La otra cara (pobre) del México urbano

Espacio Urbano -
Usualmente se asocia el arquetipo de “persona pobre” con personas en zonas rurales, con difícil acceso a los centros urbanos. Foto: Cuartoscuro
Usualmente se asocia el arquetipo de “persona pobre” con personas en zonas rurales, con difícil acceso a los centros urbanos. Foto: Cuartoscuro

Desde que comencé a escribir en este espacio, he defendido asuntos urbanos que, para algunas personas, pueden parecer problemas de primer mundo. Sin embargo, temas clave como la peatonalidad en las ciudades tienen un gran motivo detrás para ser defendidos por personas de cualquier estrato socioeconómico: es la única forma de transportarse totalmente gratuita. Todas y todos somos peatones en algún momento del día (y espero que el panorama que pinta la película Wall-E sobre la humanidad esté aún lejos de ser realidad).

Y es que usualmente se asocia el arquetipo de “persona pobre” con personas en zonas rurales, con difícil acceso a los centros urbanos. La realidad es que durante el último siglo, y al igual que en buena parte de las economías emergentes, México ha experimentado una gran transición urbana que ha llevado a tres cuartas partes de la población nacional a residir en centros urbanos, lo que representaba para 2012 alrededor de 86 millones de personas (77 % del total nacional); de éstas, 36.6 millones se encuentran en situación de pobreza, lo que implica que 4 de cada 10 personas que viven en zonas urbanas son pobres, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Al comparar esto con las zonas rurales, como puede apreciarse en la gráfica 1, vemos que aunque la proporción de personas en situación de pobreza es mayor en dichas localidades – donde 6 de cada 10 personas que viven en zonas rurales en México son pobres – el número total de personas es mucho menor: hasta 2012, 36.2 millones de personas en centros urbanos vivían en situación de pobreza, mientras que en el sector rural son 16.7 millones de personas, poco más de la mitad que en zonas urbanas.

Todo esto indica que poco más de dos terceras partes de las personas en situación de pobreza en México se localizan en zonas urbanas. Sin embargo, la población en pobreza extrema en localidades rurales – 5.8 millones – sigue siendo ligeramente mayor que en localidades urbanas, de alrededor 5.7 millones de personas.

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Este erróneo paradigma de la pobreza como fenómeno rural en México no sólo es bastante común entre la población, sino que nuestros policy makers diseñaron el principal programa social contra la pobreza, Prospera (antes Oportunidades), con dicho paradigma. Y es que, como menciona Luis Monroy Gómez Franco en este artículo de Paradigmas, la pobreza urbana difiere considerablemente de la rural; no sólo en su combate, sino en su conexión con la economía y sus efectos en la población.

Y, viviendo en el país de las desigualdades, incluso la pobreza tiene una incidencia desigual en las distintas zonas del país. Si utilizamos como referencia las 59 zonas metropolitanas (ZM) del Sistema Nacional Urbano 2012, veremos que la incidencia de pobreza en las ZM – es decir, la proporción de personas pobres respecto del total – varía considerablemente, con una mayor proporción en la región sur-sureste del país, como muestra la gráfica 2 (fuente). La incidencia va de 65 % de la población en la zona de Ríoverde - Ciudad Fernández (San Luis Potosí) en situación de pobreza, a un 7 % en las ZM de Mexicali y Tijuana (Baja California).

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En México, la pobreza – especialmente la extrema – ha tenido históricamente un rostro rural, pero su cambio a un rostro urbano en el siglo XXI muestra la exclusión, desempleo y desigualdad de nuestros centros urbanos. Ésta es la otra cara de nuestro México urbano.

*gl

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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