Dime quién te capacita y te diré cómo le va a ir a tu negocio

Durante las últimas semanas he notado una interesante necesidad por parte de los dueños y directores de diversas empresas por asistir a cursos, capacitaciones y seminarios dirigidos a puestos de alta gerencia.

En el pasado he hablado sobre la importancia de seguir aprendiendo y capacitándote. Pero incluso en la educación continua y en el hambre de ser mejores hay un riesgo. Esto me quedó claro cuando leí el nombre de una conferencia que daba a entender que la tecnología afectaba “gravemente” la forma en que hacemos negocios...

Sí, en serio. Piensa en ello tan solo un minuto... Existen personas diciendo que la tecnología es el peligro más grande que las empresas están enfrentando hoy en día. No pondré más en tela de juicio el tema, será tema para otra ocasión.

El peligro radica en no saber elegir los temas verdaderamente importantes y en no saber elegir quién te está capacitando. De nada sirve la cultura del aprendizaje entre emprendedores si estamos adquiriendo conocimiento y constancias sin validez y, peor aún, sin utilidad y credibilidad.

El primer paso para evitar esto es definir en qué área deseas seguir capacitándote. Considera el rol que cumples en tu empresa y dale prioridad a los cursos y capacitaciones que pueden ayudarte a crecer en tus actividades. Si no eres el contador, un curso sobre fiscalización o sobre declaración de impuestos no debería ocupar tu agenda en las próximas semanas. Si hay oportunidad, mejor envía a alguien más de tu equipo para cubrir más necesidades.

No puedo remarcar suficientemente la importancia de investigar bien a la persona a cargo del curso o capacitación. Existen casos de directores de grandes centros educativos que ofrecen cursos de un amplísimo espectro del conocimiento. Estas capacitaciones son usualmente de un costo mayor y la mayor parte de ese costo va más sobre el nombre de la persona que por su conocimiento específico del área en cuestión.

Existe otro caso alarmante: el de aquellas personas que por más que buscamos en línea o solicitamos sus credenciales, no parecen tener formación o experiencia en el tema que pretenden impartir. No quiero demeritar el valor de la experiencia de muchas personas incluso si no completaron su educación formal, pero la época actual obliga a tener una copia de tu CV en línea o el resumen de tu experiencia laboral en Linkedin.

Asistir a una capacitación impartida por la persona equivocada es un escenario alarmante: compartir conocimiento erróneo a un número decente de personas propicia que éste se propague a distintos niveles de varias empresas. El conocimiento erróneo es uno de los peligros más grandes para las empresas hoy en día.

¿Qué hacemos entonces? Darle seguimiento a la trayectoria del conferencista o ponente en cuestión, contactarlo por redes sociales para que te comparta material que haya utilizado en el pasado o buscar referencias en tu red de negocios o conocidos. Si no encuentras nada o se te niega la información, desconfía. Existen cientos o miles de alternativas avaladas por instituciones reconocidas o por personas verdaderamente expertas en el tema.

No decidas en base al costo, la cercanía, la conveniencia o los posibles lazos de amistad o negocios. A la larga, más vale invertir en información y prácticas correctas para ti y tu equipo que les permita seguir creciendo.

DVR