Lecciones financieras que aprendí luchando contra el sobrepeso (I)

De finanzas y otros demonios -
Entre más joven se comienza a buscar la salud financiera, menos esfuerzo requerirá y más años de beneficios disfrutarás. Pero, al igual que con el sobrepeso, es mejor tarde que nunca. Foto: Flickr de Jannino :p CC [CC BY-NC-SA 2.0]
Entre más joven se comienza a buscar la salud financiera, menos esfuerzo requerirá y más años de beneficios disfrutarás. Pero, al igual que con el sobrepeso, es mejor tarde que nunca. Foto: Flickr de Jannino :p CC [CC BY-NC-SA 2.0]

Hace tres años tuve sobrepeso, debido a las muchas horas que permanecía sentada en el trabajo, el estrés y la mala alimentación que caracterizaron mi vida en esa temporada. Cuando tenía 23 años y mi ropa no me quedaba, iba 2 semanas al gimnasio y asunto resuelto.  ¡Ah, la juventud! A los treinta me tomó más de un año perder ocho kilos, ¡pero valió la pena!

En el proceso de recuperar la figura, descubrí que el camino de las finanzas personales sanas y el de un cuerpo sano tienen muchas similitudes que vale la pena destacar:

1. El desequilibrio

La salud está relacionada con la obesidad y también con las finanzas. Un estudio determinó que el estrés generado por deudas aumenta la posibilidad de sufrir migraña, depresión,  infartos, tensión muscular, úlceras y problemas digestivos. Tanto la obesidad como el desbalance financiero son síntomas de un desequilibrio en nuestras prioridades, nuestro sentido de la vida y nuestra fortaleza física y emocional. Y ambas condiciones afectan la salud física. Reconocer que existe un desbalance y proponerse a cambiar es el primer paso. 

2. Es más fácil entre más pronto empiezas, pero nunca es tarde

Sí, el metabolismo cambia y es más fácil adelgazar en tus veintes que en tus cuarenta. Además, entre más tiempo pasa la grasa en tu cuerpo, más tiempo le toma salir. Cada día que pasa sin que cambies de hábitos, a tu grasa le crecen “raíces” más gruesas, que después costará más trabajo arrancar. Y una vida saludable paga altos intereses con el tiempo.

Las finanzas personales también son una batalla contra el tiempo. Hay que hacer menos sacrificios para tener un patrimonio cuando eres soltero y no has “engordado” tu modo de vida con casas, coches, hijos, mascotas, y gustos sofisticados.

Si no ahorras e inviertes hoy para tu futuro, con cada año que pasa se va acortando más tu vida laboral activa, y con ella tu capacidad de invertir con mejores rendimientos y de recibir las bondades del interés compuesto.  

Entre más joven se comienza a buscar la salud financiera, menos esfuerzo requerirá y más años de beneficios disfrutarás. Pero, al igual que con el sobrepeso, es mejor tarde que nunca.

3. Lo más difícil es comenzar

Cuando empecé a ir al gimnasio, el tiempo ahí se me hacía eteeeeeeerno, y el esfuerzo con las pesas era insufrible. Suele suceder que las cosas que más valen la pena tienen un esfuerzo inicial muy alto, que se va reduciendo con la práctica y que nos facilita la vida a la larga. Antes no podía ni cargar un garrafón, y ahora todo mi día es más fácil porque soy más fuerte y dejé de cargar 8 kilos extra en el cuerpo. En pocas palabras: hacerme la vida un poco difícil 5% del tiempo en el gimnasio es el precio que debo pagar por hacerme la vida fácil el 95% del tiempo restante.

En finanzas personales comenzar también es doloroso. Primero, uno tiene que aceptar los errores, e introducirse en un mundo extraño con terminología que en un principio resultará oscura; leer mucho, aunque no se entienda todo, cometer errores y aceptarlos, superar el miedo de invertir, de vender propiedades que nos drenan y no nos hacen felices, cambiar hábitos con los que estamos encariñados… el principio duele pero si dejamos todo como está, el efecto rana hervida se encargará de hacernos la vida cien veces más difícil.

4. El efecto rana hervida

Cuenta la leyenda que si metes una rana a una olla con agua hirviendo, ésta sintiendo el calor infernal, saltará inmediatamente para ponerse a salvo. En cambio, si metes a la rana en una olla con agua templada, y subes muy, pero muy lentamente la temperatura, tendrás rana hervida sin problemas. La pobre rana se acostumbra a los graduales incrementos de calor, y no los percibe hasta que es demasiado tarde. Manuel Uribe, el mexicano que tuvo el título del hombre más pesado del mundo, no llegó a sus 597 kilos de la noche a la mañana. Y quizás su decisión de adelgazar le dio unos años más de vida, pero no llegó a  los ochenta años como deseaba; para eso ya era demasiado tarde. 

En las finanzas pasa lo mismo. El gasto hormiga, la gradual inflación en el estilo de vida, los meses sin intereses, las deudas, son pequeños aumentos a la temperatura de tu economía, hasta que un día despiertas, y te das cuenta de que el problema es tan grande, que deberás dedicar años a salir de él, si es que la vida o las fuerzas te alcanzan.

No te pierdas la segunda parte de las lecciones financieras que aprendí cuando bajé de peso. 

*DR

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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