David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Feb, 2019

Recuperar credibilidad

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, confirmó ayer los múltiples adelantos que ha venido haciendo el Padre del Análisis Superior durante los últimos días, en el sentido que se tomará una serie de acciones para fortalecer a Pemex.

Al viejo estilo, se filtró un documento sobre un paquete de medidas por parte de la Secretaría de Hacienda que se resume en la inyección de cinco mil 200 millones de dólares, a través de capitalización por mil 300 millones de dólares; monetización de pasivo laboral por mil 800 millones de dólares; ayuda fiscal de 600 millones de dólares; más otros 600 millones de dólares por la disminución de pérdidas de combustible, así como los 11 mil millones de pesos anuales que provienen por los cambios fiscales anunciados hace unos días.

Si sólo se presenta este documento, no se estará resolviendo el problema fundamental de la empresa productiva del Estado. Las medidas de carácter fiscal, que tendrán un impacto en otros renglones del presupuesto, sólo le darían espacio para aumentar la producción, lo que no mejoraría sustancialmente su situación financiera.

De la lectura del documento, que se habría presentado a inversionistas, destaca que no se tiene contemplado recurrir a los mercados y que tampoco esperan tener que refinanciar deuda. No olvide los pasivos de Pemex.

Sin embargo, la realidad es que Pemex tiene que refinanciar en los próximos tres años 28 mil 800 millones de dólares, más de seis mil 600 millones de dólares durante este año, puesto que llegan a su vencimiento.

El Jefe del Ejecutivo trató de capotear el tema cuando fue cuestionado durante su alocución mañanera al decir que “a lo mejor no se va a emitir deuda” y que los compromisos se pagarán con autoridad moral. Considerando los vencimientos para este año, resulta imposible suponer que los ajustes fiscales, algunos de ellos de largo desarrollo y otros dependiendo del éxito de medidas como el combate al robo de combustible (para cumplir requieren abatir el ilícito en 80%), serán insuficientes tan sólo para enfrentar los vencimientos para este año.

EL PROBLEMA

Aun cuando no se dice abiertamente en la estrategia filtrada, lo cierto es que se reconoce que el acceso a los mercados financieros internacionales no es fácil para Pemex. Los funcionarios no han logrado generar confianza entre los inversionistas, puesto que no únicamente se les ve con poca capacidad, sino que, además, los planes que presentaron no les parecen asequibles, entre otras cosas, porque van en contra de las tendencias internacionales y, quizá lo más grave, parten de supuestos casi imposibles de realizar.

Esta primera mala impresión se ha hecho más profunda con el paso del tiempo. El día que Fitch disminuyó dos niveles la calificación de Pemex y la dejó a punto de ser catalogada como bonos chatarra, Octavio Romero se fue a meter a una supuesta toma clandestina en un acto político.

A mitad de la crisis de confianza que se ha generado en torno a la viabilidad de Pemex y las dudas sobre el manejo financiero, la respuesta de la empresa estatal fue cambiar su logo corporativo, fusilándoselo de Petróleos de Venezuela.

MATAR A LA CRE

Si no se tratara de un asunto tan grave, hubieran resultado muy chistosas las comparecencias de los aspirantes a ser comisionados de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), puesto que los examinados por los senadores hicieron una grave ostentación de desconocimiento e incapacidad.

Sin embargo, eso no fue lo más grave. Parecía que todos traían línea, puesto que no dudaban en decir que la misión que tendrían sería defender a Pemex y a la CFE de los intereses de las empresas privadas. Ésa no es la misión de la Comisión Reguladora de Energía, sino garantizar el abasto estable de energías en las mejores condiciones para las personas.

Quienes siguieron las comparecencias dividieron sus opiniones. Algunos creyeron que mandar a personas de perfiles tan bajos es una manera de mostrar un grave desprecio por la CRE (incluso, dos miembros del cuerpo de seguridad del Presidente están entre los candidatos), y una manera de matarla sin hacer una reforma constitucional, como la que pretendió durante la transición Rocío Nahle, quien busca concentrar todo el poder en el sector energético.

La segunda lectura no es mejor. Que sólo se pueden conseguir esos perfiles cuando se les obliga no sólo a recibir bajos sueldos, con la amenaza de que no podrán emplearse en la iniciativa privada durante una década, sino que, además, se les tira línea desde antes de asumir el cargo.

Los tres comisionados de la CRE y su equipo cercano, quienes están sujetos a un asedio similar al que padecieron los héroes de Massada, están dando lecciones de independencia, autonomía y compromiso con México.

 

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