Lo que todos podemos aprender del Leicester City

Talentos@Work -
Cualquier equipo, deportivo o no, que tenga estas cualidades está destinado al éxito. Foto: Reuters
Cualquier equipo, deportivo o no, que tenga estas cualidades está destinado al éxito. Foto: Reuters

Tuvieron que pasar 48 años jugando en la Liga Premier de Inglaterra para que el modesto equipo de una pequeña ciudad se convirtiera por primera vez en campeón del torneo. Este 2 de mayo, el Leicester City logró lo que muy pocos creían que era posible.

Las apuestas daban 5,000 a 1 al inicio de la temporada a que el equipo iba a llegar hasta donde llegó. Incluso, hace casi un año estaba en peligro de descender a la segunda división. Fue cuando llegó Claudio Ranieri a comandar el timón de un barco que parecía que se iba a pique; 40 puntos eran su objetivo inicial para sacar a flote al equipo y permanecer en la liga.

Poco a poco fueron sumando puntos, pero según cuenta el propio técnico, también recibían muchos goles, decidió pues dar un golpe de timón y en el partido contra el Crystal Palace les dijo: "vamos chicos, vamos. Les ofrezco una pizza si no reciben gol".

Así fue. También pagó su apuesta, pero de un modo peculiar. Los llevó a un restaurante local pero ahí el entrenador les tenía una sorpresa:

Tienen que trabajar por todo. Trabajen por su pizza también. Haremos nuestra propia pizza. Fuimos a la cocina con la masa, el queso y la salsa. Hicimos nuestra propia pizza. Estuvo muy bien. Disfruté muchas rebanadas. ¿Qué puedo decir? Soy un hombre italiano. Amo mi pizza y mi pasta. Ahora, tenemos muchos partidos sin recibir gol. Muchos partidos sin recibir gol después de lo de la pizza. Creo que no es una coincidencia".

Y no, no es una coincidencia. Un director técnico de un equipo de fútbol es un estratega, y como tal tiene que diseñar el camino para conseguir un objetivo, igual que un Director General o un Gerente en una empresa, lo más importante es tener claro el objetivo y construir el camino para conseguirlo. Pero también la forma de comunicarlo es fundamental para que el equipo entero reciba, asimile y adopte el mensaje para traducir el esfuerzo en logro.

El Leicester no tiene la nómina de equipos grandes como el Manchester United, el Chelsea o el Arsenal, al contrario, su plantilla alinea a jugadores que fueron rechazados de estos equipos o de otras ligas europeas, asiáticas, sudamericanas y africanas. Es diverso y multirracial. Pero algo los ha marcado en esta temporada: el esfuerzo, el trabajo y la tenacidad.

Cualquier equipo, deportivo o no, que tenga estas cualidades está destinado al éxito. Para triunfar no hay más que dar todo lo que se tiene y más, conjuntar las habilidades de unos y otros para armar el rompecabezas que completará el objetivo. Día a día, pieza a pieza, trabajo diario sin descanso. Y en los momentos más obscuros no dejarse vencer.

Ranieri supo cómo mover sus piezas, algunas dejarlas libres, otras dándoles confianza. Desde el principio marcó su objetivo, que fue creciendo conforme el éxito se fue obteniendo, pero el mensaje se mantuvo siempre: 'quiero que jueguen por sus compañeros. Somos un equipo pequeño, por lo que tenemos que luchar con todo nuestro corazón, con el alma. No me importa el nombre del rival. Solamente quiero que luchen. Si son mejores que nosotros, ok, felicidades. Pero tienen que demostrarnos que son mejores'.

Poco a poco fueron construyendo el camino, lo que muchos veían lejano, casi imposible, se convirtió en realidad. Lecciones de vida, de trabajo, de satisfacciones nos deja hoy Leicester City en el campo de juego, pero que muy bien las podemos llevar a nuestros ámbitos profesionales y familiares. Los resultados no se dan de un día para otro, se trabajan, se sudan y se viven en la cancha.

Hoy #TodosSomosLeicester, pero ¿quiénes estamos trabajando para seguir siéndolo?

 

Nos leemos la próxima vez…

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
Icono de te puede interesar de en dineroenimagen

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR