Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

28 Oct, 2017

Adicción al gasto

Esta semana se discute en el Senado la Ley de Ingresos. Ya fue aprobada por los diputados en un proceso que dejó claro que están dispuestos a manipular parámetros con tal de poder tener en el papel un mayor gasto. Ésta es una conducta que refleja cómo el país se volvió adicto a gastar más cada año. No se aprecia en el proceso una visión de disciplina fiscal.

Lo que hicieron los diputados no tiene ninguna justificación técnica y sólo infla, de manera artificial, los ingresos del gobierno. Decidieron modificar dos variables (precio del petróleo y tipo de cambio) para generar en el papel más ingresos.

Si la discusión hubiera sido sobre aumentar los ingresos vía más impuestos o una mejor fiscalización estaríamos en otro escenario.

Hay que entender la parte de la necesidad de un mayor gasto para explicar por qué aumentar ingresos. Viene un año electoral que va a ser complejo. Esto puede explicar el problema. Yo acotaría a decir sólo una parte del problema.

Si bien hay el argumento de que existe un componente cíclico de un mayor gasto de gobierno en tiempos electorales, no creo que sea la única justificación. Si el fenómeno fuera así, lo que se observaría es un gasto repuntando en año de elección presidencial y luego bajando.

La realidad ha sido distinta. Lo que ha venido sucediendo con el gasto es que crece de manera sostenida cada año. Es decir, se observa un comportamiento de toda la clase política que favorece gastar más porque si no se afectan agendas partidistas o el costo político es alto. No hay la actitud para reducir el gasto.

A continuación explico por qué este fenómeno lo califico como una adicción. Hay algunas sustancias que generan una adicción tal que el proceso de dejar de consumir la sustancia es muy fuerte.

Un ejemplo es el de los opiáceos. En Estados Unidos se ha vuelto un problema de salud pública. El aumento en muertes por sobredosis en ese país es dramático. Factores que explican la situación tienen que ver con el gran poder adictivo de la sustancia, que el proceso de limpia es doloroso, con no aceptar que hay un problema de adicción y por no enfrentar a los intereses de las farmacéuticas.

El paralelismo con los factores del mayor gasto grande. En México no se reconoce que ya no tenemos una disciplina fiscal fuerte, no se acepta que se debe bajar el gasto y se generan ingresos de papel. Es claro que los políticos no quieren afectar los intereses relacionados con el gasto público.

Sobre el no reconocer la situación de debilidad de finanzas públicas, los comentarios sobre este 2017 muestran el comportamiento.

Técnicamente hay dos factores que explican la mejor situación fiscal y comportamiento del endeudamiento. Son externos. El primero es el remanente del Banco de México y el segundo es el comportamiento del tipo de cambio que redujo el monto en pesos de la deuda en moneda extranjera.

La siguiente pregunta es, ¿cómo llegamos a esta situación? Para ello hay que remontarse una década o poco más cuando la deuda pública como proporción del PIB estaba poco arriba de 30%. En ese momento habían voces que decían: gastemos un poco más, al fin se debe poco y no va a pasar nada.

El problema es que al perder esa disciplina con el presidente Calderón de poquito en poquito hoy se tienen niveles de endeudamiento público que ya no son bajos. En el proceso, el aparato de gobierno se hizo adicto al gasto y no se ve que le quieran entrar a solucionar su adicción.

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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