5 razones para adoptar una dieta baja en noticias

El 56% de los mexicanos con televisión abierta y el 26% de los mexicanos con televisión de paga ven el noticiario, y es más popular que las novelas, las películas, las series y los deportes.

Aunque pareciera que es necesario estar siempre al tanto de las noticias, la realidad es que verlas o leerlas diariamente puede tener pésimos efectos en tu vida, tu salud y tus finanzas. Mi papá está en desacuerdo conmigo. Transcribo una conversación reciente que tuvimos al respecto:

-No veo noticias porque de lo verdaderamente importante me entero de todas maneras.

-Pero te pierdes cosas importantes, por ejemplo, ¿sabías que hay una misión para colonizar Marte?

-No lo sabía. Qué extraño que no me haya enterado de que hay humanos en Marte.

-Bueno, todavía es un proyecto. Quizás en 2026 saldrán los primeros colonos.

- Te aseguro que cuando de verdad esté por suceder, me enteraré.

Quizás tú estás del lado de mi papá. Sin embargo, yo digo que las noticias te harán sufrir de lo siguiente:

1. Desinformación

Los noticiarios o periódicos no son imparciales en las noticias que eligen publicar y el enfoque que les dan. Hay muchos intereses que jamás tocarán y, por desgracia, en ocasiones tienen una influencia social negativa.

Por ejemplo, las notas sobre el cuidado del medio ambiente tienden a culpar del desastre ambiental a los ciudadanos, aconsejándoles reciclar, gastar menos agua y usar menos el automóvil.

Todo esto está muy bien, pero rara vez se nos presenta la otra cara de la moneda: la responsabilidad gubernamental y corporativa.

Hacernos sentir culpables por bañarnos durante media hora es absurdo si se considera que se requieren 2 400 litros de agua para producir una hamburguesa, o 3 997 litros para una taza de café.

Pero ningún noticiario nos propondrá exigir la creación de políticas públicas para la sustentabilidad ambiental en perjuicio de los intereses de grandes empresas o fuerzas políticas. Como este ejemplo hay muchos. Se nos da a menudo información a medias o engañosa, y poco útil para el cambio social.

2. Superficialidad

Las noticias te dan una falsa sensación de conocimiento. Por ejemplo, si hay una inundación, tendrás oportunidad de enterarte de los daños, pero difícilmente te enterarás de lo último en planeación urbana para diseñar ciudades a prueba de inundaciones.

Las noticias te dan hechos, pero no apuntan a las causas ni a las soluciones, por lo que ver el noticiario no te saca de la oscuridad en cuanto a algún tema.

La mayoría de los problemas son complejos, y un noticiario no te ayudará a comprenderlos. Es como si miras el mar desde la playa y crees que por eso ya conoces el océano.

Las noticias te dan la superficie, pero es necesario darte un chapuzón en artículos de opinión, entrevistas y libros si de verdad quieres comprender el mundo.

3. Fatiga y ansiedad

Un ser humano tiene entre 12,000 y 60,000 pensamientos al día, pero aproximadamente 80% de ellos son negativos. Esto se debe a que evolucionamos para ver problemas a nuestro alrededor y, por ello, al cerebro le gusta empezar o terminar el día con las noticias y alimentarse con la negatividad y problemas del mundo entero.

Esta fijación en lo negativo es explotada por los noticiarios, pues su trabajo no es informarte, sino retener tu atención y entretenerte, pero a diferencia del entretenimiento de las películas o series de televisión, el del noticiario tiene un impacto negativo en tu salud mental, porque los problemas que te pone enfrente son reales y, en la mayoría de los casos, no puedes hacer nada para evitarlos. Esto produce en muchas personas sentimientos de depresión, enojo y ansiedad.

4. Paranoia y pérdida de perspectiva

Como los noticiarios quieren tu atención, te pondrán enfrente todas las tragedias del mundo. Si de entre siete mil millones de habitantes uno muere en un atentado, tú comenzarás a preocuparte por ser víctima en uno de ellos, aunque la posibilidad sea de uno en siete mil millones.

Las noticias de violencia o inseguridad pueden hacerte paranoico y apartado, llevándote a percibir como mayores los riesgos sobre los cuales no tienes control.

Es fácil perder de vista los peligros importantes y que está en tus manos reducir, por ejemplo, el de morir en un accidente de tránsito por tener que conducir tres horas diarias para ir y venir del trabajo.

O quizás el mayor peligro está ahí abajo, en tu lonja, pues solo un 5% de sobrepeso aumenta 50% tu riesgo de padecer diabetes, que es la primera causa de muerte en México. Si reprobamos en educación financiera, no tiene mucho sentido dedicarle una hora diaria a enterarnos de un terremoto en China.

Primero ocupémonos de nuestra propia vida.

5. Ser mal ciudadano

Muchos creen que ver el noticiario te hace un mejor ciudadano, pero las cifras no apoyan esta teoría. Los mexicanos ven mucho las noticias, y el país no está mejorando. Yo creo que los mexicanos estamos bastante conscientes de nuestros problemas, somos expertos en puntualizar lo que anda mal, pero nos hace falta menos indiferencia y más conocimiento profundo para encontrar soluciones. Este conocimiento puede estar en las calles, en los libros, en los expertos, etcétera, pero eso sí: no está en ningún noticiario.

Me gusta esta frase: “La televisión no te dice qué pensar, pero te da en qué pensar”.

Principalmente, ver un noticiario redirige tus pensamientos hacia lo negativo o hacia aquello que no puedes cambiar, y consume tiempo valioso que podrías usar para mejorar tus ingresos, tus conocimientos financieros o simplemente para relajarte y disfrutar la vida.

Por ello, si te gusta comprender el mundo a tu alrededor, sugiero una dieta baja en noticias y alta en lecturas de libros, artículos de opinión, ensayos, etcétera. Yo llevo muchos años sin ver noticiaros y siempre me entero de lo verdaderamente importante.

Nadie pensará que eres un estúpido por no saber que hubo un huracán en Asia, o que el presidente salió de gira por Europa.

Al contrario, gracias a que sustituirás el noticiario por lecturas, podrás conversar con otros sobre cualquier tema a un nivel más profundo. No tengas miedo, y haz la prueba. Ponte a dieta de noticias durante un mes y cuéntame cómo te fue.