Mis 3 peores errores que cometí al hacer home office

CIUDAD DE MÉXICO.- El home office fue algo que nos sorprendió a muchos, sin embargo, la duración de esto es algo que jamás habíamos experimentado.

Al inicio de la pandemia parecía que todo iba ser cuestión de un mes, dos meses, a lo mucho, pero no, ahora el trabajar desde casa parece que va para largo.

Empresas como Google y Facebook decidieron extender los periodos de home office para mediados del 2021.

En mi experiencia, ya había trabajado algunos días desde casa, y nada, que me sentía muy preparado, pero con el tiempo me di cuenta que no.

Un lugar adecuado

Me cuento entre un gran número de personas que comenzamos a trabajar en la mesa del comedor. Los primeros días todo avanzaba bien para mi, pero, sin notarlo, conforme avanzaban los días acababa las jornadas más agotado y me distraía fácilmente.

Otros días, para darle variedad a los días, sacaba una mesa y una silla al patio, para trabajar desde afuera. Al principio esta bien la idea, pero luego con las lluvias o cuando hacía mucho calor, tenía que moverme.

Ya fuera para hacer videollamadas o concentrarme a escribir, me di cuenta que mi casa es, a veces, más ruidosa que la misma oficina.

Cansado de esa situación, decidí rescatar mi antiguo escritorio y la volví a habilitar para que fuera mi mesa de trabajo en forma, dentro de una habitación dedicada sólo para trabajar.

A cuidar de mis ojos

Otro aspecto, que con el tiempo me di cuenta, es que estoy muy acostumbrado a trabajar en computadora de escritorio, más que en laptop. La laptop la utilizo para unas cuantas horas y para trabajar cuando estoy de viaje, pero no para jornadas completas.

Con el tiempo, noté que me cansaba mucho de la vista y que la pequeña pantalla de 13” de la laptop no era suficiente. Trabajar con ese equipo hacía que me tomara más tiempo hacer las cosas.

Un buen día comencé a buscar en tiendas en línea monitores y en los comentarios de los productos, vi que había gente que estaba en la misma situación. Muchos usuarios decidieron comprar un segundo monitor, porque ya estaban cansados de la pantalla de la laptop.

Por esta razón, busqué un a buen precio y que cumpliera con lo que yo necesitaba para trabajar. Terminé por comprarlo e hizo toda la diferencia. En un principio me sonaba a un gasto que no necesitaba hacer, pero al final, creo que ya se pagó solo. Ahora tengo una pantalla de 19” que me ayuda a trabajar mejor.

No destroces tu espalda con las sillas del comedor

La silla fue otra de las causas por las que terminaba muy cansado y sin notarlo. Las sillas del comedor no están hechas para trabajar jornadas de 8 horas. Esta fue la última de las compras que hice para montar mi oficina en casa.

Igual, a un incio pensé que era algo que no necesitaba, pero ahora que ya tengo una silla adecuada, sé que estaba equivocado. Ya no acabo con dolores de espalda ni me tengo que levantar a cada rato para descansar de la incómoda posición que tenía.

Trabajé más de 3 meses con una silla que no estaba hecha para ello, y ahora me doy cuenta. Por la inercia de lo que tienes que hacer, no te detienes a pensar en lo que necesitas para trabajar mejor.

Aprendí que en estos casos, y en la medida de lo posible, es necesario comprar ciertas cosas para trabajar. En algún punto pensé que es un gasto inútil, pero la realidad mi cuerpo lo agradece y veo que es dinero bien gastado, porque el trabajo en casa seguirá para los próximos meses.

Sé que si voy a trabjar en casa, tengo que hacerlo en las mejores condiciones. También, cada cierto tiempo, es necesario detenerse un poco y reflexionar en lo que hacemos y ver qué necesitamos.

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