Las empresas familiares en la nueva era

Estamos apenas adaptándonos a los cambios provenientes del nuevo régimen y, aunque es normal que haya movimientos, el panorama en general se ve convulso y con muchos asuntos que todavía no están totalmente claros.

Es lógico que el inmenso engranaje que es nuestro país se va poniendo en marcha y se empiecen a ver resultados y, todos esperamos logros y promesas en proceso de cumplimiento. También es natural que haya reacciones en contrario, rechazos parciales y acomodo de fuerzas, siempre y cuando sean manejados por las partes de manera democrática y transparente. No soy adivino para ver el futuro, pero, eso sí, les aseguro que va a estar muy movido tanto en el panorama global como en México y, para los capitalinos que tenemos a nuestra Jefa de gobierno, alcaldes y nueva Constitución.

El Presidente quiere romper un ciclo lleno de prácticas ancestrales de corrupción, procesos electorales viciados, ínfima efectividad de las fuerzas del orden y de la justicia. Es muy loable y los que hemos sufrido delitos y angustias somos la mayoría de la población y merecemos se nos cuide y proteja para tranquilidad del país. Los emprendedores y sus familias estaríamos felices si se reducen sustancialmente los actos de agresión que todos sufrimos y que además de causar angustia, le cuestan al país y a nuestro patrimonio inmensas cantidades perdidas, amén de la productividad y remuneración de nuestros empleados. Hay múltiples estadísticas de los costos de la inseguridad que podrían ahorrarse.

Hay muchas promesas presidenciales que son válidas. Los contrastes e injusticias provocan resentimientos y son muy peligrosos para la sociedad. Hay que aminorarlos por medio de apoyos, no asistenciales, sino que generen empleos estables e ingresos crecientes y sobre todo, fomentar ilusiones y optimismo fundados en los jóvenes, por medio de su esfuerzo personal.

Hay también decisiones en las que existen profundos desacuerdos y lo importante es un diálogo realista, abierto por las diferentes partes y el saber rectificar si se debe. Un buen líder convence, no vence.

Aunque las empresas familiares son entes flexibles y que están en continuo movimiento y adaptándose a cambios tanto internamente como en el entorno, creo que el año 2019 y posteriores van a ser en parte un reflejo de etapas anteriores del siglo XX, para bien o mal, pero también con el ingrediente tecnológico, de información y automatización que son radicalmente diferentes del pasado... y causa de preocupación mundial. Todo lo que ocurre ya se sabe al instante, sea real o deformado por intereses ocultos. La economía se complica y eso también afecta notablemente nuestras operaciones en los negocios y el patrimonio personal y la seguridad financiera de nuestro futuro. No tengo consejos específicos, excepto la cautela, tomar decisiones basadas en análisis y preservar sus negocios y la tranquilidad futura. Hay mucho que pensar y debemos seguir observando el desarrollo del nuevo gobierno y tomar medidas para salir adelante.

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