Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

22 Ene, 2018

Cautela de oposición en NAFTA

 

La posibilidad de extender la negociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCN o NAFTA) hasta después de la elección, pone presión sobre la oposición gubernamental en los tres países, no sólo en México.

Partiendo del tuit de @RealTrump en la semana sobre que el Nafta es a bad joke, su administración ha “aflojado” ligeramente la presión y, hoy con el ojo puesto en shutdown del gobierno estadunidense, puede haber mucho ruido sobre el presupuesto, la deuda y el financiamiento del muro, pero habrá poca atención a la ronda que se describe como la decisiva: o avanza con sentido claro en temas difíciles o se inicia la salida.

A punto de que Donald Trump cumpla un año en la Presidencia de Estados Unidos, el final de la negociación del NAFTA cuya renegociación detonó, aún resulta incierto y, si bien Andrés Manuel López Obrador candidato de Morena, primero señaló que no debiera negociarse el acuerdo antes de la elección del 2018,  para finales del año pasado, varió su discurso indicando que él renegociaría el acuerdo, si resultase en un mal acuerdo bajo su opinión.

En el caso de Ricardo Anaya, candidato de Por México al Frente, en general no ha cuestionado ni antes ni después la estrategia negociadora de México sobre el NAFTA.

En ambos casos, si la renegociación se prolongara y no se concretara en marzo, sería un factor importantísimo en la campaña presidencial, porque ambos tendrían que definir posiciones claras respecto al curso de acción que seguirían si se encuentran con un arreglo cuya ratificación tendrían que impulsar al llegar a la Presidencia (si ambos creen que van a ganar) y, si estarían en condiciones de definir desde ya un plan de acción para enfrentar el impacto económico que tendría la terminación del acuerdo. Seis meses a partir del momento en que se dijera que no.

En el caso de José Antonio Meade, el escenario es distinto. Si gana la búsqueda de la ratificación del acuerdo modernizado sería una de sus primeras negociaciones políticas, pero si el acuerdo se prolonga y no se concreta, también definir un plan de acción para enfrentar contracción económica, será clave antes y después de la elección, pero no tan aguda como la que enfrentarían sus contrincantes.

El problema de la negociación que arranca en Montreal en su sexta ronda con 30 mesas en juego y todos los equipos de negociación públicos y privados (por México Ildefonso Guajardo coordina como a 200 personas y otras 230 que llegan de los equipos del sector privado), es que nadie espera que se produzca un buen acuerdo en los “temas críticos”, porque las tres partes tendrán que poner algo que a su contraparte pueda tomar.

Estados Unidos hasta ahora, ha pedido mucho y México y Canadá no, porque implicaría tomar decisiones difíciles en contra de sectores económicos que son clave, incluso, para la elección del 2018.

Vea el caso del sector agropecuario: entrar a negociar alguna forma de “control de acceso” a productos primarios para “proteger” a algunos productores de Estados Unidos de cítricos o cárnicos, ha generado una seria disputa interna entre los grupos productores de maíz, trigo, fructuosa, papa, pollo, pavo, carne, que en general, exportan a México poco más de 40 mil millones de dólares y cuyos productos tendrían bajo OMC un incremento de entre 40% y 70% en aranceles.

Este domingo, la negociación comenzó centrándose en agricultura y energía, además del capítulo de corrupción y, por lo que sabemos, el cierre del gobierno estadunidense, aunque incluye la oficina del representante comercial y por ley sus trabajadores no pueden ni siquiera realizar trabajo voluntario, la razón por la que si pueden asistir, es que se trata de una negociación crucial en curso, es como si estuvieran en medio de una guerra, no pueden pararla. Por ello, lo que se defina el 27 y 28 en la reunión ministerial, seguramente, marcará el curso de la propuesta económica que tengan los tres partidos, pues tarde o temprano ni AMLO ni Anaya, podrán nadar de a muertito sobre un tema tan crucial y en el que se juega no sólo el futuro de la economía, sino la estabilidad del país.

De Fondos a Fondo

#ABM… La convención bancaria del 8 y 9 de marzo tiene una ventaja enorme, creo que bien pensada, por el presidente de la Asociación de Bancos de México, Marcos Martínez Gavica. Había una sensación entre los banqueros de que la “pasarela” de candidatos, no siempre ha dejado buen sabor de boca y en ocasiones, complica fuertemente la relación política con quien, finalmente, gana la Presidencia.

Si considera que la actual competencia es todavía más fuerte, la 81 Convención que lleva por lema La Banca Comprometida con México,  no tendría que hacer pasarela, porque los candidatos hasta el 30 de marzo es cuando pueden iniciar sus campañas. Hasta ahora son “ensayos de campaña con sus militantes”.

Por lo pronto, en la definición de invitados y temas, podría ser interesante invitar a los precandidatos, a presentar propuestas claras sobre temas concretos, pero en general, todos están haciendo puro round de sombra, porque, incluso, Meade tiene una posición harto complicada.

En mi opinión, sus estrategas han confundido en extremo el que Meade, candidato de la alianza Todos por México, era el más independiente de todos sus candidatos, con el hecho de que aún sin afiliarse formalmente, hoy Meade es el candidato del PRI, Verde y Nueva Alianza, no se puede aislar o dejar de comprometer con esos partidos, sus propuestas y sus grupos, por polarizados que parezcan.

 

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