Asegurarse de más es posible; revisa estas 7 cosas para que no te pase

De finanzas y otros demonios -
Asegurarse demasiado o inadecuadamente es tan malo para el bolsillo como no asegurarse lo suficiente. Flickr de Pictures of Money CC [CC BY-NC-SA 2.0]
Asegurarse demasiado o inadecuadamente es tan malo para el bolsillo como no asegurarse lo suficiente. Flickr de Pictures of Money CC [CC BY-NC-SA 2.0]

Muchos expertos financieros y, sobre todo, los agentes de aseguradoras, recalcan la necesidad de contratar seguros para todo. En el imaginario popular prevalece la idea de que, entre más previsora y responsable es una persona, más asegurado estará. Por ello, muchas personas con finanzas sanas se sienten culpables por no poder contratar más seguros o tener mayores sumas aseguradas.

Es cierto que en México es más probable encontrarse con alguien que no esté lo suficientemente asegurado, que con alguien que tenga seguros de más. Sin embargo, también es común encontrar a personas mal aseguradas: protegen lo que no deberían, o por montos inadecuados para sus circunstancias.  

Asegurarse demasiado o inadecuadamente es tan malo para el bolsillo como no asegurarse lo suficiente, porque los seguros no son nada baratos, y como es común que se paguen durante toda la vida, al final pueden representar una porción significativa del patrimonio.

He aquí los 5 principios para no asegurarte de más.

1. Si no puedes darte el lujo de perderlo, no puedes darte el lujo de comprarlo. La gente paga grandes cantidades para asegurar o extender la garantía de productos costosos como celulares inteligentes, computadoras o vehículos. Antes de comprar, considera si perder ese artículo sería desastroso para tu economía: la respuesta afirmativa significa que, en lugar de asegurarlo, debes esperar o comprar un modelo más económico. Esto podría no aplicar para artículos que necesitas para el trabajo, pero si tu artículo es por gusto personal… piénsalo dos veces.

2. Entre más dinero tienes, menos debes gastar en seguros. Dinero llama a dinero, y en ningún lugar aplica mejor esta sentencia que con los seguros.  En muchos casos, un colchón de billetes es el mejor seguro que puedas tener.  Por ejemplo, ¿para qué pagar un seguro de desempleo si tienes suficientes ahorros para pasar 5 años sin trabajar?

3. Los seguros que necesitas dependen de tu estilo de vida. Si no tienes dependientes económicos, ¿qué sentido tiene contratar un seguro de vida? Si podrías prescindir de tu auto, ¿para qué pagar la póliza de cobertura más amplia? Y si tus riesgos de salud son bajos y ya tienes acceso a servicios médicos sociales,  ¿qué sentido tiene una póliza médica privada por 5 millones de pesos? Hay algunos seguros imprescindibles, como  el seguro automotriz de daños a terceros, pues los costos en los que puede incurrir un conductor son estratosféricos, y los abogados de las aseguradoras son los más capacitados para sacarte de un apuro en caso de siniestro; pero para aquellos seguros que no son elementales, analiza tu estilo de vida y tus riesgos reales.

4. Prefiere los seguros que te permiten invertir. Hay seguros que son, al mismo tiempo, instrumentos de ahorro e inversión. Por ejemplo, los seguros dotales te entregan tu suma ahorrada cuando termina el plazo estipulado, o la entregan a tus familiares si falleces antes. Requieren pagos a mediano o largo plazo, y suelen tener penalizaciones si dejas de pagar.  Esto puede motivarte a cumplir con tu ahorro, para que tú o tu familia reciban el monto contratado, segurito. No los recomiendo como una estrategia única de ahorro, debido a que dan rendimientos más bajos que otras inversiones de mayor riesgo, pero sin duda pueden representar un “huevo más” en la canasta de tu previsión para el futuro. Para más información da clic aquí.

5. El mejor seguro es el que no utilizas. Mucha gente usa los seguros como “curitas” psicológicos para vivir “sin preocupaciones”. Creen que teniendo un seguro médico ya no necesitan hacer ejercicio ni alimentarse bien; piensan que con el seguro de auto ya no es necesario ser precavidos, no se preocupan de ahorrar porque tienen un seguro de vida y creen que su familia estará bien si ellos mueren… y no le dirigen la palabra a los vecinos porque piensan que no necesitan de ellos para avisarles si su casa se está inundando, o quemando.  La realidad es que el dinero que te pagará el seguro no te dará salud, ni las ventajas de la cooperación y cordialidad con tus vecinos, ni te quitará un susto provocado por tu negligencia.  Al querer cobrar un seguro podrías salir perdiendo, aunque te paguen, debido a los deducibles, las cláusulas o los límites de cobertura. Tener un seguro y comportarte como si no lo tuvieras es la mejor política.

6. Evita los seguros duplicados. Es necesario que conozcas todas tus pólizas, incluyendo las contratadas por ti o tu familia, así como aquellas a las que tienes derecho por pertenecer a instituciones o empresas. No necesitas pagar un seguro de vida si la empresa donde trabajas te ha provisto de uno con una suma asegurada suficiente. Si tu póliza de automóvil incluye cobertura de gastos médicos por accidentes, quizás no requieres una póliza de gastos médicos mayores demasiado cara. Ni modo, es hora de echarse un clavado en los papeles y la letra chiquita. ¡Te puedes ahorrar un dineral!

7. Reduce tus gastos por la inseguridad. La necesidad de seguridad es elemental, pero no es necesario contratar alarmas, instalar bardas electrificadas o tener pólizas contra robo para sentirte más seguro. Hace un par de años, una compañera de la escuela llegó con una bolsa que a mí me pareció muy normal pero que las otras compañeras identificaron inmediatamente como una Louis Vuitton original y, por alguna razón que escapa mi comprensión, felicitaron a la dueña  por adquirir un artículo que vale miles de pesos y que sirve para lo mismo que mi bolsa del mandado. Al final de la clase, me pidió que la acompañara al estacionamiento: “Es que ya no me siento segura caminando por la calle”. Cuando aventuré la teoría de que evitar usar accesorios caros la haría sentir mejor, me contestó: “pero yo tengo derecho a comprarme lo que yo quiera”. ¡Claro que todos tenemos ese derecho! Pero también  la mitad de los ciudadanos del país que viven en la pobreza deberían tener el derecho a comer diario.  La realidad es que evitar los lujos puede darte una vida más feliz y libre, es mejor para el medio ambiente, aleja a los maleantes y reduce las pérdidas cuando eres víctima de un robo.

Cuando se trata de seguros, no tomes decisiones basadas en el temor, sino en un análisis de tus riesgos, tus necesidades, tus opciones y tus costos no sólo de este año, sino de al menos 10 años. Los agentes y consultores de seguros pueden ayudarte, pero recuerda que, si su trabajo es vender seguros, es probable que te animen a contratar más de lo que necesitas. Por ello es necesario que te des un tiempo para encontrar el punto de equilibrio entre tu deseo de seguridad y tu presupuesto.

*DR

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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