Claves de la arquitectura estratégica de alto nivel (Parte 2)

Tiempo de estrategia -
Foto: Getty
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En el artículo anterior, abordamos el tema de la importancia de contar con una arquitectura estratégica de alto nivel para las organizaciones, misma que comentamos que se encuentra compuesta por nueve niveles:
 
 
En esta ocasión exploraremos los cinco niveles que completan la pirámide, comenzando por la estrategia. Este peldaño tiene que ver con las líneas de acción que conducirán a la organización al cambio. ¿Cómo colocarse frente a la competencia para convertirse en el mejor? Es una de las preguntas clave que ayudarán a definir la estrategia, que puede estar integrada por determinantes como el precio, la variedad de productos, los mercados a atender, el análisis de la competencia, etcétera.
 
Ya que las empresas buscan maximizar su rentabilidad al ofrecer productos o servicios que representen una ventaja competitiva sostenible, deben tomar en cuenta tres características fundamentales. 
 
La primera tiene que ver con observar al cliente e interactuar con él para saber lo que opina de sus productos; la segunda se relaciona con comunicarle las ventajas y beneficios de usar los mismos y la tercera se logra al ofrecer algo que sea difícil de copiar, con lo cual resulta más sencillo obtener el reconocimiento y lealtad del cliente.
 
Ahora bien, una vez que se han definido las directrices para la transición, se deben tener en consideración los resultados. Este siguiente peldaño consiste en enfocar una empresa a los logros o productos de su trabajo, lo que permite tener una guía en las acciones que emprende. Tener conciencia de los costos y la actitud de innovación deben considerarse para llevar a cabo los proyectos de la organización a fin de entregar lo mejor en el producto o servicio que se ofrece.
 
Esto nos lleva al siguiente escalón de la pirámide, que está compuesto por las acciones de soporte. 
 
Éstas son las iniciativas estratégicas o proyectos que determinan qué es lo que como empresa se va a hacer para llevar a cabo los objetivos trazados. 
 
En estas iniciativas hay tareas específicas que deben irse aterrizando en todas las áreas de la organización. No hay que olvidar que dichas acciones tienen que hacerse en el marco de la misión, ya que un desequilibrio entre ésta y la iniciativa seguramente repercutirá de una forma no ideal en los resultados de la compañía.
 
Las acciones de soporte definen qué es lo que le va a generar una ventaja competitiva a la empresa y cómo se va a lograr llevarla de donde está a un punto más alto. 
 
Finalmente, se encuentran los objetivos por proceso, equipo y funcionales, que recalcan la importancia de que cada miembro en la organización sepa lo que significa cada objetivo estratégico. Es decir, no es suficiente con mencionarlo, sino que se requiere detallarlo y comunicar a la gente lo que se quiere alcanzar, cómo se medirá y lo que determinará el éxito o fracaso del logro de este objetivo estratégico.
 
Brindar la importancia y precisión necesaria a cada uno de estos puntos constituye una parte vital para la consolidación de una organización, ya que es a través de esta arquitectura que se pueden desarrollar mejores prácticas estratégicas, lo cual conduce a resultados estratégicos que incluyen clientes satisfechos y leales, procesos efectivos, personal motivado y la oferta de un producto o servicio con un valor agregado. 
 
*Fundador y Director Ejecutivo de Logos Consulting (www.logosconsulting.com y @MxLogos), con más de 20 años de experiencia en Ejecución Estratégica en compañías globales y mexicanas.

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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