Seguro de desempleo en la CDMX: por qué sí y por qué no

ECON 101 -
Contar con un apoyo mientras se busca empleo permitirá que  acepten uno que vaya acorde con sus capacidades y que pueda ser mejor remunerado. Foto: Thinkstockphotos
Contar con un apoyo mientras se busca empleo permitirá que acepten uno que vaya acorde con sus capacidades y que pueda ser mejor remunerado. Foto: Thinkstockphotos

CIUDAD DE MÉXICO.- De acuerdo con Porfirio Muñoz Ledo, secretario ejecutivo de la Comisión Redactora del Proyecto de Constitución para la Ciudad de México, una de las prioridades será la inclusión de una “renta mínima” para desempleados. Esto es básicamente un seguro de desempleo como el que se tiene en diversos países.

En la “Pregunta del día” en el portal de Excélsior del 5 de julio, el 60% de los usuarios participantes se manifestó en contra de una política de este tipo. Para bien o para mal, no toca a los ciudadanos decidir su existencia, sino a expertos en la materia (esperamos).

Responder si debe existir o no es algo complejo y depende, como la mayoría de las políticas públicas, de los detalles.

Si tomamos en cuenta que la función de un gobierno es emparejar la cancha para que todos los ciudadanos tengan el mismo potencial de desarrollo, un seguro de desempleo es justo y necesario.

Contar con una política de renta mínima permitirá atacar la pobreza y asegurar que la inserción laboral sea la que mejor conviene para el ciudadano y la sociedad.

Sin un seguro de desempleo las personas tienden a tomar la primera oportunidad que se les cruza, especialmente si sus necesidades son apremiantes. Contar con un apoyo mientras se busca empleo permitirá que  acepten uno que vaya acorde con sus capacidades y que pueda ser mejor remunerado. Este resultado beneficia tanto al trabajador, pues tendrá un mejor ingreso, como a la economía en general, pues no habrá capital humano subutilizado.

La ausencia del seguro de desempleo en México es usualmente citada como un factor que permite que la tasa de desocupación del país sea baja. Pero, ¿podemos usar esto para justificar su inexistencia?

Claro que este tipo de políticas conlleva “riesgos”. ¿Qué evitará que los desempleados se vuelvan vividores del presupuesto? o ¿Cómo financiar el gasto? son algunas de las preguntas cuya respuesta debe quedar expresa en la legislación.

Primero, se debe determinar si se busca una renta mínima o un seguro de desempleo. Aunque ambos son un programa de subsidios, su finalidad es distinta; el primero es un complemento al ingreso y el segundo un sustituto.

Segundo, ¿cómo se financiará? Muñoz Ledo dice que los recursos se obtendrán de un pacto fiscal con el gobierno federal, pero bien podría financiarse con aportaciones del trabajador, patrones y gobierno.

Luego, ¿cuál será el monto a otorgarse? ¿Será una cuota fija ligada al salario mínimo, al último salario de cotización o a las cuotas que se hubieran juntado, en caso de elegirse ese método de financiamiento?

¿Durante cuánto tiempo se tendrá derecho a recibirlo? ¿Estará condicionado a la búsqueda activa de empleo? ¿Podrán acceder a él todos los capitalinos sin distinción del estrato de ingreso previo?

Son algunas preguntas para empezar la conversación sobre el tema, para que no se quede en declaraciones o una bonita letra muerta en la nueva Constitución.

*DR

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
Icono de te puede interesar de en dineroenimagen

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR