7 crudas realidades que debes conocer antes de poner tu "negocito"

De finanzas y otros demonios -
El “inversionista platónico” se olvida de buscar oportunidades reales hoy mismo, por idealizar este negocio que es sólo una idea lejana. Foto: Getty
El “inversionista platónico” se olvida de buscar oportunidades reales hoy mismo, por idealizar este negocio que es sólo una idea lejana. Foto: Getty

Hablar de inversiones no es fácil. De hecho, es una de las partes más amplias y complejas de las finanzas personales porque está llena de incertidumbre: hay muchas opciones y todas ellas tienen riesgos.

Todavía me queda mucho por aprender, pero algo que he notado en las opiniones de mucha gente es que la mayoría:

  1. No tienen idea de las muchas opciones de inversión existentes.
  2. A causa de ello, se aferran a una sola opción.

Las opciones a las que se aferran las personas que no saben nada de finanzas personales suelen ser dos: una “casita” y un “negocito”.

Hoy trataré sobre la inversión en “un negocito” pero en su versión platónica, es decir, cuando la persona en sí no emprende su negocio, sino que tiene la intención de hacerlo en el futuro. 

El “inversionista platónico” se olvida de buscar oportunidades reales hoy mismo, por idealizar este negocio que es sólo una idea lejana. Es también la respuesta a todos los cuestionamientos sobre los planes a futuro de algunas personas.

  • ¿Cuándo vas a renunciar a ese trabajo horrible? –Cuando tenga mi propio negocio.
  • ¿Cómo vas a financiar tu retiro? –Con los rendimientos de mi negocio propio.
  • ¿Cómo vas a invertir tus ahorros? –En mi negocio propio.

 

Y muchas personas ni siquiera están seguras de en qué consistirá el negocio, sólo tienen esta idea de que los hará millonarios o, cuando menos, resolverá sus problemas financieros.

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Tener inversiones platónicas, aunque puede ser tranquilizador y hasta divertido, es un escapismo peligroso cuando te impide tomar las riendas de tu futuro. Aquí te presento siete realidades que te ayudarán a poner esta opción en su justa perspectiva.

1. Tu negocio casi seguramente fracasará

Aunque sea una excelente idea, la mayoría de los negocios fracasan. En México, 9 de cada 10 pequeños negocios cierran antes de un año.

Nosotros sólo vemos a la pequeña porción que tuvo éxito, pero son la punta de un iceberg colosal conformado por emprendedores a los que les faltó habilidad, capital o suerte.

2. Como inversión, tu “negocito” es más riesgoso que otras inversiones

Poner un negocio que requiera una inversión inicial que consista de todos tus ahorros está en contra de uno de los principales principios de la inversión: diversificar.

Significa poner todos tus huevos en la misma canasta. Y si no hay plan B o C para tu futuro, aparte del negocio, ¿qué harás si falla?

3. Tu negocio destruirá tu vida

A menos que seas muy afortunado, trabajarás más en tu propia compañía que si trabajas para otros.

Y esto significa que puedes descuidar otras áreas, como la familia. Además, si invertiste todo lo que tienes, la presión para tener éxito podría afectar tu salud.

4. Estarás demasiado ocupado

Cuando tienes tu propio negocio, si no trabajas no hay ganancias. Como empleado, puedes perder el tiempo siempre y cuando cumplas con tu horario y obligaciones. Esto le permite a muchos tener un “negocio” por fuera, que generalmente requiere poca inversión inicial y tiempo, como vender por catálogo o animar fiestas los fines de semana.

Si cualquiera de los dos ingresos falla, la persona se apoya en el otro. Pero con tu negocio de tiempo completo no tendrás este lujo.

5. Desperdiciarás tus talentos y habilidades

¿Te gusta escribir? No fundes una compañía editorial. ¿Te gusta cocinar? No abras un restaurante.

Los jefes de las compañías exitosas no son los mejores en su ramo, sino líderes, vendedores y administradores talentosos.

Si tu trabajo es tu vocación, te gusta y lo haces bien, no lo cambies por un trabajo distinto.

6. Tendrás que lidiar con la gente

Lo más difícil de un trabajo es tratar con la gente. Entre problemas con tus clientes y empleados, se irá la mayor parte del tiempo y quizás de tu tranquilidad.

7. Adiós al glamour

Necesitarás contratar gente para delegar muchísimas tareas. Y  cuando no las encuentres o no te cumplan, tendrás que hacerlo tú.

Y si mandas a volar a ese empleado por olvidar tirar la basura, tendrás que conseguir a otro, y quizás ese otro sea peor. Así que ahí va el empresario, a sacar la basura los lunes por la noche.

Si tienes una buena idea y ganas de cambiar el mundo, y prefieres fallar que no hacer nada, entonces inicia tu propio negocio.

Si no tienes ninguna habilidad comercial y crees que tu propio negocio puede ser tu única opción, quizás debas intentarlo.

Si adicionalmente eres joven, o tienes dinero de sobra para invertir sin quedarte desprotegido, adelante.  En este artículo, detallé algunos elementos para determinar qué tanto te conviene emprender.

Sin embargo, para la mayoría la mejor solución financiera está en ahorrar e invertir lo suficiente para hacer que tu trabajo sea opcional.

Para este post me inspiré en este artículo: http://monevator.com/start-you-own-business-risks/

kgb 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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