¿Cómo ser un 'emprendedor quarterback'?

CIUDAD DE MÉXICO.- Hay quien asegura que Peyton Manning es más artista que jugador de fútbol americano. El 5 veces considerado Jugador Más Valioso de la NFL y ganador de 1 Súper Tazón (Indianapolis Colts; 2007) es sin duda un fuera de serie. Su capacidad ofensiva, pero sobre todo de saber cómo “leer la jugada” en la línea de golpeo lo ha llevado a romper múltiples records: pases de anotación en una sola temporada (2013), pases de touchdown (2014) e incluso el mayor número de yardas por pase en un solo partido (2015). Hoy tiene a los Broncos de Denver en finales de su división casi rumbo a un Super Bowl más.

El fútbol americano es un juego sumamente estratégico. Cada jugada es una jugada pensada, diseñada y ensayada una y otra vez para lograr cruzar barreras enemigas. El mariscal de campo orquesta: primero tiene una pequeña reunión de equipo llamado “huddle” donde, en pocos segundos y en privado, acuerdan el siguiente movimiento hacia la cancha contraria. ¿Las alternativas? Pase largo, corrida, “engaño”... Luego viene la ejecución: los jugadores se acomodan en la línea de golpeo. Unos en defensiva evitando que el mariscal de campo caiga, mientras que los “ofensivos” correrán con o para recibir el balón y avanzar yardas.

¡Ojo! Están todos listos para ejecutar el plan que milimétricamente se determinó: un movimiento en falso, unos centímetros mal avanzados o un gramo de duda pueden alterar la jugada a la que “se acordó”.

Entonces entra “el arte”. Un mariscal de campo como Peyton sabe “leer” lo que está sucediendo: ¿qué parte de su línea defensiva está débil? ¿Qué jugada está intentando “adivinar” el equipo contrario? ¿Y si aquél jugador no es bloqueado y llega demasiado rápido? Y en tan solo milésimas de segundo, su juicio de la situación lo puede hacer que cambie la jugada dramáticamente. Comienza a gritarle a sus jugadores los ajustes (muchas veces en un idioma inentendible)... y entonces, lo que hubiera sido la jugada perfecta se convierte en una jugada “imperfecta” con un gran resultado. Manning solamente “leyó” lo que sucedía, envió las instrucciones de último momento y ejecutó con cambios. Su cerebro ha aprendido a identificar las “circunstancias” con que es necesario proponer estos cambios.

El proceso de arrancar un emprendimiento con impacto es similar… cambios constantes todo el tiempo. De un día para otro tu propuesta de valor cambió y hay que empujar un nuevo producto. Quizá el expertise de un miembro de un equipo deja de ser relevante para el nuevo canal de comercialización. Tus beneficiarios no están utilizando tu servicio. Quizá se está acabando el dinero en la cuenta o necesitas contratar a alguien con mucha más experiencia que tú. Todos son factores que en la “línea de golpeo” influyen para lograr tener éxito en nuestra startup social y generar un impacto.

Tom Chi, mentor irrazonable y uno de los responsables por la creación de los Google Glasses nos ha ayudado a entender, como organización, cuáles son algunos de los factores que nos permitirán entender cuando hay que “cambiar la jugada” o dejarla correr. Esto es lo que hemos aprendido.
 

Los cambios aplican cuando...

Las metas no se están cumpliendo

Todo objetivo tiene que tener una métrica que te permita medir el desempeño. Si constantemente (y en repetidas ocasiones) el miembro del equipo no está llegando a lo que se planteó, algún cambio tiene que suceder. Como organización somos agresivos en nuestras metas, pero hacemos que cada miembro del equipo sea quien las proponga para que se “adueñe” de ellas. Si no está llegando, hay que cuestionarnos los “por qué” y los “cómo le podríamos ayudar” a lograrlas. Incluso lo más sutil al preguntarle: “¿estás contento haciendo lo que haces?”

La energía con que el equipo trabaja (independiente de las metas) no es la deseada

¿Qué pasa si se está llegando a todas las metas a costa de hacer que todo el resto del equipo trabaje los domingos? Probablemente eso genera “ruido” al interior de la organización y un malestar común. Eso merma la productividad. Tiempo de generar un cambio de jugada… rotar miembros de roles o incluso prescindir de algún recurso se vale. La “vibra” es algo que es importante cuidar en cualquier trabajo.

Aunque se cumplan las metas, no crece cada uno de los individuos

¿Sientes que estás topado en tus funciones o que algún miembro del equipo pudiera “dar más”? Si como mariscal de tu equipo percibes que la persona está “estancada”, es un excelente momento para replantear la situación. ¿De qué te sirve cambiar el mundo si tú o tus miembros del equipo son infelices y sin motivación? Como líderes somos responsables de velar que el equipo esté en constante crecimiento.

Los triunfos magistrales de alguien como Peyton Manning se han dado porque ha inspirado confianza y ha sido consistente. Ojalá que cada día inspiremos más confianza a nuestros equipos… conscientes que muchos de esos cambios en la jugada incluso nos podrán llevar a “pases incompletos” y fracasos.

Persistamos. Un pase tras otro nos permitirá ir mejorando y encontrando la fórmula para tener cada vez más impacto.

*livm