Timothy Geithner: el soldado económico de Obama

Timothy Geithner llegó a Washington junto con Barack Obama en el 2008 para encarar como Secretario del Tesoro una de las peores crisis económicas en la historia de Estados Unidos.

Previo a su designación al frente de las finanzas estadounidenses, Geithner ya se había involucrado en los primeros esfuerzos por detener la crisis como Presidente de la Reserva Federal de Nueva York. De esta manera, fue pieza clave en el diseño de un plan por 30,000 millones de dólares para evitar la quiebra del banco Bern Stearns. Además, también estuvo involucrado en el análisis de los problemas que rodeaban a las empresas "demasiado grandes como para caer": Fannie Mae, Freddie Mac, Lehman Brothers y AIG.

Geithner, de 51 años, con un Doctorado en Economía, se inició en el servicio público en 1988 dentro del Departamento que hasta hoy encabezó, donde aprendió de Robert Rubin y Lawrence Summers. Posteriormente ocuparía la dirección del departamento de Diseño y Revisión de Políticas en el Fondo Monetario Internacional, hasta que fue llamado a Nueva York.

Como Secretario del Tesoro de Obama, tuvo el poder para usar de manera discrecional 350,000 millones de dólares aprobados para el rescate de la banca. A pesar de esta libertad, Geithner se presentó en el Congreso para explicar lo que su plan implicaba: la creación de entidades que compraran los activos tóxicos de la banca y la inyección de capital al sistema bancario. Esta medida fue criticada por algunos, pero aplaudida por otros.

Tras la ejecución del plan, la crítica siguió al Secretario cuando AIG, después de recibir una inyección de liquidez, aprobó bonos por 170 millones de dólares a sus directivos, algo que enfureció a la opinión pública.

Pero este no fue el único escándalo que enfrentó Geithner. Meses después se reveló el uso de 62,100 millones de dólares por la misma aseguradora para pagar a bancos los seguros por pérdidas incurridas luego del estallido de la crisis. La crítica surgió debido a que como Presidente de la Fed de Nueva York aprobó cómo se usarían esos recursos.

El desgaste mediático sufrido por estas situaciones lo llevó a considerar su renuncia hacia mediados del 2011. Habiéndose convertido en uno de los asesores económicos más cercanos al Presidente a lo largo de su mandato y uno de los poco originales que aún quedaban, Obama pasó mucho tiempo intentando hacerlo cambiar de parecer. 

Acercándose las elecciones, Geithner expresó su intención de no continuar en el cargo durante un eventual segundo mandato para Obama. Sin embargo, aún quedaba un grave problema: el precipicio fiscal.

El precipicio fiscal, una serie de recortes de gasto y alza de impuestos que sumaban 600,000 millones de dólares, marcaba el final de una de las políticas fiscales del periodo de George Bush para hacer frente a la crisis. Uno de sus elementos, los recortes de impuestos a los ricos, debió de haber terminado en 2010, pero fue aplazado a fines del 2012 en su momento debido a que los legisladores demócratas no querían tener una guerra fiscal en las elecciones intermedias. 

Geithner se había opuesto en 2010 a que estos recortes se extendieran e incluso peleaba por elevarlos. Al llegar la batalla definitiva hacia finales de 2012, debía asegurarse de no perder nuevamente. Después de semanas de discusión, el gobierno de Obama consiguió su objetivo para hacer pagar más a los más ricos, pero la opisición advirtió que su intención de reducir el gasto gubernamental se daría con la negociación del techo de deuda. Sin embargo, ésta será una batalla que Timothy ya no peleará.