¿Por qué el mexicano ve la economía peor de lo que está?

Numérico -
Mexicanos caminando en la calle de Madero en el Centro
¿Por qué el mexicano ve la economía peor de lo que está? Foto: iStock.

Analizando la opinión de los mexicanos sobre la economía, encontramos que hay un sesgo significativo entre la percepción, que medimos con la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor de INEGI, y la realidad, vista en los indicadores macroeconómicos. Para explicar ese sesgo, modelamos una explicación utilizando tres variables: el tipo de cambio, la inflación anual y  el nivel de desempleo; estas variables explican nuestra opinión sobre la economía pero no son precisamente predictores de la economía real.

La noticia de la caída del precio del petróleo sacudió los titulares de noticias del año pasado. A finales del mismo, el precio del dólar rebasando la barrera de los 18 pesos apareció en las portadas de los diarios. Si bien estos fenómenos fueron provocados por situaciones ajenas al desarrollo de la economía nacional (llamadas externalidades), en el imaginario colectivo se les ve como síntomas del desempeño de la economía mexicana; así, un dólar caro representa, en términos de opinión pública, una economía en problemas.

La opinión sobre la economía nacional es un asunto que no debe tomarse a la ligera, pues tiene serias implicaciones para la vida del país. Desde modificar las conductas de consumo hasta definirse como uno de los pilares de la conducción desde el gobierno, la percepción sobre qué tan bien le va a nuestra economía afecta muchas decisiones. Pero al mismo tiempo, esta percepción se ve afectada por muchos otros factores que, en ocasiones, no tienen relación con el verdadero desempeño de la economía. Para entender este fenómeno, nos dimos a la tarea de identificar qué tan sesgada es la opinión de los mexicanos sobre la economía, y tratar de identificar qué elementos la determinan.

La opinión sigue expectativas

Para ilustrar la discordancia entre el desempeño real de la economía y la percepción de los mexicanos, decidimos comparar la confianza del consumidor mexicano, utilizando los datos recabados por la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor en la pregunta ¿Cómo considera usted la situación económica del PAÍS HOY EN DÍA comparada con la de HACE 12 MESES?, con el Índice Global de Actividad Económica del INEGI, para ver si lo que los economistas llaman economía real es adecuadamente percibida por los mexicanos. Los resultados son interesantes: aunque pareciera que el desempeño de la economía modela la confianza del consumidor, en el fondo el consumidor sigue otro tipo de manifestaciones que se pueden relacionar con economía pero que no necesariamente reflejan la actividad misma. En la gráfica anterior puedes observar cómo a partir de 2014 la confianza del consumidor cayó, aunque la actividad económica aumentara.

¿Cómo explicar las disonancias?

Si bien la economía no ha tenido un comportamiento espectacular, lo que muestran los indicadores macroeconómicos no coincide con la percepción tan negativa que se tiene en las calles del manejo de la misma. ¿Qué significa esto? Que esta opinión de los mexicanos está determinada por factores que poco tienen que ver con la economía. Estos factores son muchos, e influyen en mayor o menor medida. Para tratar de identificar a los más influyentes desarrollamos un modelo matemático que buscó explicar el comportamiento de la confianza del consumidor por medio de variables a las que, en la vida diaria, están expuestos los mexicanos: el tipo de cambio, la inflación y el desempleo.

Por supuesto, no todas las variables del modelo explican esa economía real de la misma manera que definen nuestra opinión, pero el modelo demostró que estas tres son predictores significativos de la confianza del consumidor.

El modelo permite estimar que el factor que más influye en la conformación de nuestra opinión es la tasa de desempleo seguido por la inflación y el tipo de cambio.

¿Estas variables no influyen en cómo se comporta la economía? Algunas, como el desempleo, sí, pero en su conjunto afectan poco a la actividad económica. De hecho, comparativamente no influyen sobremanera en el desempeño de la economía, lo que nos indica que aunque pueden explicar la confianza del consumidor y por tanto la percepción de los mexicanos sobre el tema, están lejos de ser indicadores que reflejen el estado real de la misma.

¿Por qué tenemos un sesgo al momento de opinar sobre economía? Sabemos que la opinión es sencilla y subjetiva; por lo mismo está sujeta a lo que el entorno ofrezca para ser percibido. Si en todos los periódicos y noticieros vemos que el peso está pasando por una racha negativa, asumiremos que la economía está mal. Si percibimos que ya no alcanza para comprar lo mismo que antes con la misma cantidad de dinero (es decir, la inflación se aceleró), diremos que la economía está mal. Si no encontramos trabajo o conocemos a alguien que lleva meses en la búsqueda, definitivamente diremos que la economía está mal. Además, eso nos vuelve malos para pronosticar la economía. En la siguiente gráfica podrás ver cómo, mientras más alejados de la línea, más sesgo teníamos en nuestra percepción de la economía en ese año específico.

Es un asunto de percepción y expectativas, más que de conocer y entender los indicadores económicos que mejor funcionen para evaluar a nuestra economía. El problema surge cuando esta opinión afecta otros sectores de la vida, pública y privada, y con ello empieza a afectar el verdadero desempeño económico del país. Lamentablemente, parece que estamos lejos de consumir y demandar narrativas objetivas: habrá quienes insistan en que es mejor contar cómo cayó el precio del petróleo que cómo mejoramos nuestra balanza comercial.

Además, existe un fenómeno psicológico conocido como sustitución de atributos propuesto por Kahneman, que es un sesgo cognitivo en el cual sustituímos una pregunta dada por una pregunta mucho más fácil de responder, aunque ello no signifique mantener la precisión y complejidad de la original. En este caso, la pregunta de la ENCO puede ser reinterpretada hasta con un ¿Cómo está la economía de su hogar comparada con la de hace un año? o ¿Hace un año estaba mejor o peor su economía?

 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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