David Páramo

Análisis superior

David Páramo

18 Sep, 2020

El gran Jesús Seade

Ha sido un privilegio para el gobierno de México y un lujo para la 4T tener a Jesús Seade como uno de sus miembros.

A diferencia de prácticamente todos en la administración pública, oyó el llamado de Andrés Manuel López Obrador y dejó un muy lucrativo trabajo en Hong Kong, donde radicaba, para unirse a esta administración porque, como le ha dicho al Padre del Análisis Superior, comparte gran parte de sus ideales.

Su trabajo en la negociación del T-MEC fue de excelencia y bastaría con los resultados que logró para estar en un lugar muy especial dentro de los servidores públicos que dan los mejores resultados dentro de su gestión.

Si usted sigue al PAS, sabrá que cuando terminó la negociación del acuerdo comercial pidió salir de la administración puesto que quería reunirse con su familia, pero el Presidente le pidió que se quedara un tiempo que se alteró tanto por la pandemia como la oportunidad de contender por la dirección de la OMC, de la que Seade ya había sido el número dos.

Es fácil sacar de contexto el gran trabajo que se hizo: logró el apoyo de 40 países. Algunos por cuenta propia como destacadamente Japón y otros con el apoyo de la SRE. Entre otros, Marcelo Ebrard consiguió directamente apoyos como Noruega o Paraguay. El subsecretario Max Reyes estuvo atrás del apoyo casi unánime de América Latina y el Caribe.

Sin embargo, gran parte de los apoyos se lograron gracias a la gran reputación internacional y gran cabildeo de Seade. Abiertamente, China se sumó a este acuerdo por el conocimiento muy cercano que tienen de un hombre que ha construido durante muchos años de trabajar en ese país.

EU si bien no ofreció directamente el apoyo al mexicano, sí hizo trabajo interno para que fuera mejor aceptada la posición de un hombre al que ya conocían y que comenzaron a respetar más desde la negociación del T-MEC.

Gran parte de este esfuerzo fue financiado de su propio pecunio, no sólo mantuvo los principios de austeridad, sino que usó su tarjeta de crédito para pagar algunos viajes. Sería bueno que quienes lo critican con absurdos hicieran análisis superior sobre los gastos, viajes y trayectos que ha hecho como servidor público de su bolsa. Quizá le ofrecerían disculpas.

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REMATE ¿DERROTA?

Si Seade tiene una gran reputación internacional y tuvo el máximo apoyo que le pudo dar este gobierno de austeridad, ¿por qué se descartó su candidatura en la primera ronda?

La primera respuesta tiene que ver con el hecho de que no logró suficiente apoyo por parte de países industrializados.

A partir de ahí se podrían hacer cualquier cantidad de reproches, como que México no podría llegar muy lejos con esta candidatura si abiertamente desoye recomendaciones de la OMC como el etiquetado frontal; que si el gobierno no fue lo suficiente apoyador con relación a otras candidaturas como la de Kenia (llamada a encabezar el organismo), que incluso tiene un avión gubernamental a su disposición u otras que contrataron oficinas de cabildeo de Washington.

Estos reproches méxicocentristas no consideran varios puntos fundamentales: Kenia tiene el abierto apoyo de Angela Merkel y, por lo tanto, de la abrumadora mayoría de los votos de la Unión Europea.

Existe, también, un tema de género. Hay interés entre la mayoría de los miembros de la OMC de que una mujer lo encabece. Eso ya se lo había explicado el PAS.

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REMATE FUTURO

¿Qué sigue para Seade? Seguramente, regresará a México con la intención de terminar su muy corta y exitosa carrera como servidor público, puesto que le permitiría regresar no únicamente con su familia, sino incorporarse a la iniciativa privada nuevamente e, incluso, disminuir las mermas a su patrimonio. No tiene ningún tipo de candado que le impida hacerlo.

Es de esperarse que el Presidente de la República le haga algún ofrecimiento para no perder lo que ha sido un verdadero lujo en el servicio público; no obstante, existen pocas alternativas que pudieran resultar atractivas.

Lo más probable es que, ahora sí, Seade deje el gobierno. Sería una lástima. 

 

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