¿La inteligencia artificial amenaza la existencia de las empresas?

Los avances recientes en la inteligencia artificial y la tecnología computacional están provocando que nos replanteemos algunas preguntas realmente básicas: ¿qué es una empresa? ¿Qué es lo que las empresas hacen mejor que los mercados? ¿Cuáles son los atributos distintivos de las empresas en un mundo de contratos inteligentes e inteligencia artificial?

Aunque se ha discutido mucho acerca de “qué es lo que queda para los humanos”, conforme la IA mejora a una velocidad exponencial, creo que ahora debemos preguntarnos “qué es lo que queda para las empresas”.

En muchos sentidos, esta es una vieja pregunta, porque nos remonta a los argumentos de Ronald Coase y Oliver Williamson, ganadores del premio Nobel: que las empresas existen para coordinar formas complejas de actividad económica de manera eficaz.

Yo diría que esa es solo una de las muchas razones por las que existen las firmas. A medida que la tecnología informática continúe simplificando y reduciendo aún más los costos de las transacciones, resaltarán esas cosas que solo las empresas hacen muy bien.

He aquí cuatro maneras en que las empresas sobresalen.

1. MANEJAR LAS TENSIONES ENTRE PRIORIDADES CONTRAPUESTAS

En la jerga actual, las firmas deben explotar sus fuentes establecidas de ventaja (para obtener ganancias hoy en día), mientras también exploran nuevas fuentes de ventaja (para asegurar su viabilidad a largo plazo). Sin embargo, encontrar el equilibrio correcto entre estos dos conjuntos de actividades es engañoso, pues en gran medida cada uno se refuerza a sí mismo. De ahí la noción de ambidextrismo organizacional: la capacidad de equilibrar la explotación y la exploración.

2. TOMAR UNA PERSPECTIVA A LARGO PLAZO

Como una variante del primer punto, las empresas no solo manejan el balance entre la explotación y la exploración en el día a día, sino que también las compensan con el tiempo. Mis excolegas Sumantra Ghoshal y Peter Moran escribieron un artículo fundacional en el que sostienen que, a diferencia de los mercados, las empresas alejan deliberadamente los recursos de su mejor uso a corto plazo para darse la oportunidad de crear aun más valor a largo plazo.

3. PROPORCIONAR UN LLAMADO MORAL O ESPIRITUAL A LA ACCIÓN

Hay una segunda dimensión del pensamiento a largo plazo, y es su impacto en la motivación individual y grupal. Típicamente usamos para esto el término propósito, para describir lo que Ratna Tata llama un “llamado a la acción moral o espiritual” que conduce a la gente a esforzarse sin límite: a trabajar incontables horas, y llevar su pasión y su creatividad al lugar de trabajo.

4. CULTILVAR UN COMPORTAMIENTO ‘INSENSATO’

Hay muchos casos famosos de inconformes que tuvieron éxito desafiando las normas, como Steve Jobs, Elon Musk y Richard Branson. Que me perdone George Bernard Shaw, pero considero a estas personas insensatas: buscan que el mundo se adapte a su punto de vista, en lugar de aprender a concordar. Si queremos ver progresos, ir más allá de lo conocido o probado, necesitamos más de estas personas en nuestras empresas. Una de las cualidades distintivas de las firmas es que cultivan este tipo de comportamiento insensato.

Sin importar el poder de la tecnología, a veces es necesario un poco de juicio humano para mantener las cosas en el curso correcto.

*Autor: Julian Birkinshaw es profesor de estrategia y emprendimiento en la Escuela de Negocios de Londres.

Jbf