Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

11 Nov, 2017

Presupuesto 2018

El jueves en la noche se aprobó en lo general el Presupuesto de Egresos 2018 y el viernes en la madrugada quedó la aprobación en lo particular. Sorprenden los tiempos en los que lograron el acuerdo. Un margen de varios días les quedaba. La pregunta relevante es: ¿qué puede explicar este fenómeno? Es una combinación de factores.

Primero, el Presupuesto aprobado es uno generoso. El aumento entre el Presupuesto de 2018 contra el aprobado para 2017 es de casi 8%. Es decir, el gobierno no presentó un Presupuesto austero, sí está planteando gastar más. En un escenario de este tipo es más fácil llegar a un acuerdo.

Segundo, ayudó a la coyuntura con la manipulación de dos parámetros de la Ley de Ingresos, los cuales crearon en el papel 43 mil millones de pesos adicionales. De este dinero extra, buena parte se va a dedicar a la reconstrucción y al apoyo a los afectados por los sismos.

Este gasto adicional era algo que los partidos no tenían margen de maniobra para dejar de hacerlo. En un año electoral no puedes tener a tanta gente molesta por las pérdidas materiales. El problema es que los estados afectados incluyen al PRI, al Verde y al PRD.

Lo que hubiera sucedido en caso de no crear esos ingresos e incluir en el PEF dar apoyos suficientes para la reconstrucción es el problema de a qué le corto el gasto. Se ahorraron esa discusión los diputados. Este hecho facilitó mucho el proceso.

Tercero, es el monto de las reasignaciones. Si bien se menciona que es por un monto de decenas de miles de millones de pesos, en términos relativos representa menos de 2% del Presupuesto.

Lo que sucede es que prevaleció la visión del Ejecutivo a través de lo que mandó en su propuesta, la cual tiene un componente inercial importante y que dejó lugar a poco margen de negociación.

Cuarto, las partidas que se usan para sumar a ciertos grupos políticos para que voten a favor del Presupuesto en un esquema de “yo te ayudo, pero tu me ayudas”. El mejor ejemplo son los dos mil 500 millones de pesos del Fondo de Capitalidad. Puesto de una manera muy sencilla: más presupuesto para la CDMX a cambio del voto favorable del PRD.

Quinto, el gobierno federal y la SHCP tenían todo el interés de aprobar el Presupuesto lo más rápido posible, siendo flexibles en el proceso, para quitar este tema de la agenda y pasar a la etapa siguiente en el proceso electoral.

Sexto, los que votarían a favor ya estaban convencidos y los que no era claro que no se sumarían bajo ninguna circunstancia al proceso para lograr un acuerdo.

La votación acabó siendo en contra los diputados de Morena y a favor de todos los demás. Este equilibrio es el que se observaría en cualquier escenario. De 10% en contra y 90% a favor era el natural.

Cuando se ponen todos los elementos parece que sí hay una explicación racional de por qué se logró un consenso tan rápido en la aprobación del PEF. No había mucho que discutir y se quería un acuerdo rápido.

Lo que a mí no me queda claro es cómo este Presupuesto generoso va a cumplir con lo que dicen: es un Presupuesto responsable y que no va a aumentar el endeudamiento como proporción del PIB.

 

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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