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CIUDAD DE MÉXICO.- Una alianza que el presidente de EU Donald Trump, para más inri, quieren convertir en un G6+1+Rusia, un país que fue expulsado del exclusivo grupo tras su anexión de Crimea en 2014. Entre tanta confusión numérica, el único que lo tuvo claro fue Rafa Nadal, que el domingo se agenció el undécimo Roland Garros de su carrera.
El martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrá una cita histórica con el presidente norcoreano, Kim Jong-Un. Ese mismo día, en México, se celebrará el tercer debate presidencial en Mérida, el último antes de la jornada electoral del primero de julio. El miércoles habrá reunión de la Fed, con los ojos puestos en los planes que tienen para el resto del año: ¿un incremento más de tasas o dos?
El Banco de México no podrá dar respuesta a la Fed hasta el 21 de junio, pero sí podrá hacerlo el Banco Central Europeo el jueves y el Banco de Japón y el de Rusia el viernes. Y será precisamente en la patria de Vladimir Putin donde empezará, el jueves, el gran acontecimiento que paralizará a unos cuantos de miles de millones de espectadores delante de los televisores: el Mundial de Futbol.
G7 SE DIVIDE; CHINA Y RUSIA SE UNEN
El G7 terminó como el rosario de la aurora. Trump abandonó la reunión de manera atropellada rumbo a Singapur, mientras el resto emitía un comunicado conjunto que inicialmente se había consensuado con Estados Unidos. Pero las críticas de Justin Trudeau a las políticas proteccionistas de la Casa Blanca en la conferencia de prensa de clausura desairaron a Trump, quien mandó desmarcarse del comunicado y volvió a amenazar con instaurar un arancel sobre el sector automotriz.
La fractura dentro del G7 deja en un muy mal estado las negociaciones comerciales tanto en el seno del TLCAN como con la Unión Europea. Pero a su vez, aísla a Estados Unidos en su confrontación comercial con Beijing, donde podría haber recibido el respaldo de sus aliados de G7 para vencer algunas prácticas comerciales chinas que también incomodan a los europeos.
Por tanto, el G7, más que limar asperezas, las embruteció más. Y veremos hoy cómo los mercados toman los riesgos de que surjan nuevas fricciones comerciales, sobre todo si Trump sigue con su intención de instaurar un arancel sobre los vehículos por motivos de “seguridad nacional”.
Entre tanto, desde el otro lado del mundo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se regodeaba viendo cómo crece la discordia entre sus rivales occidentales. El nuevo tablero político le abre espacio para ganar influencia en Europa del Este y los países satélites de la exUnión de Repúblicas Soviéticas Socialistas.
El sábado mostró gran sintonía con el presidente chino, Xi Jinping, en la cumbre de la Organización para la Cooperación de Shanghái, a la que también asistieron los jefes de Estado de Irán, país que se encuentra en plena confrontación con Estados Unidos tras la cancelación del acuerdo nuclear, así como India y Paquistán.
Mientras la unión de los países occidentales se fractura, la mano mágica de Donald Trump está logrando que se alineen los intereses geoestratégicos y económicos de dos viejos conocidos: China y Rusia.
TRUMP VS. KIM JONG-UN; AMLO VS. EL RESTO
De la amenaza de aniquilación nuclear han pasado a un encuentro de paz histórico. Cómo ha sucedido ese cambio tan drástico en tan poco espacio de tiempo no es fácil de explicar. El líder norcoreano, considerado como un lunático con armas nucleares, ahora resulta ser un seductor dirigente agasajado por la diplomacia internacional. No sólo China, su aliado histórico, sino también sus dos rivales históricos: Corea del Sur y Estados Unidos.
¿En qué quedará la histórica reunión en Singapur entre Trump y Kim Jong-Un? Difícil es haber dado los bandazos a los que Trump nos acostumbra, como quedó demostrado en el G7, y el desconocimiento que existe sobre la personalidad del líder norcoreano. Pero esta vez las cosas pueden salir bien.
Los dos son propensos a la teatralidad, les encanta sentirse el centro del mundo, y precisan urgentemente fortalecer su carisma en casa. Por tanto, tienen que vender un éxito. La intención, en esta primera reunión, será establecer un calendario sobre unas negociaciones dirigidas a lograr una desnuclearización total de Corea del Norte por fases bajo un plan creíble y supervisado por Estados Unidos. El problema es que Trump quiere una desnuclearización inmediata, y Corea del Norte le ofrecerá probablemente un plan más vago y de largo plazo.
Para el corto plazo, Kim lo más que le ofrecerá a Trump será detener los test nucleares y de misiles para seguir negociando, consciente de que su programa nuclear es parte central del sistema que sostiene su régimen. Trump, con las elecciones de noviembre a pocos meses, podría acceder: la oportunidad es inmejorable para demostrar al electorado que es capaz de lidiar con los temas internacionales más complejos y que hasta es merecedor del Premio Nobel de la Paz.
Otro encuentro importante, en ese día martes, será el de los candidatos presidenciales en México. Pocos cartuchos les quedan ya a Anaya y Meade para intentar derribar a AMLO, quien descuella ampliamente en las encuestas, por lo que los dos probablemente muestren su cara más agresiva contra AMLO, el rival a batir.
REUNIÓN FED… Y BCE, Y JAPÓN
Si el lunes estará marcado por las tensiones comerciales del G7, y el martes por la geopolítica, el miércoles llegará el turno a los mercados propiamente dichos. En su reunión de política monetaria, la Fed incrementará el objetivo sobre la tasa de los Fondos Federales en 25 puntos base a un nuevo rango de entre 1.75 y 2.0 por ciento. Y lo más probable es que la gráfica de puntos, que hasta ahora ha previsto tres aumentos de tasas en 2018, se incline a favor de cuatro ante la fortaleza del crecimiento y las presiones inflacionarias, lo que deja espacio para normalizar la política monetaria a un ritmo un poco más rápido.
Un día antes, el martes, la Fed tendrá que digerir un indicador fundamental: el índice de precios al consumidor para el mes de mayo. Y cuidado: la tasa anual de la inflación general podría acelerarse de 2.5% en abril a 2.8% en mayo, según los pronósticos del mercado, en tanto la subyacente, excluyendo alimentos y energía, podría repuntar de 2.1 a 2.2%. En ambos casos, por tanto, se situaría por encima del objetivo de la Fed de 2.0 por ciento.
Por tanto, la Fed podría mandar el mensaje de que todavía planea incrementar las tasas dos veces más en la segunda mitad del año. ¿Cómo lo tomará el resto del mundo, sobre todo los mercados emergentes y la deuda corporativa? Un día después, el jueves, el BCE empezará a preparar a los mercados sobre el final de su programa de compra de activos y el inicio del tapering, o reducción de los montos de compra, ante una economía que marcha mejor de lo previsto. En Japón, sin embargo, tendrán que seguir inyectando dinero a la economía: el PIB se contrajo en el primer trimestre y la inflación está lejos del nivel de 2.0 por ciento.
Finalmente, el jueves, Vladimir Putin y el príncipe heredero de Arabia, Mohamed Bin Salman, presidirán el partido de inauguración del Mundial. Allí estarán los amos del petróleo, lo que una semana después, en la reunión de la OPEP, tendrán que decidir si incrementan la producción como les ha pedido hasta Trump.
*Director de llamadinero.com y profesor
de la Facultad de Economía de la UNAM
