Alejandro Díaz de León

Prácticamente no hay ninguna duda de que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, propondrá a Alejandro Díaz de León como gobernador del Banco de México y deberá ser aprobado por el Congreso de la Unión.

A pesar de que se ha generado mucha estática sobre otros nombres, con altas calificaciones como José Antonio Meade o José Antonio González Anaya, la realidad es que Díaz de León es la persona que mejor cumple con los requisitos para el cargo.

No únicamente se trata de un hombre formado en el Banco de México que después realizó la gira tradicional que hacen prácticamente todos los funcionarios del instituto emisor por diferentes dependencias del sector público para después regresar a los más altos cargos, como es el que actualmente ocupa de subgobernador.

En abril, durante la convención de la Asociación de Bancos de México, ya era claro que la simpatía de los más altos niveles de Banxico estaba con Díaz de León, a quien desde aquel entonces han venido promoviendo en público y privado.

Hacia el exterior. Este hombre ha sido enviado a más eventos que ningún otro subgobernador de Banxico en representación de Agustín Carstens. El actual gobernador ya sólo acude a eventos en los que se incluya alguna suerte de reconocimiento o despedida.

En lo privado. Parecería que Díaz de León y Carstens comparten la misma oficina, puesto que el próximo director del BIS lleva más de seis meses preparando a quien, espera, sea su sucesor en el instituto central.

RUIDOS

En la medida en la que las posibilidades políticas de Meade para ser candidato del PRI a la Presidencia de la República han crecido, también se ha venido generando una suerte de ruido en torno a qué sucederá si no se cumple este hecho.

Se ha dado por cierto que el Presidente le tendría que compensar proponiéndolo como gobernador de Banxico si no es el abanderado del PRI y el papel que jugaría González Anaya en este enroque.

Sin embargo, habría que preguntarse ¿Peña Nieto ha enviado una señal en ese sentido o ha hecho algún pronunciamiento que pueda generar una especulación de este tipo? No. Simple y llanamente es una creencia que se ha venido extendiendo.

Desde el punto de vista del control del gobierno no parece la decisión más prudente cambiar a las cabezas de los dos pilares de la economía de un solo golpe. Si bien es cierto que las instituciones son mucho más grandes que las personas, también que hay una gran cantidad de retos (como siempre) dentro de la economía derivados ahora del tipo de cambio y el avance de la renegociación del TLCAN que, a pesar de que llegará a un buen puerto para México, tendrá momentos de sobresalto y retos.

Por lo demás, es cierto que la transición de gobierno debe darse sobre manos especialmente firmes en el manejo de la economía, puesto que podrían perderse los amarres de la economía por temas tan subjetivos como la pérdida de confianza en el equipo hacendario.

POLÍTICA

Desde el punto de vista político también deben hacerse algunas consideraciones fundamentales. El PRI debe llegar totalmente unido y preparado para cualquier contingencia en el proceso de las elecciones, por lo que resulta mucho más poderosa una alianza de entre aquellos de quienes saldrá el candidato a la Presidencia de la República.

Sin considerar quién ocuparía la candidatura, parece mucho más fuerte un equipo en el que Meade y Aurelio Nuño encabecen el grupo de cara a las elecciones a que una pieza fundamental durante el proceso quede anulada políticamente porque se debe concentrar en un organismo técnico.

Si Meade no es candidato y termina su trayectoria llena de marcas (como el que más veces ha sido secretario de Estado o el único que lo ha hecho en administraciones provenientes de dos partidos políticos) sin lugar a duda tendrá un espacio muy destacado dentro de la iniciativa privada, como le han ofrecido en ya una larga cantidad de ocasiones, pero que ha rechazado por su vocación de servicio público.

PRONÓSTICO

El nombramiento de Díaz de León es, como he documentado, la mejor alternativa considerando no únicamente las necesidades de banco central para seguir cumpliendo con su encomienda de preservar la estabilidad de precios sino también con la necesidad del PRI de contar con un candidato poderoso para contender en las elecciones a la manera de un tándem entre Nuño y Meade.

Lo único que parecería tener poder para descarrilar esta determinación sería la estupidez y locura que hoy priva entre los legisladores quienes ciertamente no están preocupados por el bien de México sino por ver cómo evitan que alguna otra fuerza política les aventaje.