Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

9 Jul, 2018

¿Por qué no a la Ley Copyright?

 

Lo primero que se me viene a la cabeza cuando escucho hablar de los que están en contra de que exista una Ley de Derechos de Autor (Ley Copyright) en internet, es si se trata de una broma.

La semana pasada, el Parlamento de la Unión Europea desechó la decisión de establecer una ley que, aseguran muchos medios, sobre todo de internet, que de aprobarse “los usuarios europeos tendrían que olvidarse de internet, tal y como lo conocemos. Una red abierta para que todos los usuarios publiquen cualquier tipo de contenido sin limitaciones”. Entonces, ¿es válido publicar cualquier tipo de contenido sin limitaciones?

¿Qué acaso una infracción cometida en internet, en las redes sociales, no debe de encontrar una sanción idéntica a la que podría cometerse en el mundo real?

La propiedad intelectual atribuye derechos sobre creaciones intelectuales con características de originalidad, en el dominio literario, artístico o científico, y tiene por objeto la protección de los bienes inmateriales de diferentes órdenes de naturaleza intelectual y de contenido creador, así como de sus actividades afines o conexas.

En pocas palabras, el hecho de que una obra protegida, como puede ser un texto periodístico, una canción o hasta un meme (que es por lo que reclaman, risiblemente, los usuarios de la Unión Europea), esté en las redes sociales, no quiere decir que pueda ser utilizada por un tercero distinto a éstas sin previa autorización.

Me considero un defensor del internet, de la libertad que hay internamente de la red para expresarnos sin censura, de evitar que exista una neutralidad de la red que beneficie más a unos que a otros, pero no estoy de acuerdo en que no haya una regulación que proteja los derechos de autor, más cuando diversos sitios lucran con la obra de otros.

Compartir contenidos sin fines lucrativos es una buena opción, cuando el autor lo aprueba. Por ejemplo, si ustedes son músicos, y están poniendo a la venta su obra que les costó meses de esfuerzo componer, gastos en instrumentos y hasta tiempo y dinero en su grabación, tal vez no les gustaría que un usuario, pensando que no debe haber límites en cualquier publicación, lo haga sin su consentimiento. Lo mismo pasa en muchas otras profesiones, pero eso es cuestión del autor, o de la empresa para la que se trabaja, decidir si se puede compartir gratuitamente en Facebook, Twitter u otras plataformas como las de Google, Apple, Bing o Yahoo!

Hoy en día, internet pareciera ser un mundo donde no existen barreras, no hay restricciones y donde la ley no puede inscribirse. Todo eso está equivocado, y los que se rasgan las vestiduras por ello, están en un error. Y que conste que eso no implica que se debe coartar la libertad de expresión y libre publicación, con todos los asegunes que eso representa.

La polémica en torno a la ley europea de derechos de autor, radica, principalmente, en la formulación de los artículos 11 y 13, que plantean una serie de medidas basadas básicamente en el monitoreo y filtrado de todo el contenido que se publique en un sitio web. Es decir, las páginas serían responsables de que el usuario o no haya violado los derechos de autor, lo cual, aseguran, filtrará publicaciones violando la “libertad de expresión”.

Asimismo, el artículo 11 indicaba la posibilidad de pagar una “tasa” o tarifa por el contenido publicado en la web. En esta parte, es importante señalar que plataformas como Facebook y Google usan contenido de medios de comunicación sin pagarles un centavo, señalando que les dan tráfico a su sitio, pues la gente da clic al link, lo cual no siempre es así, pero ellos sí colocan publicidad o venden “palabras clave” para que una publicación o sitio web destaque entre otros, lo cual es lucrar.

Se ha denominado “Tasa Google” y consistiría en que las empresas de noticias o medios de comunicación tendrían la posibilidad de reclamar un compensación económica si otros medios enlazan sus informaciones. En México es común que sitios web utilicen noticias de otros medios, robándose el trabajo de reporteros y sólo “dándole la vuelta” a la información, como lo hace el sitio Sopitas.com, uno de los mayores violadores del derecho de autor, que lucra con el esfuerzo de los demás.

Los creadores de contenido tienen el derecho a decidir si permiten compartir sus obras, mas no que otros las tomen sin su consentimiento. Por eso, es importante tener una buena regulación de internet, cuidando la libertad de expresión y publicación, sin violar la ley. Nadie está por encima de este precepto, sea en el mundo digital o real en donde se desenvuelva.

paul.lara@gimm.com.mx

 

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