¿Cómo podría mejorar el modelo de vivienda en México?

Acciones contra la pobreza -
El modelo actual de vivienda se encuentra diseñado de manera unilateral, resultando en el abandono de complejos residenciales y el crecimiento de la mancha urbana. Foto: Andrés Robles
El modelo actual de vivienda se encuentra diseñado de manera unilateral, resultando en el abandono de complejos residenciales y el crecimiento de la mancha urbana. Foto: Andrés Robles
La importancia de la vivienda como uno de los mayores componentes de la pobreza puede ser entendida por el papel que juega en el potencial de desarrollo de las familias e individuos. Junto con otros factores, la vivienda juega un rol significativo en términos de apoyo social básico, y la vivienda como unidad es la fuente principal de acumulación capital, por lo es que la clave para expandir la clase media de una minoría a mayoría.
 
Tomando en cuenta las necesidades de vivienda en las que se encuentran al menos 16 millones de mexicanos, –quienes cuentan con al menos una carencia en términos de vivienda en el país- ¿cómo es que los tres sectores que forman parte de la sociedad pueden o han incurrido en el mercado de la vivienda económicamente accesible como solución a los problemas de vivienda a los que se enfrentan las personas en situación de pobreza?  
 
Hemos ya mencionado acciones como las de TECHO o Hábitat para la humanidad, pero ¿cómo están parados los otros dos sectores –que financieramente tienen mayor poder de acción- ante el problema del hábitat en México y Latinoamérica?
 
Tomando en cuenta la situación de riesgo en la que habitan los residentes de asentamientos humanos irregulares y las tasas alarmantes de indigencia, de acuerdo con el lBanco Mundia, México se enfrenta a dos niveles en el mercado de vivienda, el de aquellos que pueden adquirir vivienda formal (con apoyo de programas federales) y la gran mayoría que no tienen acceso a los programas actuales y requieren intervención específica para poder acceder a vivienda de calidad. 
 
Entonces, ¿cómo abordan el sector público y privado las soluciones al problema de vivienda en las metrópolis?
 

El sector público, INFONAVIT y FOVISSSTE

 
Actualmente el mercado inmobiliario en el país, a pesar de ser mercantilizado por el sector comercial, se encuentra dominado por el sector público en términos de acceso a préstamos y facilidades para adquirir propiedades, pero para acceder a tales programas es necesario formar parte del mercado formal laboral. 
 
Sin embargo, de acuerdo con cifras del INEGI, seis de cada 10 trabajos en México pertenecen al mercado informal: 60% de la población económicamente activa se encuentran excluidas de esquemas de financiamiento que podrían cubrir sus necesidades e incluso los trabajadores del sector formal cuentan con acceso limitado a la vivienda social.
 
En 2014 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió que el 40% de las viviendas sociales en México, obtenidas a través de fondos gubernamentales, se encuentran abandonadas al ser construidas fuera de las ciudades –con acceso limitado a servicios- o por mala calidad, en algunos casos. A pesar de que el crecimiento de la vivienda en México aumentó del 25% al 70% de 1950 a 2010, ha sido principalmente a través de las viviendas autoconstruidas.
 
Es claro que el gobierno mexicano no ha logrado crear una estrategia integral que pueda incorporar las necesidades de las personas en pobreza extrema hacia opciones viables de vivienda. 
 
El modelo actual se encuentra diseñado de manera unilateral, resultando en el abandono de complejos residenciales y el crecimiento de la mancha urbana, lo que resalta la necesidad de replantear las políticas públicas a favor de incorporar las necesidades y posibilidades de las esferas económicas más bajas.
 

El sector privado, el caso de Cemex

 
Cemex es la cementera más grande de México, empleando a una gran parte de la población mexicana que trabaja en el sector de la construcción, con presencia no sólo en territorio nacional sino más de 30 países. 
 
Tomando en cuenta el segmento de la población en pobreza en los países donde opera, ha creado dos programas estratégicos; Patrimonio Hoy, que tiene como población objetivo a los trabajadores de bajos recursos que recurren a la autoconstrucción, es un programa de micro préstamos para adquirir cemento y otros materiales de construcción. 
 
Ofrece asesoría personalizada en construcción analizando cuatro factores; lo que se necesita construir, cuánto ingreso debe ser destinado para lograrlo, cómo construirlo y cuánto tiempo debe invertirse en la obra. De acuerdo con Cemex, actualmente se encuentra implementado en cinco países de Latinoamérica, beneficiando a más de 460 mil familias. 
 
El segundo programa, llamado Construmex, dirigido a inmigrantes en los Estados Unidos que envían remesas a sus familias para la construcción de sus casas. 
 
La creación de estos programas tiene que ser resultado de un balance entre la responsabilidad social, la ventaja de los programas de Cemex es que involucran a la empresa directamente con sus beneficiarios, resultando en una eliminación de los intermediarios y un otorgamiento directo de los beneficios. 
 
Sin embargo, podría sugerirse una especie de cooperación con el sector público para implementar acciones con mayor impacto ante la población y sus necesidades.
 
Los casos mencionados, considerando a los tres actores, muestran que sector el público ha sido incapaz de dar solución al problema de la vivienda y, por lo tanto, otros sectores se han tenido que involucrar en buscar respuestas. 
 
Sin embargo, para obtener soluciones integrales y de largo plazo, sería deseable que los tres cooperaran para aportar su experiencia en el campo; en un contexto donde la población ha ido perdiendo confianza en el gobierno, la cooperación entre los tres sectores parece una buena salida para compensar las fallas de cada uno. 
 
Por ejemplo, las ONGs pueden apoyar a los gobiernos para mejorar su legitimidad al tener contacto más directo con la población objetivo, mientras que los actores del sector privado pueden ser proveedores de materiales, y los gobiernos podrían retroalimentar a las Organizaciones y empresas a lograr sus objetivos sociales.
 
¿Qué nos falta, entonces, para lograr esta cooperación?
 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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