El reto de las universidades en EU

Un taxista se jactó de que su hija se acababa de graduar. Pero luego admitió que su título de periodismo de la Universidad de Wisconsin había costado 140,000 dólares. Ya que el periodismo es una profesión mal pagada que no requiere certificación formal, esto suena como un desperdicio de dinero.

 

A Barack Obama le preocupa que muy pocos estudiantes estén recibiendo de la universidad algún valor por su dinero. Los graduados ganan más que los no graduados, por supuesto, pero ¿Cuánto de esto es porque eran más inteligentes para empezar, en vez de porque la universidad expandió su mente o les enseñó algo útil? 

 

El graduado estadounidense promedio termina la universidad con una deuda de 26,600 dólares; algunos con mucho más. La proporción de préstamos estudiantiles con al menos 90 días de atraso en los pagos se ha elevado de 8.5% en 2011 a 11.7% actualmente. Muchos graduados están pasando apuros.

 

El 22 de agosto, Obama prometió ejercer presión sobre las universidades para que redujeran las colegiaturas y elevaran las tasas de graduación. Antes de que comience el año académico 2015, el Departamento de Educación publicará un nuevo sistema de calificación de universidades, que medirá cosas como cuánto cuesta asistir a una institución, qué proporción de estudiantes se gradúa y cuánto ganan después. La intención es ayudar a los estudiantes a determinar cuáles universidades ofrecen la mayor ventaja por el menor costo.

 

Entonces, la ayuda financiera federal pudiera vincularse a esas calificaciones, dijo Obama, quizá cuando se renueve la Ley de Educación Superior (expira este año). Ya que el gobierno federal gasta 150,000 millones de dólares al año en ayuda estudiantil (principalmente en forma de préstamos), esta sería una palanca poderosa. 

 

La ayuda se distribuye actualmente según el número de estudiantes que inscribe una universidad, provocando que algunas instituciones llenen los salones de instrucción con jóvenes que tienen poca esperanza de graduarse, pero que se endeudan de igual manera.

 

El cambio ya está atrasado. El costo de asistir a la universidad se ha disparado mucho más rápidamente que la inflación o los salarios en las últimas tres décadas. Sin embargo, las tasas de graduación son miserables: sólo 58% de los estudiantes de tiempo completo que empezaron en una universidad pública de cuatro años en 2004 obtuvo un título en un plazo de seis años. 

 

Los préstamos estudiantiles totalizan 1.2 billones de dólares, 6% de la deuda nacional. 

 

Un nuevo estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica encuentra que una creciente ayuda federal conduce solamente a un modesto incremento en el número de personas que asisten a la universidad. 

 

Gran parte del efectivo extra es engullido por las propias universidades, las cuales elevan las colegiaturas, incrementan los salarios y construyen brillantes estadios de futbol americano.

 

A los críticos les preocupa que las universidades encuentren la manera de aprovechar el nuevo sistema. Si la ayuda federal es vinculada a las tasas de graduación ¿Algunas universidades no simplemente reducirán sus estándares? 

 

Los empleadores ya están hartos de la inflación de los grados. Muchos esperan que una nueva prueba voluntaria, la Evaluación de Aprendizaje Colegiado (CLA, por sus siglas en inglés), ofrezca una boleta de calificación más objetiva. 

 

La CLA es aplicada por un grupo independiente sin fines de lucro y estará abierta a estudiantes de universidades tradicionales y en línea a partir del año próximo.

 

Obama espera alentar a las universidades a imaginar formas de reducir los costos. El Departamento de Educación emitirá exenciones regulatorias que permitirán a las instituciones experimentar con nuevas ideas, como la ayuda financiera para los estudiantes de bachillerato que tomen cursos universitarios, o recompensas para los estudiantes que se desempeñen bien. 

 

Algunas universidades ya acreditan a los estudiantes la comprensión de un tema en vez de que pasen tiempo en la universidad. Otras usan la tecnología para reducir los costos. Pero el cambio llegará tarde para algunos. Por favor, dé una propina generosa a su taxista. 

 

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