5 razones por las cuales podrías estar tirando tu dinero en colegiaturas

De finanzas y otros demonios -
El ahorro que yo propongo puede devolver a tu bolsillo hasta 25% de tu ingreso durante más de una década. Foto: Amanda Tipton
El ahorro que yo propongo puede devolver a tu bolsillo hasta 25% de tu ingreso durante más de una década. Foto: Amanda Tipton

Tener un hijo es el lujo supremo, incluso para los ricos, porque el costo suele representarse como un porcentaje del ingreso familiar.

Esto significa que este rubro sufre inflación del estilo de vida (ver aquí definición) y, por lo tanto, si te pones listo hay muchas oportunidades para bajar tus gastos.

El ahorro que yo propongo puede devolver a tu bolsillo hasta 25% de tu ingreso durante más de una década, con sólo cambiar tu opinión sobre uno de los mayores gastos en que incurren los padres: la educación.

Aquí me refiero únicamente a la educación obligatoria, desde la primaria hasta la preparatoria.

Mito 1. Las escuelas privadas son mejores que las públicas

En México, la educación pública obligatoria nos cuesta muy cara a los contribuyentes, y mucho de ese dinero se malgasta. Sin embargo, creer que la educación privada es una pequeña isla de eficiencia y perfección sería un error.

Las escuelas privadas tienen resultados superiores en las pruebas estandarizadas, sin embargo, sus alumnos suelen tener padres con mayor nivel educativo y más recursos.

Si tomamos en cuenta este contexto, la superioridad de la educación privada disminuye o desaparece en las mediciones. 

Las escuelas privadas buscan generar ganancias. Para lograrlo, acostumbran emplear dos estrategias muy poco favorables para el aprendizaje:

1. Contratar maestros y personal de apoyo con el menor salario y prestaciones posibles.

2. Tratar a los alumnos como si fueran clientes (y el cliente siempre tiene la razón, aunque no la tenga).

Mito 2 “La escuela es la mejor inversión para el futuro”

Pero los resultados están ahí, ¿cierto? Los niños de escuelas privadas salen mejor en las pruebas.

Ya establecimos que esto se debe, en gran parte, al nivel socio-económico de los alumnos de estas instituciones. Estudio tras estudio comprueba que los niños provenientes de hogares con más libros tienen mejores resultados académicos y llegan a un nivel de estudios mayor.

Igualmente, entre más se hable en casa a los pequeños, mejores habilidades de lenguaje tendrán en el futuro.

No importa si la escuela es pública o privada, lo que sucede en casa sigue siendo determinante para el desarrollo de los niños. Un padre que nuca lee tendrá un hijo que nunca lee, sin importar su gasto en educación.

¿Y qué hay de las maravillosas actividades extracurriculares en las escuelas privadas? Se enseñan idiomas, música, deporte, arte. Un niño expuesto a todos estos estímulos será un prodigio al crecer, ¿cierto? No tan rápido, una agenda escolar repleta puede causar ansiedad o estrés infantil.

Adicionalmente, saturar a los niños de actividades y tareas, reduciendo su tiempo libre, puede afectar su comportamiento, disminuir su rendimiento escolar, y afectar su  imaginación.

Mito 3: “La escuela te prepara para tener éxito en la vida”

La educación es importante, pero no es dominio exclusivo de las escuelas, y esto no debemos olvidarlo. Desde el nacimiento hasta la tumba, aprendemos cada vez que algo o alguien despierta nuestro interés, y recordamos muy poco del conocimiento que nos impusieron.

¿Qué tanto recuerdas de lo aprendido en secundaria? ¿En preparatoria? Yo ya olvidé todo menos los temas que me gustaron.

El sistema educativo tiene muchos problemas que puedes ver si das clic aquí. Sentar a todos en un pupitre para escuchar al maestro durante horas no es la forma en que la mayoría puede aprender.

