Los riesgos que América Latina debe gestionar para crecer

¡El que no arriesga, gana! -

Es evidente que las economías emergentes resultan atractivas para las empresas y los inversionistas por su potencial de crecimiento. Durante los últimos años, una de las regiones de más rápido crecimiento ha sido Latinoamérica. El crecimiento de su PIB desde 2010 ha sido solamente superado por las economías emergentes asiáticas.

Pero hay que tener en cuenta que donde hay crecimiento - industria, infraestructura, población, productividad - también hay riesgos. Es importante recordar esta premisa, ya que sin la gestión de riesgos es imposible alcanzar un crecimiento a largo plazo o la creación de valor añadido. El reciente crecimiento sostenido de Latinoamérica ha comenzado a ralentizarse, pero las oportunidades en toda la región siguen siendo numerosas para aquellos inversionistas y empresas que estén dispuestos a aceptar riesgos.

¿Por qué muchas empresas de diferentes industrias están interesadas en Latinoamérica? Veamos algunos datos a considerar:

  • La población de la región supera los 600 millones de personas.
  • El PIB combinado de los países de Latinoamérica supera los 6 billones de dólares.
  • Algunos proyectos de construcción, infraestructura, petróleo y gas atraen miles de millones de dólares en inversión extranjera.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas, la inversión extranjera directa disminuyó ligeramente en 2014 en países como Brasil. Sin embargo, en Chile la inversión durante el mismo periodo se disparó. Según Naciones Unidas, la inversión extranjera en la región en 2014 fue de 158,800 millones de dólares, algo menos que el año anterior cuando alcanzó un récord con casi 190,000 millones de dólares.

La CEPAL señala que, aunque la inversión exterior se está ralentizando, Latinoamérica está viendo un aumento de empresas transnacionales, conocidas como "multilatinas". Se trata de empresas multinacionales que comercializan principalmente en Latinoamérica. Las actividades a las que se dedican las empresas en crecimiento como éstas – ampliar la red de socios comerciales, introducir nuevos productos y servicios en el mercado, penetrar nuevos mercados - necesitan una gestión de riesgos coordinada en cuanto a daños materiales y responsabilidad civil. 

En una región tan grande y dinámica como es Latinoamérica, los programas internacionales de seguros pueden ser una solución muy adecuada. Una de las grandes ventajas de los programas internacionales es su capacidad para coordinar coberturas y cumplir con los requisitos en las jurisdicciones cuyas leyes y culturas pueden ser muy diferentes entre sí. Incluso cuando no se utiliza un programa internacional para riesgos transfronterizos, es importante contar con un socio experimentado en la gestión de riesgos con presencia en las regiones en las que opere y que pueda ayudar a tratar las complejidades de los diferentes mercados.

Latinoamérica es una región que cuenta con una gran complejidad: ¿cuáles son algunos de los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas? El riesgo medioambiental es una preocupación creciente, especialmente para las industrias de la minería, energía y la construcción, que son industrias clave en toda la región. La responsabilidad profesional y de directivos representa un riesgo emergente pero de rápido crecimiento en la región. Según la CEPAL, el sector de servicios ha superado al de los recursos naturales y al industrial como el sector más importante para la inversión extranjera.

El riesgo político y de crédito comercial también están presentes en Latinoamérica. Por ejemplo, Argentina es la tercera economía de Latinoamérica y la segunda más grande de Sudamérica, justo detrás de Brasil. Los cambios políticos y económicos constantes en el país pueden afectar a las oportunidades de negocio y a cualquier tipo de operaciones, como por ejemplo, las financieras o incluso dar lugar, como ha ocurrido en el pasado, a la incautación de bienes. En 2012, por ejemplo, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la nacionalización de YPF, una empresa petrolera propiedad de Repsol (España). Más recientemente, sin embargo, el país eligió a su nuevo presidente, Mauricio Macri, quién tenía como eslogan de su campaña: “Cambiemos”. Tras tomar posesión del cargo, no ha perdido tiempo y ha comenzado a realizar cambios, incluyendo el levantamiento de las restricciones sobre el cambio de divisas, las importaciones y exportaciones. Sus decisiones incluyeron la eliminación de los impuestos a la exportación de soja y otros productos agrícolas importantes, así como los controles de divisas que considera obstaculizaban el comercio y las transacciones financieras. Está tratando también de impulsar la inversión extranjera para levantar la economía argentina. De hecho, YPF anunció recientemente junto a Dow Argentina, la unidad local de Dow Chemical Co., que invertirá 500 millones de dólares en 2016 para la explotación de gas pizarra. Este es el primer anuncio importante de inversión extranjera bajo el nuevo gobierno y aunque se esperan más cambios, los ya anunciados en Argentina ilustran la rapidez con la que puede cambiar la situación política y económica en un país.

También hay que tener en cuenta la frecuencia y gravedad de las catástrofes naturales en Latinoamérica y los riesgos que implican. Patricia, el huracán más violento conocido del Hemisferio Occidental, golpeó México en octubre de 2015 con vientos máximos de 320 km/h. Sólo un mes antes, Chile sufrió un terremoto de 8.3 grados en la escala de Richter que provocó una alerta de tsunami. Conocido desde hace tiempo como uno de los lugares con mayor actividad sísmica del planeta, los chilenos han vivido tres de los terremotos más importantes del mundo en los últimos cinco años, así como también el terremoto más fuerte registrado de la historia, con una magnitud de 9.5 en 1960. Latinoamérica también ha dado términos españoles a fenómenos atmosféricos que pueden influir en las catástrofes naturales: el efecto conocido como ‘El Niño’ aumenta el riesgo de incendios forestales en América Central y del Sur, mientras que ‘La Niña’ suele crear condiciones más húmedas. Estos efectos pueden hacer que los riesgos de incendios, inundaciones y huracanes sean mayores en la región.

Los riesgos en Latinoamérica no deberían desanimar a las empresas que buscan oportunidades de crecimiento en la zona. Como ocurre en cualquier parte del mundo, los riesgos no vienen solos, siempre vienen acompañados de las oportunidades. Mi experiencia en ingeniería sugiere que la mejor manera de resolver un problema es acercarse lo máximo posible a él para entenderlo casi desde dentro. Este enfoque también se aplica a la gestión de riesgos, independientemente del lugar y del riesgo del que estemos hablando.

*gl

Aclaración:
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