Las coaliciones que podrían mantener solida a la Unión Europea

El hecho de que la Unión Europea permanezca intacta en gran medida se debe en buena parte a Alemania. Hasta cierto punto ha sido el hegemón de Europa, un término griego que designa al miembro dominante de una alianza o confederación. Por desgracia, es un papel con el que Alemania ha tenido que cargar sola, lo cual es inviable.

Si la Unión Europea quiere superar la aparición de una nueva crisis, necesitará un liderazgo más fuerte e inclusivo que el que ha ofrecido Alemania por su cuenta. Existen tres opciones posibles:

UNA COALICIÓN FRANCO-ALEMANA REACTIVADA

La cooperación franco-alemana todavía puede ser una poderosa fuerza magnética en la Unión Europea y un tratado bilateral franco-alemán puede ofrecer un esquema para un acuerdo más grande de la Unión.

Sin embargo, esta vez, es probable que se inviertan los papeles tradicionales, con París que busca acelerar la velocidad del cambio y Alemania que busca hacerlo más lento, en especial con las iniciativas que apuntan a aumentar el volumen de las transferencias financieras entre los Estados miembros de la Eurozona.

UNA COALICIÓN WEIMAR

Una coalición ampliada que incluya a Polonia, socio titular de Francia y Alemania en el “Triángulo de Weimar”, fundado después de que terminó la Guerra Fría, podría tener mayor legitimidad. No obstante, mientras en Polonia permanezca en el poder el partido conservador y euroescéptico Ley y Justicia, esa coalición no se materializará.

UNA NUEVA COALICIÓN HANSEÁTICA

La tercera coalición posible recibe su nombre de la asociación medieval de las ciudades comerciales que abarcaban desde los Países Bajos en el oeste hasta el mar Báltico en el este.

Esta coalición incluiría a Alemania y a los ocho Estados miembros del norte de Europa cuyos ministros de finanzas empezaron a reunirse a principios de 2018 para considerar una reforma de la Eurozona. En cuanto a las políticas monetarias, fiscales y de presupuesto de la Unión Europea, estos Estados están más cerca de Alemania de lo que está Alemania de Francia.

La tendencia nacionalista y euroescéptica, que comenzó en la década de 1990 y tomó impulso durante la reciente crisis de refugiados en medio de la oposición pública a la integración masiva, y los arraigados temores acerca del debilitamiento de la identidad nacional y de la globalización, se ha convertido en una importante fuerza política.

En especial como consecuencia del brexit, Europa necesita un nuevo paladín y sin un apoyo fuerte de un hegemón políticamente dominante o de una coalición hegemónica, es muy serio el riesgo de que se desintegre la unión ante las nuevas crisis.

*Autor: Douglas Webber es profesor de Ciencias Políticas en INSEAD.