Descubre qué es la estrategia

Tiempo de estrategia -
Una vez definida, la visión debe ser renovada continuamente, cada año o máximo cada tres. Foto: Thinkstock
Una vez definida, la visión debe ser renovada continuamente, cada año o máximo cada tres. Foto: Thinkstock
En el camino de nuestra organización, no todos los días son iguales y no todos deberían serlo. Si sabemos a dónde nos dirigimos para definir la estrategia, hay que tener visión, pero en un contexto que permita tener tren de aterrizaje, es decir, que sea un gran reto, pero al mismo tiempo que sea alcanzable. 
 
Definir la estrategia ha sido catalogada como una ciencia, pero es también un arte que conlleva no sólo inteligencia racional, sino también creatividad y visión holística, así como también un análisis de sus partes. 
 
En nuestro modelo Logos de definición de la estrategia hemos establecido nueve subprocesos para definirla, en esta ocasión vamos a profundizar únicamente en los dos primeros:
 
1. Análisis externo e interno.
2. Visión.
3. Actualización de la misión completa y sintetizada.
4. Análisis por perspectiva de nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas.
5. Posicionamiento: análisis de atributos, requisitos y diferenciadores.
6. Identificación de objetivos estratégicos por perspectiva: mapa estratégico.
7. Definición del Balanced Scorecard.
8. Iniciativas estratégicas.
9. Despliegue de objetivos estratégicos organizacionales a toda la organización.
 

1. Análisis externo e interno.

 
El análisis externo e interno de una organización y su estrategia está íntimamente ligado a la macroeconomía y microeconomía. Es decir, tenemos que tener un contexto, conocer cuáles son las tendencias de lo que está pasando a nivel global en la economía, inflación, tipos de cambio, PIB y de la situación política, económica y social. 
 
Todo esto deriva en tendencias macroeconómicas de crecimiento o contracción del mercado, y es donde empieza a afectar de manera más directa a la organización, dado que aunque no se encuentre en tal o cual mercado, sus clientes si pueden estarlo y esto puede afectar sus ingresos de manera indirecta. 
 
Un ejemplo de esto es la gran burbuja que se creó en la bolsa de valores y las grandes inversiones en todas la compañías “.com” a finales de los años noventa, muchas tuvieron un éxito extraordinario como Google y Amazon, e incluso siguen teniéndolo, sin embargo, muchas otras  quebraron. 
 
Si vemos este mismo efecto a futuro, vemos creciendo un nuevo mercado gigantesco de las energías alternativas, por ejemplo la generación de energía por vía solar, productos orgánicos en metacultivos, etcétera.
 
México se ha proyectado como un país que no dependerá del petróleo para el desarrollo de la economía de aquí a 20 años, si bien, ese recurso ha sido una extraordinaria fuente de ingresos --la principal para el país—sin embargo, es un recurso no renovable y el avance tecnológico podría dejar obsoleto en las próximas décadas este ingreso. 
 
Esto que está sucediendo a nivel macroeconómico incide directamente con la microeconomía y debería hacer reflexionar a las organizaciones en sus estrategias hacia el futuro. Esto es lo que llamamos un análisis externo.
 
Ahora bien, en un análisis interno, deberíamos de ser capaces de ver en el trayecto de la historia de la organización, qué hemos sido capaces de generar, qué nos ha faltado, en qué hemos tenido éxito y en qué no y por qué.  
 
En esa etapa son de suma importancia una serie de entrevistas donde el responsable de facilitar la definición de la estrategia pueda organizar esta información y ponerla en un contexto armónico, lógico y útil que permita a la organización enmarcar su estrategia y ser sensible a los efectos macroeconómicos y microeconómicos.
 

2. Visión a cinco años. 

 
Si bien, la estrategia debe aterrizar objetivos clave para el siguiente año a partir de su planeación, es necesario que tenga un alcance mayor de tres a cinco años, ¿por qué? porque hay objetivos estratégicos y/o ventajas competitivas que no se logran construir en un solo año; cambiar la cultura organizacional de una empresa se lleva mínimo dos años; construir un sistema de relación con el cliente tipo CRM (solución de administración de las relaciones con el cliente) y madurarlo se lleva igual un par de años; crear una imagen o impactar algún proceso social donde interactúe la organización puede llevar incluso cinco años. 
 
Así también los procesos de innovación donde se requieren grandes sumas de inversión en investigación y desarrollo, prototipos, pruebas, nuevos modelos, explorar nuevas tecnologías se lleva con certeza un proceso de tres a cinco años para que éstas maduren.
 
Una vez definida, la visión debe ser renovada continuamente, cada año o máximo cada tres, de tal manera que se convierta en un proceso y no en una fotografía que se tomó hace quién sabe cuántos años.
 
Para crear la visión existen diferentes técnicas como tormenta de ideas, pero la que más recomendamos es el mapeo mental. Profundizaremos más en el uso de esta técnica en la siguiente parte de este artículo.
 
¡Enhorabuena! 
 
*Eustaquio Martínez es Fundador y Director Ejecutivo de Logos Consulting (www.logosci.com.mx y @MxLogos), con más de 22 años de experiencia en proponer la Ejecución Estratégica en compañías globales y mexicanas con éxitos probados.
 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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