Cómo independizarte y no morir en el intento

Compartir los gastos y el espacio de una vivienda es una práctica cada vez más socorrida por quienes desean independizarse.
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Independizarse puede convertirse en una prueba de fuego para quienes deciden abandonar la casa de sus padres. Foto: Photos.com
Cómo independizarte y no morir en el intento

 

Independizarse puede convertirse en una prueba de fuego para quienes deciden abandonar la casa de sus padres. Sin embargo, compartir los gastos y el espacio de una vivienda es una práctica cada vez más socorrida por este sector.

Tener un compañero de habitación (roommate o roomie, en inglés) es parte común de la etapa universitaria de jóvenes en algunos países de Europa, así como en Estados Unidos, no obstante, en años recientes se ha popularizado en nuestro país.

Ya sea porque se mudan a la ciudad a trabajar, porque no cuentan con estabilidad económica o porque viven la primera experiencia laboral, los roommates ven muy conveniente el hecho de compartir los gastos de la renta, los servicios básicos y la despensa, pero ¿es en realidad lo mejor?

De acuerdo con el portal Finanzas Prácticas de Visa, sí existen grandes ventajas, una de ellas es, desde luego, la división de gastos, pero hay algunos puntos que se deben considerar sobre este aspecto:

-Entre más personas compartan el alquiler, gastos como la luz, gas y agua se incrementarán, sin embargo, hay otros, como el internet, que se mantendrán fijos. Aquí se puede encontrar un equilibrio y presupuestar lo que ahorran en ciertos rubros y deben destinar a gastos mayores.

-Desde un principio se debe definir si todos aportarán la misma cantidad, ya que los ingresos de cada quien pueden ser variables, así como sus necesidades de espacio. Por ejemplo, si sólo un inquilino tiene auto, deberá pagar un monto mayor por ocupar el cajón de estacionamiento.

-Al comprar la despensa deben tener en cuenta las comidas que realizan en casa y las que realizan fuera semanalmente. Con horarios distintos es común que cada roommate coma por su parte, por ello deben limitarse con las compras de alimentos para no gastar en algo que sólo se echará a perder.

Ricardo y Mauricio tienen más de medio año compartiendo departamento y sólo compran cosas básicas como frijol o sopa para tener algo en casa, sin embargo, cada quien se las arregla con las comidas diarias y entre los dos no gastan más de 1,500 pesos mensuales en ese rubro.

Ellos pagan la mitad de todo, a excepción del internet, un gasto que absorbe Ricardo, quien comenta que “vivir con alguien te ayuda en el trabajo y los gastos, siempre y cuando posean un mismo temperamento y soporten los estilos de vida de cada quien”.

ANTES DE DECIDIR

Aligerar los gastos siempre será el objetivo principal de compartir techo pero escoger con quien compartirás tu espacio resulta primordial por los siguientes aspectos:

-Deben tener necesidades similares, así acordarán rentar un lugar de cierto tamaño, con ciertas características, sin pagar más o menos de lo que requieran tu y tus compañeros.

Karla Bayly, asesora financiera, recomienda tener un presupuesto propio y con base en él buscar compañeros con una situación financiera similar o mejor.

-Si vas a compartir tu renta con alguien evalúa si la persona será capaz de cubrir los gastos necesarios, no querrás pasar por momentos incómodos.

-Ante cualquier desacuerdo, conviene mantener los convenios establecidos  por escrito y firmados por cada uno de los inquilinos, donde se especifiquen las tareas compartidas e individuales, así como los presupuestos y qué pasaría si alguno se retrasa en los pagos o se niega a cubrirlos.

La coach financiera sugiere que también se cuente con un fondo para emergencias que pueda ser utilizado en cualquier imprevisto doméstico.

-Recuerda que cuando rentas un departamento o casa, solo una persona figura como responsable, analiza si puedes lidiar con la tarea o si tu roommate es el más indicado para llevar la responsabilidad.

El programa de finanzas de Visa asegura que diversificar los titulares aminora la carga, pero deben pensar en lo que pasaría si alguno se muda repentinamente. También debe estar presente que todos los contratos tienen reglas y plazos y si éstos son rotos por alguno implica penalizaciones.

En el caso de Ricardo, su contrato es renovado cada seis meses y sólo mantiene contacto con su casero en el momento de pagar la renta. Si se presenta algún desperfecto o avería, estos corren por su cuenta, pero lo descuenta de la mensualidad.

Él considera que si en su departamento se cumplieran bien las reglas “seguro la pasaría mejor, pero, sin duda, vivir así te obliga a ser más prudente con tu dinero y a disciplinarte si quieres avanzar”.

 

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