviones y helicópteros para traslados de personal de rescate y 14 fondos de pareo en los que las empresas, al menos, duplican las aportaciones de colaboradores y clientes.

Esto más el fideicomiso Fuerza México intenta concentrar la mayor parte de las aportaciones en dinero de los mexicanos y de quienes envíen apoyo del exterior, pero, créame, si llegan a ser 200 millones de dólares, será mucho, pero queda claro que tienen capacidad para coordinarse y definir el uso de esas donaciones.

El grueso del esfuerzo será de los contribuyentes mexicanos (no de los partidos políticos), por lo que la reconducción presupuestal que definió el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, de los recursos para lo que resta de este año y los que se asignen en la negociación del presupuesto de 2018, será clave para restablecer la infraestructura de salud y educativa, el patrimonio de vivienda de los casi 100 mil mexicanos que tienen que reparar o reconstruir sus casas, el patrimonio cultural del país y la infraestructura urbana básica  que fue dañada.

#ColegiosPatito… Mientras las brigadas del Colegio de Ingenieros Civiles de México, organismo gremial con un enorme prestigio logrado en más de 70 años, y que es presidido por Fernando Gutiérrez Ochoa, estaban en recorrido con la SEP para revisar las condiciones de las escuelas de la CDMX, el presidente del Colegio Mexicano de Ingenieros Civiles (que no es lo mismo) decía que estaban en la mejor disposición de aceptar la invitación de las autoridades de la SEP, que encabeza Aurelio Nuño,  para hacer lo que el CICM empezó a hacer después del sismo del 19 de septiembre.