La responsabilidad ciudadana en manos de la sociedad civil

Acciones contra la pobreza -
La realidad es que no hemos logrado construir una ciudadanía capaz de reclamar lo que le pertenece y ahí es donde reside nuestra gran oportunidad. Foto: Andrés Robles
La realidad es que no hemos logrado construir una ciudadanía capaz de reclamar lo que le pertenece y ahí es donde reside nuestra gran oportunidad. Foto: Andrés Robles
“Nadie puede anticipar dónde terminaremos, pero sí es posible asegurar que la sociedad organizada tiene la capacidad de influir en la agenda de los poderes fácticos. Nada está escrito todavía" Sergio Aguayo.
 
De acuerdo a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) el salario mínimo actual está ocho veces por debajo del salario mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas de un jefe de familia. Este dato es un pequeño reflejo de la incapacidad del sistema y de la sociedad mexicana para hacer frente a las necesidades actuales de la población y garantizar sus derechos fundamentales.
 
La pobreza, la injusticia, el narcotráfico, la corrupción y la inseguridad son problemas que son consecuencia de carencias en el sistema político, económico y social de México y que también arrastran una carga cultural donde los valores de la sociedad mexicana están colocados en un sistema competitivo e individualista, ignorando el potencial del trabajo colaborativo.
 
Como lo menciona Edgardo Buscaglia “No solamente es la seguridad de que no te violen o te roben la billetera, es la seguridad de que cuando tú tengas hijos, ellos cuenten con oportunidades de vida y no se encuentren deambulando en las calles por falta de oportunidades, de estudio, deportivas, artísticas.” A medida de que no contemos con estas acciones que fortalecen la seguridad en un sentido integral, la delincuencia organizada seguirá dictando las acciones de México.
 
Los acontecimientos sociales de los últimos años, como el crecimiento demográfico, la globalización, los movimientos de base, etc. han tenido diversas consecuencias en la cultura mexicana que a su vez han permeado en el estilo de vida de la sociedad.
 
Del mismo modo, la cultura no debe de verse aislada de dichos acontecimientos, debido a en general engloba los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias y por lo tanto, es el eje conductor que se encuentra presente en cualquier fenómeno.
 
El que hayamos sido un pueblo conquistado ha dado origen al trauma de pueblo dominado donde el mexicano se desvaloriza a sí mismo y surge la necesidad de imitar, recurre a modelos extranjeros y tiene una facilidad de ser manipulado y engañado y por otro lado existe el sueño del mexicano de predominar ante los demás por su valentía y su poder. 
 
Y es aquí donde a través del análisis cultural se van entendiendo diversos comportamientos políticos y sociales que han dado origen a la estratificación social, la desigualdad en oportunidades y por ende, pobreza y marginación. Frente a estos hechos y estos comportamientos, México continúa con una sociedad fragmentada en donde parece imposible construir para un objetivo colectivo.
 
También enfrentamos condiciones económicas adversas; con 2.7 millones de desempleados en un país donde la inflación se controla a través políticas arancelarias que impactan determinantemente a la clase media. 
 
A la par, la educación pública insuficiente y carente de una buena distribución y efectividad de recursos, de una cultura mexicana rica en tradiciones y costumbres pero carente de personalidad, de firmeza en sus valores e invadida de lugares comunes poco prometedores que generan una identidad fragmentada impidiendo el crecimiento y la evolución del país desde la propia concepción de sí mismo. 
 
Los mexicanos todavía no hemos encontrado la forma de ejercer una democracia plena. Para lograrlo, debemos buscar el involucramiento de los ciudadanos en su comunidad, ejerciendo una verdadera participación ciudadana, interesándose y cooperando en las grandes decisiones que les afectan, en la vigilancia y auditoría de sus autoridades, en las propuestas y soluciones concretas a problemas de la comunidad; podemos decir que nos falta mucho. Somos un pueblo claramente insatisfecho con su clase política, ya que nuestros gobernantes gozan de una de las peores imágenes públicas. 
 
Existe una cultura de baja participación, de poca incidencia por parte de las OSC´s que hace que la pobreza no se encuentre en la agenda y que estén por encima otros temas.
 
Pero la realidad es que no hemos logrado construir una ciudadanía capaz de reclamar lo que le pertenece y ahí es donde reside nuestra gran oportunidad.
 
kgb 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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