¿Sabes cómo surgió el dinero?

CIUDAD DE MÉXICO.- Todos los historiadores concuerdan en que la necesidad de intercambiar bienes entre las incipientes civilizaciones de la antigüedad fue lo que derivó en la creación de lo que ahora llevamos en nuestros bolsillos, carteras y monederos.

El dinero ha sufrido muchas transformaciones a través de las distintas épocas pero desde siglos atrás se establecieron las monedas como los medios ideales para transmitir el valor, no obstante, rastrear el origen del dinero se remonta a la era primitiva.

Los hombres fueron perfeccionando la división de tareas y con esto surgió la necesidad del cazador de acceder a los productos del agricultor y viceversa. Es aquí donde surge esa primera necesidad de intercambiar mediante el simple trueque pero más tarde nació la necesidad de darle un valor de intercambio a un objeto universal.

En ‘El dinero en los Estados Unidos Mexicanos’, Eduardo Turrent asegura que algunas monedas primitivas de las que se tiene conocimiento son: una unidad de cuenta de cobre en el antiguo Egipto; ganado y piezas de plata entre los israelitas, y avena en Babilonia.

Los ejemplos anteriores constituyen unos cuantos de los muchos que existen del dinero-mercancía, algo que cambio en la medida en la que el comercio se extendió de pequeños grupos a aldeas y de éstas a regiones, lo que reveló la necesidad de un objeto que tuviera una aceptación amplia y que cumpliera con las siguientes características:

-Portabilidad: Para su fácil transportación.

-Homogeneidad: Para que no surgieran diferencias entre una pieza y otra.

-Durabilidad: Para que los medio de pago pudieran guardarse y los individuos pudieran disponer de un poder de compra por largo tiempo.

-Divisibilidad: Para que se pudieran fabricar con el mismo material piezas de distinto poder de compra y reconocimiento amplio para que todas las personas conocieras su valor y utilidad.

De acuerdo con Turrent Díaz, el oro y la plata eran los objetos que mejor cumplían con estas características pero no fue hasta el siglo VII antes de Cristo que el príncipe Gyges establece en el reino de Lidia la moneda acuñada, al sustituir los lingotes de plata por fragmentos de metal redondos que tenían una señal real que garantizaba su valor.

Durante muchos años reinó un sistema monetario bimetálico que consistía en la circulación de monedas de oro y plata de valor intrínseco pleno que funcionaba siempre y cuando el valor relativo entre los dos metales se mantuviera constante y coincidiera con el contenido oficial del metal fino en las monedas. Por ejemplo, en España 16 gramos de plata equivalían a un gramo de oro.

El lujo que la humanidad se dio se acabaría con problemas derivados del acaparamiento del oro y entonces serían introducidas las piezas fabricadas con metales o aleaciones industriales y los billetes, cuya penetración total se dio hasta el siglo XIX.