Petróleo: un tema de largo plazo en un mundo cortoplacista

La solución al rompecabezas que mencioné al final de la Consejería que usted pudo leer ayer (cómo generar regulaciones que mitiguen el impacto del cambio climático sin afectar a la generación de energía proveniente de fuentes de origen fósil, que a su vez hacen impacto directo en la economía global) efectivamente es muy complicada. Faltan piezas para terminarlo pero hay algunas que aunque no están del todo bien colocadas en el tablero, ya permiten ver cuál es la figura que puede formarse si se dan los pasos y acciones correctas.

Una es que no se puede detener la inversión en el desarrollo de nuevas fuentes de petróleo que garanticen la posibilidad de apoyar el crecimiento a largo plazo. Sí, porque una de las características de esta industria es que lo que se decide hoy en realidad afecta al usuario de energía de décadas adelante. Las inversiones que se requieren, además de cuantiosas, son realmente de largo plazo y con costos cada vez más elevados, pues las fuentes son cada vez más escasas y complicadas de explotar. Es claro que no es lo mismo sacar petróleo en tierra que en el océano, en aguas profundas, como son los yacimientos de Brasil o los del Golfo de México.

Por lo tanto, la industria petrolera global requiere de cierto grado de estabilidad del mercado para definir la rentabilidad de los proyectos que producirán la energía de 20 años adelante, lo cual suena muy complicado en un planeta como el de hoy en el que, por las condiciones imperantes, nos ha invadido un cortoplacismo de miedo, que, los petroleros dicen, es alentado por los temas de especulación financiera. A la estabilidad de mercado necesaria hay que agregar la estabilidad de la regulación, pues aunque no hay discusión sobre el hecho de proteger al medio ambiente; las decisiones de inversión de largo plazo tienen que tener un marco normativo de referencia más o menos estable, cosa que hoy no existe aún.

Otro elemento es el desarrollo de fuentes alternas de energía, para lo que es indispensable el desarrollo tecnológico que a su vez requiere de capital, conocimientos y habilidades y tiempo. También es una cuestión de largo plazo. Lamentablemente y más allá de lo que importan los temas mencionados para el desarrollo de tecnología, no pueden dejar de considerarse las eventualidades como los accidentes. En este terreno de las fuentes alternas de energía quizá la única que está en un grado de avance suficiente para empezar a pensar en que tome cada vez más el lugar del petróleo, es la energía nuclear. Pero después del accidente de Fukushima, Japón, el año pasado, su avance se ha visto cuestionado y frenado. Y sí, tuvo que ver con un accidente que ante el temor y riesgo que provoca —y que no puede ignorarse— anula cosas como que alrededor de 80% de la energía eléctrica de Francia se genera de la misma manera y no ha pasado nada, y los accidentes nucleares de los pasados 50 años se cuentan con los dedos de una mano (Three Mile Island, Chernobyl y Fukushima; si usted sabe de otro, le pido me lo haga saber), de tal suerte que algo que en general parece seguro y positivo, se vuelve lo contrario rápidamente. Así que para llegar a que exista otra fuente alterna de tamaño suficiente y que sea limpia, segura y estable, falta mucho.

Un elemento más que es necesario para el desarrollo futuro del petróleo es la cooperación y el diálogo entre varios: las empresas nacionales, las privadas e internacionales, los consumidores, los ambientalistas, la academia, los mercados financieros, los políticos e incluso los medios de comunicación masiva, pues mientras mejor divulguemos el tema, mejor entendido será por todos, porque todos tenemos que ver con la energía. Esa es otra razón por lo que vale venir a los seminarios de la OPEP. Al fin y al cabo Viena es linda y no está tan lejos.

Esta Consejería la escribo el sábado como a las 18:00 de la Ciudad de México (en Viena y buena parte de Europa son siete horas más; aquí ya es domingo) así que aún no hay señales de Grecia (excepto que su selección le ganó a los rusos en la Eurocopa y pasó a la siguiente ronda). Pero cuando usted lea lo que escribo ahora, ya habrá tenido oportunidad de enterarse. Haré lo posible en estar al tanto aquí y en mi paso por Madrid. Si hizo ajustes en su portafolio de cara a este evento, espero que le salga bien la jugada y sepa qué va a hacer, tanto en este caso, como en el opuesto. Ya lo comentaremos. Suerte.