Cinco errores financieros de la gente bien administrada

De finanzas y otros demonios -
Si te consideras una persona bien administrada, que no gasta su dinero en tonterías, pero que de todas maneras sufre carencias, sigue leyendo. Foto: Flickr de metropilot [CC BY-NC-SA 2.0]
Si te consideras una persona bien administrada, que no gasta su dinero en tonterías, pero que de todas maneras sufre carencias, sigue leyendo. Foto: Flickr de metropilot [CC BY-NC-SA 2.0]

Que los gastalones sufran por la falta de dinero no sorprende. Nadie los obligó a gastar lo que no tenían en autos del año, celulares inteligentes, clósets atiborrados y parrandas. Pero hoy no escribiré sobre ellos, sino sobre la gente trabajadora, luchona, ahorradora, que de buenas a primeras se encuentra sumergida en problemas financieros y ¡no es justo!

Si te consideras una persona bien administrada, que no gasta su dinero en tonterías, pero que de todas maneras sufre carencias, sigue leyendo. A continuación describo cinco errores que hacen que la gente administrada siga siendo financieramente vulnerable.

1. No identifican sus gastos con exactitud

Todavía recuerdo mi primera entrevista de trabajo después de salir de la universidad. Le aseguré a mi futura jefa que tenía una excelente ortografía y ella me respondió: “Sí, todos dicen eso pero solamente conozco a un par de personas que de verdad tienen buena ortografía.” Los primeros meses en ese trabajo entendí, del modo difícil, que tenía razón: tenía mejor ortografía que la mayoría de la gente, pero la mayoría tiene un nivel muy bajo, así que me faltaba muchísimo por aprender. Quizás la razón por la cual no tienes dinero al final de la quincena es porque eres mejor administrado que la mayoría, pero eso no es suficiente, así que todavía tienes mucho por aprender… y la mejor manera de descubrirlo es teniendo una idea precisa de tus egresos. Yo sé que anotar los gastos es una lata, pero cuando menos debes hacerlo durante tres meses cada año. Yo uso y recomiendo una aplicación gratuita para Android, desarrollada por alumnos del Politécnico (IPN) llamada “Healthy Economy”. Tener claro en qué gastas es el primer paso para evaluar de manera más objetiva en qué estás fallando.

2. Son víctimas de la inflación en el estilo de vida

Me sorprenden las fotos de mi apartamento de soltera: muchos de mis muebles eran viejos o donados por amigos, huacales apilados, o cajoneras de plástico. Pero eso no impidió que disfrutara a tope esa época de mi vida. Ahora mis estándares de decoración son mucho más exigentes, ¡todo debe combinar perfecto! Sé que es mi debilidad, y como la ambición humana no tiene límites, si no mantengo a raya mis deseos podría terminar siendo inmensamente infeliz en una casa lujosísima, sin un centavo a mi nombre y viéndome forzada a trabajar en algo que no me gusta.

Mi cocina en 2010

Mi cocina en 2015

Cómo podría ser mi cocina si me dejo llevar por mis deseos. Foto: Flickr de Sherwood CC [CC BY-NC-SA 2.0]

Al igual que yo, quizás no sientes que gastas de más porque ya te acostumbraste a tener expectativas más altas… a esto se le llama inflación del estilo de vida. Sucede poco a poco y sin darte cuenta; conforme se incrementan tus ingresos, los precios que antes te parecían estratosféricos, ahora se te hacen baratos. Tus gastos fijos se inflan: una casa más grande, más hijos, más mascotas, gustos más exigentes, estándares más altos de limpieza, comodidad o lujo, búsqueda mayor de prestigio suscribiéndote a escuelas más costosas, clubes o restaurantes exclusivos, etcétera. Nunca se me olvida el testimonio de un piloto de Mexicana de Aviación quien durante 20 años tuvo un sueldo de más de 100,000 pesos al mes, pero el día en que perdió su empleo no tenía un centavo ahorrado. Su caso no es excepcional pues, a menor escala,  a todos nos sucede algo parecido. La clave está en darnos cuenta de que esto puede suceder y tomar cualquier aumento en nuestros ingresos como una excelente oportunidad para ahorrar, no para encarecer nuestra vida.

3. No diversifican sus ingresos ni sus inversiones

El sistema financiero mundial es frágil como una torre de naipes, y lo único que podemos hacer es fortalecer aquello sobre lo cual tenemos control y reducir nuestro riesgo de perderlo todo. ¿Cómo se logra eso? ¡Diversificando ingresos! Para diversificar los ingresos laborales es importante diversificar tus habilidades e intereses: si eres experto en bienes raíces y no sabes hacer otra cosa, te irá muy mal cuando ese sector esté en crisis; en cambio, si tienes muchas habilidades e incursionas en distintos negocios, tu vulnerabilidad es menor.

Para diversificar tus ingresos provenientes de inversiones, expertos como Bejamin Graham recomiendan no invertir más del 75% de tu dinero en cualquier medio, ya sea bolsa, bonos de gobierno o negocios familiares. Pero este es sólo el límite máximo, en realidad la proporción recomendada depende de tus necesidades y el contexto.

4. Ahorran para gastar

Eres disciplinado con el dinero y ahorrador, pero siempre con un fin de consumo a corto o mediano plazo en mente. Ahorras pensando en comprarte cosas “buenas”, pero no hay fines superiores en tu lista, como un ahorro de emergencias, para desempleo, para tu retiro, o para darte tiempo de hacer lo que te gusta. El dinero no sólo sirve para sobrevivir, sacarte de apuros y darte gustos, sino que puede ayudarte a ser más feliz devolviéndote tu tiempo y tu libertad. ¿Qué tal te vendría darte un respiro y dejar ese trabajo que odias para buscar un cambio de carrera, o tener más flexibilidad de tiempo para crear tu propio negocio, iniciar una familia o ver más a tus amigos? Los que ahorran para gastar inflan su estilo de vida pero no su satisfacción con la vida.

5. Dejan que las emociones guíen sus decisiones financieras

El famoso autor ruso Anton Chéjov estuvo siempre al borde de la ruina, y no es que fuera apostador o consumista, sino que pasó toda su vida adulta manteniendo a sus todavía jóvenes padres, sus hermanos, la cuñada y el sobrino. Murió a los 44 años de edad, y me pregunto qué habrá sido entonces de todos sus parientes, acostumbrados como estaban a vivir a costa de él. Seguro la pasaron mal, y yo digo que les hizo más daño que bien. Jamás tendrás finanzas sanas si vives para bañar de lujos a tus seres queridos. Sólo los harás adictos a cosas que no necesitan y no estarás aumentando su felicidad.

Todavía peor es encariñarse con cosas que te drenan,  como esa casa que sólo te produce gastos, o el automóvil que no utilizas. Si no resuelves tus apegos emocionales y tus relaciones personales, no podrás resolver tus finanzas tampoco. Hay mucha gente bien administrada que sufre falta de dinero porque ha dejado que el corazón les crezca más que la razón… y esto no es bueno para nadie involucrado. 

*DR

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
Icono de te puede interesar de en dineroenimagen

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR