Tu vida digital no tiene que hacerte infeliz, necesitas educación

Actualmente los adultos estadounidenses pasan más de once horas al día escuchando, mirando o interactuando con los medios digitales. Es más tiempo del que pasamos comiendo y durmiendo. De esta nube de material que altera el estado de ánimo surge un nuevo conjunto de desafíos para la salud.

Uno de cada cinco estadounidenses tiene depresión clínica. Decenas de millones más sufren ansiedad en grados de leves a moderados, y otras afecciones del estado de ánimo. Se requiere más investigación para entender la compleja relación entre los hábitos digitales y la depresión.

Te recomendamos: 100 cursos en línea del Tec de Monterrey que hoy puedes tomar

Ahora es el momento de aplicar el enfoque triple a todos los encuentros digitales, utilizando nociones de alfabetización, higiene e identificación de productos. Tenemos la oportunidad de dar nueva forma a nuestra cultura digital, todavía primitiva y con frecuencia rebelde, para convertirla en un ámbito más seguro, más saludable y más gratificante.

En primer lugar, necesitamos un mayor trabajo a nivel nacional para aumentar la alfabetización digital; cultivar e inculcar un conocimiento básico de diferentes tipos de contenido; mostrar sus efectos en el cerebro, y destacar sus beneficios para el bienestar emocional.

En segundo lugar, es importante formular y divulgar principios simples que rigen la higiene digital: cuándo emplear y cuándo no emplear el contenido digital para dormir bien, mejorar las relaciones interpersonales, combatir la soledad o la disgregación y mejorar otras exigencias biológicas, como respirar. La alfabetización y la higiene no solo son valiosas, sino que son el único método realista para contrarrestar las invitaciones simplistas a eliminar la pantalla por completo.

Te recomendamos: ¿Cuál es el origen de la palabra “bancarrota”?

¿Qué más se puede hacer? Existe un amplio consenso entre los que toman decisiones en el sector de la tecnología, los líderes en el entretenimiento, los legisladores y los académicos de que es momento de tener un sistema de identificación transparente. A pesar de que el debate aún se encuentra en sus etapas iniciales, hay optimismo acerca de una iniciativa para comenzar a categorizar diversos tipos de material digital.

A partir de al menos tres ejemplos anteriores de éxito a gran escala —consideremos la educación en cuanto al tabaco, los conocimientos sobre alimentación y las valoraciones para las películas y la televisión—, creemos que son prometedoras las posibilidades de mejorar la salud del comportamiento mediante una combinación de mayor instrucción, una identificación mejorada y una conciencia pública, auxiliadas por la certificación de la industria.

*Autora: Carrie Barron es directora del Programa Creatividad para la Capacidad de Adaptación en la Escuela de Medicina de Dell en Austin, Texas. Nicco Mele es director del Centro Shorenstein sobre los medios, la política y las políticas públicas. Michael Phillips Moskowitz es fundador y director general de Moodrise y AeBeZe Labs.

Te recomendamos: 8 licenciaturas del IPN que puedes estudiar en línea

Jbf