Los precios del petróleo se tambalean mientras Trump tira hacia abajo

CIUDAD DE MÉXICO.- El precio del petróleo debería estar subiendo. Con las sanciones de Estados Unidos a Irán que entraron en vigor a principios de este mes, se esperaba que se redujeran casi a cero las exportaciones de ese país, el cuarto productor de petróleo crudo más grande del mundo en 2017.

A modo de prevención, el precio del Brent, la marca internacional, llegó a más de 86 dólares a principios de octubre, el máximo en cuatro años, y hubo quienes advirtieron que el precio subiría a más de 100 dólares por barril.

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En vez de eso, para el 8 de noviembre, el petróleo tuvo una caída en el mercado. El precio del Brent se quedó en 66.53 dólares el 14 de noviembre. El West Texas Intermediate, la marca estadounidense, cayó por doce sesiones de operaciones consecutivas, hasta el 14 de noviembre, cuando finalmente subió. Ese fue el descenso ininterrumpido más largo en más de tres décadas. Los futuros relacionados con el petróleo estadounidense han descendido en un veinte por ciento a partir de su máximo reciente.

En octubre, el Fondo Monetario Internacional redujo su pronóstico para el crecimiento económico global. Los problemas en los mercados emergentes tienen un efecto excesivo sobre su demanda de petróleo en dólares, ya que se vuelve más caro en monedas locales débiles. Sin embargo, la reciente volatilidad del mercado del petróleo también refleja nuevas fuerzas, entre las que se incluyen los límites de los productores convencionales y el extraño impacto del presidente estadounidense, Donald Trump.

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La Organización de Países Exportadores de Petróleo, encabezada por Arabia Saudita, desea poder lograr una cómoda estabilidad. Los precios deben ser lo suficientemente altos como para respaldar los presupuestos de sus miembros y lo suficientemente bajos como para apoyar la demanda global. Pero su poder ha disminuido.

Ahora existen tres productores de petróleo predominantes: Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia, y solo uno de ellos es miembro. Puesto que la industria estadounidense de esquisto está en auge, Arabia Saudita ha recurrido a Rusia para que ayude a coordinar la producción. Sus intereses no están totalmente coordinados.

El ministro del petróleo de Arabia Saudita, Khalid al Falih, comentó esta semana que el reino produciría 500 mil barriles menos por día en diciembre; el ministro del petróleo de Rusia dudó que hubiera una sobreoferta.

No obstante, Estados Unidos es el que ha tenido el mayor efecto desestabilizador. Este año, se convirtió en el mayor productor de crudo del mundo.

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Sus empresas de esquisto están extrayendo petróleo a un ritmo fenomenal. La producción de agosto fue un 23 por ciento más alta que doce meses antes. No obstante, la industria está comprometida con los inversionistas, no con algún ministro del petróleo, y quizás la producción se reduzca si los precios del petróleo siguen deslizándose y los inversionistas exigen mayores ganancias. Por si fuera poco, se suman las políticas de Trump, las cuales están contribuyendo a empujar de un lado a otro los mercados del petróleo.

Después de anunciar las sanciones a Irán en mayo, la OPEP y sus aliados aceptaron aumentar la producción. La producción de Arabia Saudita y Rusia ha subido a máximos históricos.

El 5 de noviembre, Estados Unidos anunció que otorgaría a China, India y otros seis países una exención de 180 días para seguir importando de Irán; según Sanford C. Bernstein, una empresa de investigación, estos países representan juntos más del 75 por ciento de las exportaciones iraníes.

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Las políticas comerciales de Trump también están desalentando la demanda de petróleo. El pronóstico más bajo de crecimiento del FMI se debe en parte a la desaceleración de los mercados emergentes, pero también al ascenso de las tensiones entre Estados Unidos y sus socios comerciales, una presión que debilita más a las economías emergentes.

El crecimiento de los envíos aéreos y los embarques cayó más o menos a la mitad durante el año pasado, afirma Edward Morse de Citigroup, lo cual reduce la demanda del diésel. La guerra comercial de Trump con China es importante en especial para los mercados del petróleo, ya que China representó cerca del 40 por ciento del crecimiento en la demanda de petróleo el año pasado. El 13 de noviembre, la OPEP redujo su pronóstico de la demanda de petróleo a nivel mundial para el próximo año.

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Pero incluso a pesar de la caída de los precios del petróleo, hay razones para pensar que podrían volver a repuntar. Tal vez el próximo mes haya más recortes en la producción, después de que la OPEP y sus socios se reúnan en Viena.

Además de la incertidumbre en Irán, los problemas en Venezuela, Libia, Nigeria o Irak podría contraer la oferta global. Estos “cinco países frágiles”, como les llaman algunos inversionistas, representaron el doce por ciento de la producción mundial de petróleo de julio a septiembre, más que Arabia Saudita.

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Entonces, siempre existe la posibilidad de que Trump cambie de rumbo y llegue a un acuerdo comercial con China, por ejemplo, o vuelva a endurecer las restricciones sobre Irán. O tal vez simplemente mande un tuit. El 12 de noviembre, recurrió a Twitter para solicitarle a la OPEP que se abstuviera de recortar la producción. El precio del petróleo cayó.