Incluso las escuelas más modernas con métodos más revolucionarios de aprendizaje están obligadas a impartir el temario, o no hay “papelito” al final del curso. 

¿Y qué criterios se usaron para elegir esas materias obligatorias? La integración a una vida productiva de una era industrial que está en declive. Brillan por su ausencia temas que nos ayudarán a vivir mejor y que necesitaremos desesperadamente cuando seamos adultos, como la innovación, o la educación financiera.

No, yo no sé de nadie que se atreva a asegurar que su felicidad actual se la debe a todos los dieces que sacó en la preparatoria.

Mito 4: “Debo sacrificarme para que mi hijo estudie”

Yo lo miro de este modo: a pesar de que el aprendizaje no tiene por qué suceder en un aula, la educación es obligatoria hasta el nivel medio superior. Además, la sociedad te discrimina si no obtienes el certificado.

Así que asegurémonos de que los niños lo obtengan de la manera más barata, eficiente y breve posible. La escuela perfecta es la que menos gasto de tiempo y dinero representa en función de sus servicios y su cercanía a tu hogar.

El único “sacrificio” que debes hacer para la educación de tus hijos es, como ya vimos, comprar más libros, y platicar con tu retoño.

Si yo tuviera un hijo, iría a la primaria pública, la secundaria estudiaría en un programa semi-escolarizado, y la prepa sería abierta o en línea. ¿Por qué? Rapidez y resultados.

Las telesecundarias tienen siempre mejores resultados que las secundarias tradicionales y la educación en línea te enseña a administrar tu tiempo y a ser autodidacta.

Mi primo estudió la prepa abierta en dos años, y en lugar de codearse con adolescentes igual de confundidos que él, conoció a adultos arrepentidos por perder el tiempo y desesperados por mejorar su escolaridad y sus ingresos; en pocas palabras, se dio un encontrón con la realidad, lo cual es invaluable cuando eres joven.

Mito 5 “La escuela es para mejorar el estatus”

Algunos pagan las colegiaturas porque quieren que sus hijos estén “en otro ambiente”, que “no se junten con cierto tipo de personas” o para “moverse en otros ámbitos”. Yo no soy muy partidaria de este modo de pensar.

No hay mejor ambiente en las escuelas privadas. Es elitista, es ingenuo creer que las personas con menor ingreso tienen menos capacidad de enriquecer o dificultar tu vida; en todas las escuelas puedes hallar bullying y amistad.

Aquellos que inscriben a sus hijos en escuelas carísimas para codearse con gente rica, esperando que la riqueza se les contagie, olvidan que primero deberán invertir grandes cantidades para parecer ricos (empezando por la colegiatura), luego deberán mantener ese estilo de vida para no sentirse pobres, y esto puede dejar a cualquiera sumergido en deudas sin garantizar ningún beneficio.

Una inversión riesgosísima y poco inteligente, si me lo preguntan a mí. Sobre todo porque sólo hay dos niveles sociales.

¿Vale la pena?

Visitaste una escuela privada que te robó el aliento. Quieres lo mejor para tu hijo, y te gustaría que estudiara en una institución destacada. Primero recuerda que esa escuela, por bonita y organizada que sea, no hará a tu hijo más inteligente, ni más aplicado en clase, ni le asegurará un mejor futuro.

En segundo lugar, debes analizar tu situación financiera. Recuerda que un gran regalo que puedes hacerle a tus hijos es que no tengan que preocuparse por mantenerte en la vejez.

Si ya estás ahorrando para tu retiro, tienes un colchón de 6 meses de sueldo para enfrentar cualquier problema, no tienes ni una sola deuda, y pagar la colegiatura no cambiará nada de eso, entonces quizás podrías darte el lujo. La pregunta es, ¿vale la pena? 

Antes de decidirlo, lleva a tu hijo a la biblioteca o librería más cercana, lean un  libro juntos y coméntenlo. Vuelve a casa y hazte la pregunta de nuevo: ¿vale la pena?

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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