Un modelo de liderazgo estratégico, la inteligencia emocional (Parte 2)

Tiempo de estrategia -
Si una persona ha desarrollado la capacidad de sentir y tiene la capacidad de desarrollar las capacidades positivas ha dado un gran paso en su madurez emocional. Foto: Getty
Si una persona ha desarrollado la capacidad de sentir y tiene la capacidad de desarrollar las capacidades positivas ha dado un gran paso en su madurez emocional. Foto: Getty
En la entrega anterior comenzamos a exponer nuestra visión de Liderazgo Estratégico de acuerdo con nuestro “Modelo Logos” y expusimos, además las condiciones que pueden ayudar a que se desarrolle un líder.
 
La primera característica que debe tener uno de ellos, vitalidad. La siguiente competencia que consideramos esencial para desarrollar el liderazgo de un ejecutivo es:
 
Inteligencia Emocional. Mucho se ha escrito al respecto y se ha comentado desde el modelo de Garner “Inteligencia Interpersonal” hasta el del Doctor Erik Front, pasando por el Doctor Froy e innumerables psicólogos que han profundizado en este contexto y actualmente repuntando, el Doctor Goleman con una aplicación directa y práctica en la vida cotidiana y en la vida ejecutiva.
 
Podemos generalizar un modelo donde se puedan sintetizar cinco niveles de  inteligencia emocional. 
 
- El primero ser consciente, de  que una persona tiene como parte fundamental en su ser, la parte emocional, sin este reconocimiento digamos que la persona puede estar en un nivel cero y desafortunadamente la inmensa mayoría de las personas en nuestra cultura no ponen atención en sus sentimientos. 
 
- El segundo nivel es sentir lo que yo siento, no lo que estoy pensando, sino qué estoy sintiendo, los sentimientos principales son: paz, alegría, sabiduría (¡Sí leyó bien! sabiduría como un sentimiento), amor, compasión y las emociones negativas que también sentimos, desafortunadamente hoy en día más a menudo que las emociones positivas como: enojo, odio, envidia, apego, ignorancia, orgullo o confusión, así como la culpabilidad, estas emociones negativas inciden directamente en la capacidad del individuo. 
 
Si una persona ha desarrollado la capacidad de sentir y tiene la capacidad de desarrollar las capacidades positivas ha dado un gran paso en su madurez emocional.
 
- El tercer nivel es el desarrollo de las propias emociones. Si bien, una persona tiene la capacidad de sentir, por ejemplo: calma, esa se puede llevar a nivel mayor y sentir paz interior, que a su vez puede desarrollarse proyectando paz y poderla transmitir más allá. El desarrollar emociones y emanarlas genera un campo magnético de interacción entre las personas y desde luego entre los grupos.
 
El siguiente nivel es percibir lo que otros están sintiendo y consiste en darnos cuenta claramente de los sentimientos que está sintiendo otra persona o un grupo de personas aunque no lleguemos a sentirlo, el percibirlo es un extraordinario nivel de desarrollo de la inteligencia emocional.
 
Finalmente, una etapa que requiere de un desarrollo mayor de inteligencia emocional es sentir lo que otros sienten, capacidad  máxima que puede lograr un individuo en la inteligencia emocional, donde literalmente tanto la felicidad pero principalmente el dolor ajeno le son propios.
 
La inteligencia emocional no sólo va ayudar al líder a tener mayor productividad dentro de una organización, él como persona va a tener una inmensa retribución al desarrollar esta competencia de liderazgo. Cotidianamente en su organización: ¡haga la prueba! 
 
*Eustaquio Martínez del Río es fundador y director ejecutivo de Logos Consulting (www.logosconsulting.com y @MxLogos), con más de 21 años de experiencia en proponer la Ejecución Estratégica en compañías globales y mexicanas con éxitos probados.
 
#kgb 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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