Cómo destruir tu imagen (y tu trabajo) en dos meses

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Sin duda Herrera es bueno en lo que hace, seguramente encontrará opciones para hacer su trabajo en otro lado y no cometerán los mismos errores. Foto: Mexsport
Sin duda Herrera es bueno en lo que hace, seguramente encontrará opciones para hacer su trabajo en otro lado y no cometerán los mismos errores. Foto: Mexsport

Miguel “El Piojo” Herrera fue nombrado director técnico de la Selección Nacional de Fútbol el 18 de octubre de 2013 tras un atropellado proceso de clasificación mundialista; enfrentó con éxito el partido de repechaje contra Nueva Zelanda para lograr el pase a Brasil 2014.

Su paso mundialista fue relativamente exitoso, venció a Camerún, empató con el local y ganó con contundencia a Croacia en la fase de grupos. En octavos jugó bien ante Holanda, empezó ganando, pero la presión y desconcentración hacia el final del partido sumado al polémico #NoEraPenal de Robben terminó con el sueño (y objetivo) del dichoso quinto partido en un Mundial fuera de casa.

Del Mundial a la fecha no ha pasado tanto tiempo, poco más de un año y al frente dos compromisos oficiales, la Copa América y la Copa Oro. La primera, con paso lamentable, sin ganar y terminando como último de grupo, la segunda como campeón alrededor de polémicas y escándalos.

Es justo antes de iniciar la Copa América que durante el juego amistoso contra Brasil, empezó la espiral que llevó al técnico nacional de la gloria al infierno. Era 7 de junio, día electoral en el país, y por contratación o por convicción decidió enviar a redes sociales tuits alusivos al Partido Verde, hecho que desató polémica, enojo y se marca como el principio del fin de la carrera de Herrera al frente de la Selección.

Si bien ya había mostrado intolerancia a las críticas y desde jugador se caracterizó por su carácter explosivo, desde el “tuit verde” hasta el reciente acontecimiento, lamentable, con el cronista deportivo Christian Martinoli, se ve una cadena de errores que minó su imagen pública y la percepción de su capacidad para estar al frente del equipo nacional, más allá de sus habilidades profesionales. Todo es imagen y percepción.

Y si bien la imagen es propia, ésta depende 100% de los demás, los demás avalan o castigan lo que uno proyecta.

La imagen del Director Técnico de la Selección Nacional de Fútbol es un referente ante la opinión pública, de los jugadores también. Son figuras públicas y están expuestos al escrutinio y la lupa de todos, cualquier movimiento, declaración, acción pasan por la báscula de propios y extraños. A favor o en contra alrededor se tejen miles (tal vez millones) de juicios sobre esta figura y los intereses que representa.

Apenas la semana pasada escribía sobre las cualidades del líder y la primera que mencioné era Responsabilidad, algo que perdió Herrera y al hacerlo empezó a escribir su destino. Se volvió irresponsable, no supo enfrentar sus errores, culpó a otros y eso tiene consecuencias.

Mi opinión sólo valora en estas líneas la necesidad corporativa de mantener una congruencia entre las políticas establecidas por una organización y el cumplimiento de las mismas.

Las empresas son un negocio, también la Selección. Y como cada empresa, establecen políticas y lineamientos que son parte de la filosofía y estructura de la organización y cualquier relación laboral deberá estar sujeta a las mismas sin excepción.

Hace poco más de un mes, Herrera declaró en conferencia de prensa "Les guste o no, estaré en esta silla hasta Rusia 2018" y tal vez con esta declaración se marca dónde pierde el piso el técnico, se creyó indispensable.

Ningún empleado es indispensable y en el desempeño de nuestras funciones tendremos que tener en mente siempre que podemos ser reemplazados, así como las empresas también deben ofrecer las mejores condiciones laborables posibles para atraer a los mejores talentos.

Un empleado al incorporarse a una empresa y firmar un contrato, está aceptando las políticas y condiciones que ésta establece y desempeñará unas funciones establecidas en el mismo para recibir como contraprestación una remuneración pactada. En este caso Miguel firmó un código de ética que tiene que respetarse y no lo hizo, por eso fue destituido.

¿Hay alguna diferencia o excepción que se tenga que hacer por cualquier empleado en cualquier empresa? Ninguna. Un contrato laboral implica derechos y obligaciones para ambas partes. No hay por qué hacer ninguna excepción por tratarse de una figura pública, el técnico del año, el empleado del mes o incluso el mejor amigo del jefe. Una regla o política que no se cumple tiene consecuencias y las excepciones sientan un precedente que tarde o temprano va minando la autoridad de la empresa y afectará el rendimiento del equipo y los resultados de la empresa poniendo en riesgo su continuidad.

No se pone en duda la capacidad del técnico ni sus habilidades para dirigir equipos, y lo más lamentable del caso es que el hecho que hizo que lo cesaran fue algo extra cancha y no los resultados o el desempeño del equipo.

Las mejores empresas están formadas por los mejores empleados, sin duda Herrera es bueno en lo que hace, seguramente encontrará opciones para hacer su trabajo en otro lado y no cometerán los mismos errores.

 

Nos leemos la próxima vez…

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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