David Páramo

Análisis superior

David Páramo

30 Oct, 2017

Definida tarifa de interconexión

 

El Instituto Federal de Telecomunicaciones determinará esta semana cuál será la tarifa de interconexión, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que deberán ser ellos quienes lo hagan con base en un modelo de costos.

Como muy posiblemente se ha enterado porque hacen mucho ruido, todas las empresas (excepto América Móvil) gritan que se debe mantener la tarifa cero, de la que gozaron indebidamente tres años, puesto que de lo contrario se presentarán quién sabe cuántas plagas bíblicas y estallarán sobre el sector.

Básicamente están pidiendo que el instituto, encabezado por Gabriel Contreras, incumpla lo que establece la sentencia de la Corte en sus párrafos 164, 168 y 178. Pretenden que el tema se alargue tres años más en un proceso ridículo de judicialización, o que el IFT, simplemente, incumpla con su obligación legal.

Es absurdo pretender que el IFT viole la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, donde se hacen referencias a decisiones basadas en modelos de costos, así como los muy diversos tratados que ha firmado México.

¿QUÉ DESEAN?

La mayoría de los operadores móviles quieren que el IFT preserve la asimetría existente. Llegando a extremos de que suba la tarifa que se pagan entre los no preponderantes. Esto implicaría un aumento de las tarifas que se le cobran a los usuarios finales.

Los operadores fijos como IZZI, Axtel o Total Play, desean que las tarifas se reduzcan a su mínima expresión, puesto que ellos son pagadores netos y no tienen terminación móvil, puesto que no tienen empresas de telefonía móvil.

Hace un año el IFT realizó una consulta pública sobre el modelo de costos que deberán pagar los operadores distintos al Agente Económico Preponderante entre 2018-20. En ese modelo se incorporan no únicamente los avances tecnológicos, sino además el uso creciente de datos. Ese modelo establecía que el cobro debería ser de 0.19 centavos.

Con base en ese estudio, la corriente dominante dentro del IFT es que la tarifa adecuada debería ser de 0.14 centavos, puesto que no únicamente cumpliría con la obligación que tiene el instituto de establecer una tarifa con base en estudios técnicos, sino que resulta adecuada para el desarrollo del mercado.

Es importante recordar algunos puntos fundamentales mucho más allá del drama. Se trata de una tarifa de servicios intermedios que se pagan entre operadores para servicios que están siendo desplazados por los datos. Los servicios de voz se están volviendo un commodity en un entorno digital en el que cada vez se consumen más datos y en los que, evidentemente, no existen tarifas de interconexión.

HISTÉRICAS CAMPAÑAS

La intención del IFT es que los operadores compitan por obtener ingresos de sus clientes y no de obtener una suerte de rentas de la competencia. Lo que pretende una tarifa cero como forma de promover la competencia es como si se obligara a Bimbo a prestar, sin costo, sus vehículos de transporte para las otras panaderías.

Quienes pretenden que se viole la ley para que ellos ganen aseguran absurdos como que se cambiaron las reglas del juego: falso. De hecho, se beneficiaron de una sentencia inédita en la que se determina que el AEP sí tenía derecho a cobrar una tarifa de interconexión, pero que no se hará, es decir las empresas dejaron de pagar durante tres años algo que sí les correspondía.

Hablan de incertidumbre jurídica ¿es real? ¿No hicieron ninguna reserva de riesgo o no pensaron que podrían perder el juicio? Tal vez esperaban que la presión, los gritos y los dramas de aquellos que se hacen llamar los representantes de la sociedad civil en telecomunicaciones bastaría para doblar al IFT.

Si el pleno encabezado por Contreras no establece una tarifa de interconexión estaría violando no únicamente las mejores prácticas internacionales, sino su obligación legal. Si se estableciera artificialmente una tarifa cero sí generaría incertidumbre jurídica e iría en contra del desarrollo del mercado.

La obligación del IFT, que ha venido cumpliendo con excelencia durante toda su historia, es mantener la transformación del sector. Las tarifas de interconexión que se pagan entre los no preponderantes ha disminuido a la mitad, lo que ha contribuido a que los usuarios finales paguen sustancialmente menos.

El IFT debe seguir buscando un régimen asimétrico que beneficie la competencia a favor de los consumidores, no de los intereses de las empresas. No debe ceder a ninguna presión, por escandalosa y dramática que fuera, para hacer ocurrencias que acaben en absurdos litigios.

Es momento que las empresas dejen de hacer dramas ridículos y respeten la ley, lo que garantiza que la competencia beneficie a los consumidores y no a las empresas.

 

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