Cómo vive la juventud mexicana la pobreza

Acciones contra la pobreza -
Este Día Internacional de la Juventud, vale la pena informarse, reconocer el contexto en el que estamos inmersos y sumarse para crear mejores condiciones de vida para los jóvenes en nuestro estado. Foto: Andrés Robles
Este Día Internacional de la Juventud, vale la pena informarse, reconocer el contexto en el que estamos inmersos y sumarse para crear mejores condiciones de vida para los jóvenes en nuestro estado. Foto: Andrés Robles
Cada 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la juventud. Este 2015 se cumplen 30 años de la primera vez que se celebró oficialmente esta fecha.
 
Ante este evento, cabe identificar el panorama en que la juventud mexicana vive y cuál es la relación con la situación de pobreza en que se encuentra el país.
 
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), lanzó este año su informe sobre la medición de pobreza 2014, el cual proyecta las cifras correspondientes a las personas que viven esta situación.
 
 
Se considera que una persona vive en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social. Los seis indicadores son: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación. Además de que su ingreso económico es insuficiente para adquirir bienes y servicios que satisfagan sus necesidades.
 
Por otra parte, una persona vive pobreza extrema si tiene tres o más carencias de las ya mencionadas y además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo, que en el ámbito rural asciende a los 868.25 pesos, y en el ámbito urbano asciende a los 1,242.61 pesos mensualmente. Las personas en esta situación cuentan con un ingreso demasiado bajo, por lo que, aun si lo dedicasen por completo a la adquisición de alimentos no podrían adquirir lo necesario para una vida sana.
 
El informe del Coneval, también muestra el caso contrario, es decir, el porcentaje de la población no pobre y no vulnerable, el cual representa tan solo el 20.5% del total de la población de México.
 
Ese porcentaje deja de tener valoración cuando el estudio recalca otros indicadores que se despliegan de la situación de pobreza actual a nivel nacional. Existe un 18.7% de población con rezago educativo, un 21.2% que carece de servicios básicos en la vivienda, 23.4% carente a la alimentación y 18.2% carente de acceso a servicios de salud.
 
Pero, ¿qué significan estas cifras para los jóvenes mexicanos? De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 2013 la población total en México era de 122,3 millones. Al segundo trimestre de ese mismo año, había 21.5 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, que representan el 18.2% de la población total. De esta cifra, únicamente el 8.8% representa a la población de 18 años o más que cuenta con estudios profesionales en el país.
 
Resulta difícil para cualquier joven concluir una educación cuando no puede acceder a los servicios básicos como salud y alimentación, por lo que muchas ocasiones, este tema queda relegado a segundo término, mermando sus oportunidades de acceder a una mejor calidad de vida.
 
En el año 2008 el CONEVAL publicó un informe con motivo del Día Internacional de la Juventud, en el que se señalaban los estados con los mayores porcentajes de jóvenes en pobreza, los cuales eran: Chiapas con 75.8%, Guerrero 67.4%; Puebla 61.6%, y Oaxaca con 61.2% de su población joven viviendo en estas condiciones.
 
El compromiso y la participación de los jóvenes es esencial para lograr el desarrollo sostenible de una sociedad, pero ¿de qué manera se logrará cuando, a menudo, las oportunidades para los jóvenes son pocas o inexistentes? ¿Cómo lograrán una estabilidad profesional y de vida cuando no pueden acceder a los servicios básicos?
 
Un panorama desalentador surge al recabar estos datos, sin embargo, existen organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales que buscan soluciones y generar autonomía en las personas y comunidades, para que en conjunto, se pueda combatir la pobreza. 
 
Desde luego, la relación de estas organizaciones con el gobierno no queda exenta, pues de ella surge la colaboración para llevar a cabo las acciones promovidas por ONG y el trabajo continuo de sus voluntarios.
 
Este Día Internacional de la Juventud, vale la pena informarse, reconocer el contexto en el que estamos inmersos y sumarse para crear mejores condiciones de vida para los jóvenes en nuestro estado.
 
kgb 

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