Tres razones por las que es bueno hablar con extraños

CIUDAD DE MÉXICO.- “No hables con extraños.” Desde la infancia se escucha este consejo, principalmente con el objetivo de prevenir peligros como el secuestro. Sin embargo, de acuerdo a un estudio publicado en la Journal of the Mental Environment, entablar conversación con un desconocido en el autobús produce una sensación de felicidad.

Ya sea por el estrés de la vida cotidiana o los problemas que rodean, el enojo es una emoción que se experimenta con frecuencia, y puede ser causa de muerte ya que es un factor que influye en eventos cardiovasculares; ejemplo, infartos.

Hábito que te alivia de enojos…

Platicar con las personas con las que se tiene una relación personal influye de forma positiva en el estado de ánimo, aunque para controlar el enojo o disgustos hablar con extraños puede ser más efectivo. Aquí te explicamos algunas razones por las que debes realizarlo.

1. ¡Inténtalo! Para el investigador canadiense John Helliwell, no hay situación que genere más gratificación que hablar con un desconocido en el transporte público, ya que aumenta los niveles de felicidad porque nos hace ser mejor con nosotros mismos pues lo consideramos muestra de bondad.

2. Te sientes mejor contigo mismo. Para Elizabeth Dunn, psicóloga de la Universidad de British Columbi, ser amable con extraños aumenta nuestro bienestar subjetivo. Comprobarlo es fácil, antes de subir al metro o al autobús, evalúa cómo te sientes en una escala del 1 al 10.  Una vez en marcha, intenta iniciar una conversación con un desconocido. Finalmente, cuando bajes del vehículo, vuelve a analizar tu estado en esa misma escala del 1 al 10. 

3. Te hace productivo. Sheen S. Levine, profesor de la Singapore Managemente University, señala que lo que frecuentemente le proporciona a las empresas su ventaja competitiva no es sólo su acumulación de conocimientos, sino el uso de vínculos performativos, esto es, comunicaciones espontáneas entre colegas que no se conocen en absoluto en las que se transfieren conocimientos clave sin que nadie espere nada a cambio.

Sin embargo, ¿qué sucede con el peligro que representa hablar con un extraño? Un estudio publicado en Psychological Science señala que los  niños, a partir de los tres años, podrían distinguir por su cuenta si las personas que se les acercan son de fiar o si deben alejarse de ellas, y a los siete años ya podrían hacerlo con la misma precisión que los adultos.

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